Confesión cap 3
El “Tic tac, tic tac” del reloj de mi compañero me está poniendo nerviosa, y no para “Tic tac, tic tac” me está taladrando el celebro y aun no me has dicho como salir de aquí. Sí, me ha dejado ver lo que está pasando con mis amigos y familiares. Estoy feliz de que le hayan encontrado, pero a la vez siento rabia de no poder estar a su lado. Y vuelve a taladrarme la cabeza con el “Tic tac, tic tac”, se ve que le hace gracia molestarme, me mira de reojo para ver lo que hago y se ríe. Y vuelve a poner en marcha el “Tic tac, tic tac” del reloj, una y otra vez, me estoy mosqueando, y no para.
-Ya… ¡Apaga eso! O ¡vete lejos de mí!, me estas molestando, estate quieto. Mira que llegas a ser pesado ¿vas a decirme tu nombre algún día? O ¿me vas a decir cómo salir de aquí?...- se ha puesto a jugar otra vez con el reloj, otra vez con el “Tic tac, tic tac”- Contéstame, no te hagas el loco, apaga eso, para…
-Cuando más nerviosa te pones peor serán las consecuencias, tú has querido estar aquí, tú buscaste esto, no es mi culpa. Hasta que no veas más allá de lo que ves ahora no te contestare a las preguntas, pero mientras no controles tú cólera no te voy a contestar y mucho menos te voy a dejar salir de aquí. Primero tienes que calmarte.
-¿Sabes salir de aquí? Ahora me lo dices, vaya hombre… va déjame salir de una vez, por favor, sácame de aquí.
-Aunque salieras de aquí no podrías hacer nada, ellos no te verían, ellos no creen en ti, es más si te aparecieras delante de ellos causarías una gran conmoción, se asustarían. No puedes decir “Hola, soy Andrea y he vuelto”. No es tan fácil. No en el estado que estas ahora mismo, sería peligroso dejarte salir sola.
-Entonces dime tu nombre ¿Eso sí que lo puedes hacer? Y no me vengas diciendo que no tienes nombre, me molesta que tú sepas mi nombre y yo no sepa tú nombre. No tienes que ocultar tú cara, aquí no te ve nadie. Solo estamos tú y yo.
-Eso no es verdad, hay otra persona aquí con nosotros, pero tú no la ves , primero debes ver todo lo que hay aquí, después a lo mejor te dejo salir un poco de aquí.
-Y después yo soy la que está loca, no hay nadie más en esta habitación. Sólo estamos nosotros… decir tú nombre no es tan complicado, así por lo menos te podre llamar por un nombre, por tu nombre.
-La has hecho llorar, Andrea, no digas eso delante de ella, te quiere mucho, le has hecho daño, Andrea, eso no se hace.
-Contigo no se puede hablar, cambias continuamente de conversación, aún ni me has dicho tú nombre, no me has dicho como salir de aquí, no paras de jugar con el reloj, ya…. Para ¿Qué tiene ese reloj para que estés tan pendiente de él? Pareces un niño jugando con un juguete nuevo…
-No te lo voy a decir…-dice sacando la lengua- me gusta estar a su lado…- ¿ahora tiene dos años o qué?- ¿A quién quieres más a Andrea o a mí?... a mí, lo sabía. Soy hermoso, precioso….- esa frase es mía- No, no, no… No, esa frase la cogiste de mí, cuando eras pequeña, lo que pasa es que no te acuerdas.
-Ya…. Deja de responder a mis pensamientos, no he dicho ninguna palabra ¿Cómo puedes saber lo que estoy pensando?
-Error… procesando información… ¡Piii!- eso me molesta- Ya lo sé, pero no tienes que obtener todas tus respuestas de una sola vez, eso es aburrido, será como en un examen con las respuestas al lado, algo demasiado fácil, es aburrido, ¡vamos a jugar un poco! Si pasas esto te diré como salir de aquí, pero…-siempre cuando hay un “pero” es malo- ya sé que es malo el “pero”, pero…-demasiados “pero” en una frase- Ya… déjame explicar, cállate…-no he dicho nada- No pienses nada y escúchame…-el señorito se ha enfadado- ¡Oye!... deja de pensar…-pero…-no pienses nada y escúchame… muy bien- tienes un humor de perros- Andrea, escúchame, deja de pensar, solo unos minutos… mi propuesta te va a gustar, pero… tienes un límite, no es muy fuerte, pero ese límite no te permitirá hacer algunas cosas…
-¿Qué cosas no me va a dejar hacer? Enserio, me dejaras salir de aquí ¿Qué pasara si hay algo que no cumplo?
-Primero te voy a decir las “cosas” que no puedes hacer, y lo que pasará si lo haces…-se ha puesto más serio de lo normal- Te los voy a nombrar uno a uno, en total son cinco cosas…:
- No puedes entrar en el cuerpo de ninguna persona viva, si lo haces esa persona morirá y no podrás volver a salir.
- Puedes hablar con quién quieras, pero solo te verán los que creen que existes, no puedes obligar a nadie a verte. Si en un caso haces eso, puede que esa persona se vuelva loca, normalmente sólo te podrán ver los niños y los animales.
- No puedes cumplir una venganza, estás muerta, eso haría que se enfadarán y no podrás salir.
- Tienes que tener dos acompañantes vigilándote, no puedes hacer que ellos te pierdan de vista. Si lo haces vas a sufrir un dolor que los vivos no podrán soportar ni un minuto.
- Puedes buscar a quien te dé la gana, pero si esa persona te ha hecho daño en algún momento o te ha mentido alguna vez vas a sentir una rabia insaciable, hay veces que no saben a qué se debe esa rabia, te lo advierto y esto es lo más importante “No puedes matar a nadie”, estas muerta, pero aun tienes sentimientos de persona viva, eso te puede jugar una mala pasada, lo siento, ya sé que eso es duro, pero ¿para qué te va a servir matar a alguien? Tú ya estas muerta.
-¿Qué pasara si intento matar a alguien?
-¡Ni lo pienses!...-ese grito me ha asustado- eso es muy malo, sufrirás un dolor indescriptible, sentirás como si tu cuerpo se partiera en dos, de esos dos trozos surgirán otros dos, sentirás eso hasta que pierdas el conocimiento…- pero si estoy muerta- podemos sentir dolor igualmente y no es igual al de una persona viva, es como… ni lo intentes hacer, Andrea, ni se te ocurra hacer eso, por favor…-parece que me esté suplicando- por favor, por lo que más quieras no lo hagas.
-Eso sería un problema mío, seria yo la que sufriría ese dolor, puedo soportarlo, no soy tan débil.
-¿Quieres comprobarlo? Puedo cambiar la prueba que tenía pensada para ti, sería como un holograma, pero te dolería igual que si fuera una persona de verdad…-parece molesto- claro que estoy molesto, yo te quiero.
-Si lo hago prométeme unas cosas…-dime, yo te escucho- no sé cómo te he podido escuchar pero…- así es como deberíamos hablar en realidad, pero suelen escuchar la voz, no los pensamientos, pero dime lo que quieras, lo que me digas lo hare- vale… primero quiero saber tu nombre, segundo quiero saber que tiene ese reloj… último, vas a dejar de leerme la mente.
-De acuerdo… y tú debes prometerme que no vas a matar a nadie. ¡Por favor!- vale, no lo hare- muy buena chica…-deja de leerme la mente- aún no has pasado la prueba…-dice con un bailecito- puedo leerte la mente aún ¿Cuándo quieres pasar la prueba?... ¡Por favor! Ni por un momento te riendas… no todo lo que veas es real, no todo lo que sientas es real…-me estás dando miedo- Tienes que tener miedo, no es tan malo como algunos piensan, el miedo algunas veces te hace fuerte… ¿Estas segura?... ¿quieres hacerlo de verdad?...-¿Por qué estás tan nervioso?- Es normal que este nervioso, soy… bueno fui humano, eh… si ves que no aguantas, si ves que no que ya no te quedan fuerzas avísame, es solo una prueba.
-Hace un momento no parabas de burlarte de mí, cambiándome de conversación y ahora estás más nervioso que yo ¿no debería ser al revés?.... no tienes que preocuparte tanto por mí, no me conoces.
-Eso es mentira…-dice agachando la cabeza- te conozco y muy bien… cuando eras pequeña siempre estabas conmigo, te abrazaba cuando eras un bebé y cuando no lo eras tanto, me gustaba molestarte…-aún te gusta- aún guardo el aroma de tu carta. En realidad, te adoro…- creo que ya se quién eres- Soy “espacialmente espacial”. El amor duele, y la confianza muchas veces da asco- ¿vas a hacerme la prueba ya?- Vale, pero… avísame. Si no puedes soportar….-te diré si no aguanto- yo te diré todo lo que quieras…-ahora tengo sentimientos de nostalgia- Andrea, acompáñame… está en la otra habitación, no muy lejos de aquí-¿hay más habitaciones?- Hay mucho más de lo que puedes imaginar en este lugar. Es como si fuera un tercio minúsculo de la Tierra, hay más personas aquí, pero aún no las ves…-dice mientras bajamos las escaleras- ahora tienes que ir tu sola, hasta aquí puedo seguir, te estaré viendo, te protegeré si hace falta, pero ahora eres tú y “eso”… ¿Estas segura? Vas a seguir…
-Sí, pesado…-soy pesado porque te quiero… ahora te dejare sola unos minutos u horas…
Es una sala bastante grande y algo extravagante… “Andrea, no te vayas”
-¿Me escuchas?...-sí- muy bien, esto va a comenzar ahora…, va a aparecer lo que más odies.
Se ha apagado la luz de toda la sala, ahora estoy en el centro de la nada… Hay algo acercándose “Zang, zang, zang”… se ha encendido la luz y la silueta de una niña ha aparecido delante de mí…
-No sirves para nada, eres una inútil, eres muy débil, terca, estúpida, no vas a llegar a nada…-está creciendo poco a poco- ¡Piérdete de mí vista!, eres un estorbo, no fuiste nunca la gran cosa…- está intentando hacerme rabiar- nadie te va a buscar… nadie te necesita…-está sonriendo de una forma muy extraña- ¡Ya no te necesito! No eres nadie…-mis ojos están ardiendo y siento mis brazos fríos, sé que los sigo tenido, los veo…-¿La escalera fue bonita? ¿Te supo cuidar? Que recuerdos más bonitos, ¿Se siente bien?... Estar sola ¿Es bonito?- Andrea, si no le haces nada no va empezar la prueba, ella te puede dañar también físicamente, cuidado ¡Tienes que hacerla desaparecer!- ¡NO TE NECESITO!... ¡No te necesito!... ¡No-te-ne-ce-si-to!...-tienes que hacerle algo, ¡Andrea!. No dejes que eso te asuste ¡Andrea!- Tan cobarde como siempre… ¡Cobarde!- lo sé, ya lo sé- Eres como tú hermano, bueno… tu hermano es igual que tú- a Óscar ni lo nombres- Tú vas a estar siempre sola, siempre lo has estado…-¿Qué llevas en la mano?-Vamos otra vez a la escalera, le cuentas todo las mentiras que quieras y luego continuas caminando ¿vale?...-¡Andrea! Haz algo.
-No puedo… ¡ESTA COSA SOY YO!...-me ha hecho algo en la espalda. Estan discutiendo, está discutiendo con alguien y ese alguien no soy yo. Es una voz femenina, pero no es la mía.
-¡Ya lo has vuelto a hacer! Juanito ¿Cuántas veces tengo que decírtelo? ¡No juegues así con ellos!. Nunca sabes cómo van a ser las pruebas, solo los pones en esa sala y ya está… eso no se hace, ella no se esperaba eso, le has dado un susto… casi la matas por segunda vez, eso no se hace, estate atento y no les vayas tentado para que hagan lo que tú quieras, no te inventes las normas, solo hay una, las otras cuatro te la has inventado, ya te vale, eso no hace. A la próxima me presentare yo primero, tienes que avisarme cuando se despierten…-vaya, paliza le está pegando- No vuelvas a hacer las cosas por tu cuenta. Y sí que le tienes que decir tu nombre, no juegues a ser misterioso y quítate esa estúpida mascara, que pensaran los demás…
-¡Yo solo quería jugar!...-dice inflando los mofletes- Quería que dijera mi nombre sin que yo le dijera nada, pero ha empezado a decir que quería salir y…
-¡Ya te vale!... ya… deja de jugar con ese reloj, ponlo en la pared, ese es su lugar, cada día que pasa eres más niño…
Me han sentado en un sofá, otra vez en medio de la nada, todo lo extravagante se ha ido y ahora es todo blanco.
-Andrea ¿Estas bien?...-sí, no entiendo nada- Mira lo que has hecho, ahora está más confundida…-también lee la mente, ¡vamos bien!, me quiero ir- No te levantes, aun no te puedes ir a ninguna parte…-dice mientras me aprieta las muñecas- “Aun no es tu hora”…-esto me da mal rollo- No te podemos dejar ir, primero tienes que elegir a alguien que sea tu primera “victima”, me refiero, a alguien a la que le puedas confiar que te crea y que no tenga miedo a lo que le pueda pasar cuando te vea otra vez, sé que suena macabro… pero él…-esa mirada es peor que la mirada asesina de Rebequita- no ha querido explicar bien las cosas, como siempre se hace el interesante, no, no… Juanito, mírame a la cara, ahora no te escondas…-que pareja tan divertida, se llevan como el perro y el gato- No te rías…- ¡Ups! Se enfadó- Andrea ¿Quién es la persona que quieres que te ayude?...-no sé- No quieres contarles la verdad, de porque hiciste eso y de porque no les contaste nada…-mi hermano ha sufrido mucho- ¿Quieres que Óscar sea tu “victima”?
-No, no quiero, pero él… bueno, él es un buen amigo, tal vez…-empezamos, Juanito, tu también-¡Duele!...-solo será un momento, aguanta.
¿Cómo habéis hecho esto? Pobre… Para colmo le hacéis sangra- eso es para que vaya al baño y te vea, no te preocupes, no es nada, solo le sangra un poco la nariz, no va morir- más o vale y ¿Cómo voy a aparecerme?- entra en el espejo, es lo más fácil- lo queréis matar el susto.
-¿Andrea?...-¿y ahora qué hago?
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