UN AMOR DE VERANO CAP 3
QUIERO CAMBIAR, DEBO CAMBIAR
Desde que estoy en casa de mi abuela parece que estoy más relajado y poco a poco vuelvo a ser como era antes, cuando tenía cinco años. Llevo una semana aquí y parece como si hubiera vuelto a ser el mismo que antes, quiero que esto dure para siempre.
-Mark, hora de comer.
-Ahora bajo abuela, estoy en el baño.
-Vale, cariño.
"Cariño" una palabra que no he vuelto a oír desde que se fue mí padre de casa, por no sé qué razones, fue dos o tres meses después de la muerte de mi abuelo, de su muerte hace más de cinco años, más de cinco años que veo a mi padre solo en fotos antiguas, ya que nadie sabe dónde vive y que hace.
-Abuela, hoy he quedado con unos amigos.
-Muy bien, cariño, ¿quieres que te prepare algo?
-No hace falta, solo...- dije sonrojado.
-¿Solo?
-Es que...
-¿Necesitas dinero? ...
-Puede...
-No tengas vergüenza, soy tu abuela.
-Ya pero... normalmente yo era él que tenía que dar el dinero a mamá y...
-¿Qué hacías que?
-Mi madre...
-No te preocupes, mientras yo este con vida, eso no volverá a pasar.
-No quiero molestar, abuela.
(Ahora la historia a Cleo)
Llevo una semana enfadada con mi hermana, siempre desde que soy pequeña, se piensa que soy igual que ella y que me enamoro de un chico estando solo unas pocas con él. Shalia cuando comenzaras a tratarme como una adulta.
-Cleo, la comida ya está, baja.
-Ahora voy, mamá.
Hoy he quedado con Elisabeth, me parece que nos iremos otra vez a la piscina.
-Ya era hora Cleo, ¿Qué estabas haciendo allí arriba?
-A ti no te importa, Shalia.
-Llevas una semana así, dime ¿Por qué estas enfadada conmigo?
-Ya lo debes saber.
-Yo no he hecho nada.
-Desde que soy pequeña piensas que soy como tú.
-Es que soy tu hermana mayor.
-Eso me da igual.
-¿Qué quieres que haga si me preocupo por ti?
-No hace falta que te preocupes por mí, eso me harta, ya no tengo dos años- le dije eso y me fui otra vez a mi habitación.
-Shalia, sabes lo que le pasa a tu hermana.
-No tengo ni idea, esta así desde que nos fuimos a ese restaurante.
-No le has vuelto a decir que no debías.
-Bueno... le pregunte si le gustaba él chico que había allí.
-Shalia, sabes que tu hermana se enfada enseguida.
-Y es por eso que quiero pedir perdón, pero cuando intento hablar con ella se va o me contesta como lo acabas de ver.
-No te preocupes, ahora voy a hablar con ella.
Quisiera sabe porque Shalia se piensa que soy pequeña, está bien que se preocupe por mí y quiera saber cosas de mí, pero hace unos cuantos años que no tenemos la misma relación, fue desde que se fue a Estados Unidos para estudiar y se quedó allí para vivir, al principio me enviaba cartas todos los meses, pero poco a poco dejo de hacerlo, fue como si hubiera dejado de importarle, venia vernos cuando podía y no estaba en casa casi, solo se quedaba para dormir y desayunar, volvía tarde y mi madre se enfadaba con ella pero al siguiente día volvía a hacer lo mismo. Luego no se cosa paso que cambio completamente volvió a escribirme cartas todos los meses, pero yo no le he contestado a ninguna carta todavía ya que no he leído ninguna de esas cartas, ni quiero hacerlo.
-Cleo, ¿estás aquí?
-Mamá, ¿Qué haces aquí?
-Quiero hablar contigo ¿puedo entrar?
-Igual lo vas a hacer ¿no?
-Sí.
-Entonces para que lo preguntas.
-¿Qué es lo que te pasa con tu hermana?
-Nada.
-¿Por qué estas enfadada con ella?
-Ella ya lo debe saber.
-Pero yo no lo sé.
-No hace falta.
-Sí que hace falta.
-Mamá ya te lo contare cuando se vaya.
-Con una condición.
-¿Cuál?
-No sigas enfadada con tu hermana, ella no te ha hecho nada.
-Vale, pero con una condición.
-¿Cuál?
-No le cuentes nada a papá.
-Vale.
-Mamá, esta tarde me voy otra vez con Elisabeth.
-Vale.
(La historia contada por Elisabeth)
No sé porque, pero hoy Brandon estaba un poco raro, cuando le he llamado al teléfono, parecía como si me quisiera ocultar algo, también parecía un poco nervioso y no paraba de preguntar dónde estaba, que estaba haciendo y si conocía a una tal Ainoa.
-Eli, llegaras tarde.
-Mamá...
-¿Qué?
-Una pregunta.
-Dime.
-¿Conoces a alguien llamada Ainoa?
-Sí, pero creo que no te estas refiriendo a la panadera.
-No.
-Pues no sé a quién te refieres.
-No pasa nada, es que me lo ha preguntado Brandon.
-Será alguna amiga o familiar.
-Vale, gracias- digo mientras miro el reloj.- Mamá se me va hacer tarde. Adiós.
-Adiós, Eli.
(Ahora la historia la cuenta Cleo)
Ahora estoy de camino a la piscina, hoy hace mucho calor, tanto que noto como si mis pies se derritieran en el asfalto, hablar con mi madre me ha servido un poco, pero creo que no voy a perdonar a Shalia tan fácilmente, ya que nunca entendí la razón por la cual se alejó de nosotros ese verano y luego quiso ser como era antes, ya sé es mi hermana mayor y la debo querer , pero últimamente no soy la misma, estoy cambiando y me he dado cuenta que cosas que me gustaban antes ahora no me gustan o cosas que antes no me gustaban ahora me gustan.
Aún me acuerdo que antes no me gustaba estar mucho estar sola en mi habitación, pero ahora me gusta estar solo ahí dentro, pienso que mi pequeño refugio, es el único lugar que sabe todos mis secretos, el único lugar que me ha visto llorar más que mi madre y me ha protegido de los monstros que iba creando poco a poco, el único que sabe las cosas que ni yo misma sé, el creador de mis historias. Aunque sean cuatro paredes...
Creo que si le contara todo a mi madre podría ser diferente ya que en mi habitación nadie me responde, pero me da vergüenza contar todo lo que me pasa, contar porque estoy triste, contenta, enfadada o simplemente sintiendo como si el mundo me comiera poco a poco haciéndome más pequeña de lo que soy y dejándome desnuda delante de personas que no conozco, ya que pienso que a nadie le va interesar ni lo más mínimo mi vida y es por eso que guardo en mi interior una bomba que poco a poco se va llenando y que en cualquier momento podría estallar dejando todo lo que hay alrededor patas arriba y en ese momento en el que intento huir de todo, pero hay veces que no puedo y simplemente me cierro en mi misma esperando que alguien abra la puerta que he creado. Una puerta que ni siquiera yo he podido abrir y nadie podrá abrir.
-Cleo, Cleo ¿estás ahí?- dice Eli, pero yo no me doy cuenta- Cleo, despierta.
-¿Desde cuándo hace que estás ahí?
-Hace un buen rato que te estoy siguiendo e intentado hablar contigo, pero parecías no estar en este mundo.
-Lo siento, no me había dado cuanta que estabas aquí, de verdad, lo siento ¿Qué querías contarme?
-Bueno... creo que Brandon está un poco raro hoy, antes me ha llamado, es raro en el que me llamé y más tan pronto, creo que eran las nueve y algo de la mañana y no paraba de preguntarme lo mismo, si conocía a una tal Ainoa no sé qué más- para un momento para coger aire y sigue- no sé quién es esa tal Ainoa y creo que no lo quiero saber, pero ahora me ha dejado con la intriga y quiero saber quién es y qué relación tiene con Brandon, tal vez- se detiene y mira al suelo- él... ya no me quiera.
-Elisabeth, no creo Brandon sea de esos chicos.
-Y entonces no paraba de preguntarme por Ainoa.
-No lo sé, ¿porque no se lo preguntas?
-Y si estoy en lo cierto y es su novia.
-Elisabeth, de verdad crees que él sea así.
-No, pero...
-Cuando lleguemos se lo preguntas y así sales de dudas.
-Pero...
-Eli, cree en él, Brandon te quiere, si no te quisiera no te hubiera perder ese asco que tenías a tu cuerpo.
-Y sí...
-Y si dejas de pensar tanto, un día de estos en tu cabeza se podrán cocer huevos- en ese momento las dos nos reímos a carcajadas.
-Y ahora... Cleo ¿me puedes contar lo que te pasaba por la cabeza?
-No era nada importante.
-Si... claro.
-Eli, estoy diciendo la verdad- en ese momento aparece Brandon y él chico del otro día, creo que me dijo que se llamaba Mark.
-Hola, Eli y Cleo.
-Hola- dijimos las dos a unísono.
-Hoy estáis más animadas, menos mal, me estaba cansando ya de no veros reír.
No sé pero ese chico está un poco cambiado, creo que está SONRIENDO, menos mal antes mostraba tanta tristeza.
-Hola, Mark- cuando me di cuenta esas palabras salieron de mi boca- ¿Qué te cuentas?
-Hola, Cleo...- parece que se ha sonrojado- bueno creo que no tengo gran cosa que contar.
-Bueno... no pasa nada, vamos a nadar ¿vienes con nosotros?
-Claro.
Como se me ha ocurrido decirle si viene con nosotros, si esta con Brandon será que viene con nosotros, hay veces que pienso que soy tonta, intentare no abrir la cueva que tengo por boca.
-Cleo, vienes o no- me dice Eli.
-Ahora voy, espérame.
Ahora estamos entrado en el vestuario para cambiarnos, Elisabeth lleva un tipo vestido que tapa el bañador de color negro que lleva y yo bueno más o menos lo mismo, pero el mío es más azul mariano llegando a negro.
-Eli, ¿Cuándo tiempo más vas a estar callada?, se me hace raro no oírte hablar.
-¿De qué quieres que hable?
-No sé...
-Así empezamos bien, Cleo... vamos coge tu toalla.
Durante todo el camino hasta llegar a las piscinas estuvimos calladas, sin decirnos nada, solo se oía como respirábamos.
Cuando llegamos a las piscinas los chicos nos estaban esperando, Brandon estaba esperando a Elisabeth y Mark a quién... habrá quedado con alguien más... pero si él me dijo que no le gustaba hablar con chicas o quizás sea un amigo de él o hermano o hermana o...
-Cuando habéis tardado ¿De que estabais hablando?- pregunta Brandon.
-De nada, solo es que no encontrábamos las toallas- porque Elisabeth le está mintiendo, antes le hubiera dicho algo como "estábamos luchado contra unos monstros que nos estaban esperando en la puerta, lo cuales no nos dejaban pasar" o "me había perdido pensando en ti" o cualquier otro cuento con tal de echarnos unas carcajadas, pero ahora solo dice "no encontramos las toallas".
-No pasa nada, por lo menos no os habéis perdido- dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-¿Qué hubiera pasado si nos hubiéramos perdido?- dice Elisabeth, es como si una bomba hubiera aterrizado encima de ella- ¿te hubieras ido a buscar a esa tal Ainoa?- dice aún más enfadada, la bomba está a punto de explotar- seguro que lo habrías echo ¿verdad?- la bomba estallado.
-Yo no prendía decir eso...- dice un poco sorprendido por la inesperada expresión de Elisabeth, junto a mi estaba Mark- es que... yo pensaba que ya lo sabias...
-Sabia el que...- dice Elisabeth, creo que va a caer la segunda bomba- es que ya no me quieres- sigue diciendo, cada vez noto el ambiente más y más caldeado- te quieres ir con ella- atentos allá va- pues no me importa...
-Elisabeth, déjame continuar, es que pensaba que ya te lo habían contado... yo solo quería saber si sabias quien era, no pensaba en dejarte, ya que tu eres única...-le corta a mitad de la frase.
-¿Única?... se lo dices a todas ¿verdad?
-No se lo he dicho a nadie.
-No me mientas.
Mark y yo nos miramos con cara de "¿Qué está pasando aquí?", nunca había visto a Eli así... bueno solo una vez, pero eso fue cuando íbamos a primaria, es una historia larga... creo que esto no va acabar bien.
-Cleo- dice Mark.
-Dime.
-¿Quieres que nos vayamos a tomar algo o entremos en alguna de las piscinas?
-De acuerdo, creo que esto va a ser para largo.
Que raro... se ha ofrecido a ir conmigo, bueno creo que ha cambiado un poco desde la última vez, no entiendo porque el corazón me va a mil por hora, siento que pronto va estallar, cada vez se está acercando más y más a mí, creo que...
-Cleo, ¿te pasa algo?
-No, nada.
-Muy bien, ahora cúbrete- dice mientras me tira cubo lleno de agua, que hace que tirite de frio, se está riendo.
-Serás...-le dijo, pero no termino la frase, ya que estoy preparada para devolverle la jugada.
Estuvimos así un buen tiempo, nunca me lo había pasado tan bien, es bueno saber que a él también le gusta hacer este tipo de cosas, que se convierta en niño de vez en cuanto. No se por qué estoy hablando de él como si hubiera estado toda la vida con él, será que lo habré visto en algún sitio... no creo, de haberlo visto me acordaría, será...
-Cleo, creo que se está haciendo tarde.
-No me había dado cuenta.
Volvimos al mismo sitio que antes, pero Eli y Brandon no estaban, ni tampoco sus toallas, no había rastro de que hubieran estado allí, tal vez la discusión ha sido más fuerte de lo que imaginaba, me dispongo a ir al vestuario cuando oigo a Mark:
-Te esperare fuera.
-Vale- se me ha puesto la cara colorada, enserio que me va esperar.
Me he vestido todo lo rápido que he podido, seguro que he batido un récord, mi propio récord, normalmente me cuesta un mundo vestirme y más si hace calor, pero por miedo de que Mark se fuera yo...
-¿Desde cuándo hace que estás aquí?
-No mucho rato, acabo de salir- le he mentido, seguramente he estado aquí unos cinco o seis minutos.
-¿Quieres ir algún lugar?
-No sé... ¿Quieres ir tú?
-Ahora la indecisa eres tú- y se echa a reír- quieres que vayamos a tomar algo.
-Vale.
El camino hasta llegar a la tiendo de yogures se ha hecho eterno ya que no sabía que decirle, ahora que lo pienso no se ni sus gustos, no lo que le disgusta, solo sé que se llama Mark. Me da pena preguntarle por si meto la pata o no me lo quiere decir y entonces me dice...
-Desde pequeño he querido hacer un cómic, inventar héroes pero no quiero que sean los que salen en los comics que me leo, si no que comentan errores como lo hago yo, que sean inseguros... si hiciera un cómic quisiera que el personaje principal sea un hombre normal, nada de poderes, nada de que sea un hombre que derrita los corazones de todas las mujeres con las que este, quiero que sea como yo... un adolescente con problemas y los intente solucionar sin tener a un Joker como enemigo, si no que el enemigo sea él mismo...
-Esa idea me parece genial- digo y me sorprendo a mí misma, Mark también lo ha hecho.
-¿De verdad?, mi madre me dice que tengo demasiados pájaros en la cabeza y que unos dibujitos no van a solucionarme la vida.
-Pues que madre más tonta.
-En cambio mi abuela es diferente...
-¿Diferente?
-Ella es la única que me comprende...
Esa fue la última que nos dijimos el silencio hace que se me pongan los pelos de punta, quiero decirle algo, pero no quiero que piense que le estoy molestando, de repente un chico que tendrá más o menos nuestra edad (no sé cuántos años tiene Mark) aparece delante de nosotros , no para de mirar a Mark.
-¿Quién es ella?
-No te importa, Byron.
-Así tratas a un amigo- ¿amigo?, no creo que lo sea.
-¿Qué haces aquí?
-No te acuerdas, yo vivo aquí... o tal vez tu madre te haya borrado la memoria.
-No metas a mi madre en esto.
-Aún sigue bebiendo alcohol como una loca.
-No te importa.
No sé porque no puedo decir ni una palabra, es como si me hubiera quedado muda, la madre de Mark es alcohólica.
-¿Quién es esa?
-No te importa.
-¿No será tú novia?, pues chica este tío solo te va a traer problemas, te advierto, no estés muy cerca de él.
-Déjala.
-No lo voy a hacer, está demasiado buena para ti.
-Byron, déjala, ella...- le interrumpo, le quiero interrumpir.
-Mark es mi novio- sonaba mejor en mi mente- y como dices tú- no lo digas, no lo digas Cleo, lo voy a hacer- él está más bueno que tú.
-¿Enserio?
-Sí- no continúes, te vas o poner en un lío- te lo puedo asegurar, no le llegas ni a la punta de los zapatos.
-¿Seguro?- se está acercando a mí, quiero correr pero mis piernas no me dejan, Cleo CORRE, no puedo, se está acercando, no, no, NO, me está besando, es tan... agrio, vete, vete.- que te parece, ese friki de los comics besa así- una lágrima se está asomado notó como baja hacia mi mejilla.
-¿Qué haces? Idiota- dice Mark enfadado, parece como si alguien se hubiera apoderado de él, no es el mismo chico que quería escribir sobre un héroe sin poderes- ella no es...- notó como la temperatura está subiendo- ella no es como las novias de usar y tirar que has tenido- se detiene- ella es...- vamos dilo, Mark- ella es... la única que...- continua, por favor- que no ha huido de mí cuando le he contado que me gustan los comics, es más me ha elogiado, ella me...- se detiene, pero esta vez no continua.
-Serás tonto, no debes confiar en las mujeres, son traicioneras.
-Ella no lo es.
-¿Cómo lo sabes?
-Ella es única.
-Eso ya lo has dicho, no sabes decir nada más...- quiero correr, pero no quiero dejar a Mark solo- eres un incrédulo que solo sabe hablar de comics, no sabes lo que es tener a una mujer entre tus brazos, que no intente derrumbarte cada vez más...- si le haces daño a Mark te hare saborear la arena- como lo hace tu madre cada vez que la ves tumbada en el sofá con una botella de Whisky en las manos, que no te reconoce, está medio loca y que te vomite cada vez que te ve, porque te tiene asco, Mark...- se detiene, veo a Mark cerrar el puño con fuerza, tanta que las uñas le están haciendo sangrar, Mark, no lo hagas, por favor- me has oído Mark, tu madre te tiene asco... desde el día en que llegaste- si pudiera volver atrás hubiera echo cualquier cosa por toparme con ese... ese capullo- ahora vete a llorar con...- no acabo la frase, Mark le ha pegado un puñetazo en toda la cara y le ha arrancado un diente.
-Te he dicho que no hables de mi madre- dice Mark con el puño en alto, haciéndole saber que se ha metido en terreno peligroso- no la nombres, o si no...- se detiene, sus ojos me dan miedo, parecen los ojos de una águila vigilando a su presa- no volverás a hablar.
-No te tengo miedo- le dice a Mark, mientras le pega un puñetazo en todo el estómago, esto hace que Mark se caiga al suelo- quien crees que eres para pegar al gran Byron.
Una pelea a comenzada ante mis ojos, cada puñetazo y patada son más fuertes que las otras... llevan así casi una hora y nadie los detiene, yo puedo hacerlo, no sé cómo hacerlo, quiero que alguien les detenga, pero no hay nadie que me quiera ayudar, lo único que hacen es sacar sus móviles y hacerles fotos, hay algunos que les están tentando más... Pero que estás haciendo ayudarlos, no os quedéis mirando. No creo que esto vaya a cesar, por favor alguien. Se han cansado de esperar a que alguno de los no pueda más y se han marchado dejándome a mi sola. Creo que ellos se están calmando, por favor parad.
-PARAD, DE UNA VEZ...- no he podido aguantar más- DEJAR DE HACEROS DAÑO, NO SEAS UNOS IDIOTAS, PARAD.
Por fin, Byron se ha ido, pero Mark no da señales de poder levantarse, cada vez que lo intenta se coge del tobillo, se ha hecho daño y yo no le he ayudado, quiero llamar a alguien, pero recuerdo que mi madre y padre tenían que ir a una cena de no sé qué, de que mi hermana se ha ido dos días a casa de una amiga suya, Eli está enfadada con Brandon y si llamo a...
-Cleo, no te preocupes- me dice mientras se pone de pie a duras penas- no hace falta asustar a nadie.
-Pero...
-No te preocupes, estoy bien.
-No, no lo estás.
-Cleo, esto no es nada- me dice con una sonrisa de oreja a oreja- he soportado palizas mayores.
-¿Y tu tobillo?
-No es nada, solo es un pequeño golpe.
-Al menos déjame acompañarte a tu casa, allí te curare- vamos di que sí.
-Vale- que alivio.
Llevamos tres pasos y él no ha podido aguantar, me ha pedido si podía apoyarse en mí y le he dejado. Huele a sudor mesclado a colonia, me he dado cuenta que en su cuello tiene una pequeña cicatriz.
Hemos estado caminando por lo menos unos quince minutos hasta poder llegar a su casa, era enorme, tenía un jardín precioso.
No le ha dado a sacar las llaves del bolsillo, una mujer anciana nos ha abierto la puerta, me parece que es su abuela.
-Cariño, ¿Qué te ha pasado?
-No es nada.
-¿Qué son esos moratones?
-Abuela...
-¿Quién te lo ha hecho?
Aún no se ha dado cuenta de que estoy aquí.
-¿Ella quién es?
-Yo soy Cleo.




Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.