UN AMOR DE VERANO CAP 7
EL MUNDO SE VESTIÓ DE NEGRO
Mark ha empezado a arrasar todo lo que había delante de él, no para de decir “viejo, tonto; papá eres un viejo tonto” Todos los objetos que habían en la mesilla ahora están por el suelo, en sus manos está sujetando la foto que había en la carta, no para de mirarla y cada vez que la mira suela “viejo, tonto; papá eres un viejo tonto”.
-Mark- grito- Mark, tranquilízate, siéntate, Mark- por fin se ha dado cuenta de que estaba aquí.
-Cleo…- en sus ojos hay lágrimas- lo siento, lo tengo que hacer- y me besó, otra vez y otra, llegue a contar unos cinco- gracias, muchas gracias- sigue llorando- gracias, por haber venido conmigo, Cleo.
Esos besos no han sido como el de antes, estos besos eran amargos, no sabían cómo los otros, ¿Qué ha cambiado?
(Ahora la historia la cuenta Elisabeth)
Brandon me ha llevado al parque de siempre, pero hoy no hay nadie, esta desierto, lo ha hecho aposta ¿a que sí, Brandon? Te conozco… estas tramando algo, ¿Qué es?
-Elisabeth, te tengo que decir una cosa, así que escucha.
-¿Tiene algo que ver con Ainoa?
-Sí.
-Entonces cierra la boca, ni lo intentes, Brandon ¿Quieres contarme algo? Tengo más cosas que hacer.
-Te voy a contar una cosa, pero no te enfades.
-Si es de esa tal Ainoa, cállate.
-Escúchame, Elisabeth.
-Vale- si no tengo más remedio me tocara quedarme.
-Ainoa…- ya empieza mal- Ainoa es…
-Vas a decirlo o qué.
-Ainoa va a ser mi nueva hermana, como sabes yo soy adoptado.
-Si eso ya lo sé.
-Ainoa será mi nueva hermana…
-¿No me estarás mintiendo?- no me lo creo.
-No, esta es la pura verdad, viene el mes que viene a vivir con nosotros.
-¿Y porque me preguntaste quien era Ainoa? Si ya sabes quién es.
-Por si acaso.
-No me estarás mintiendo.
-No te lo juro- no me lo creo, no me lo creo- nunca lo haría, sabes que estoy enamorado de ti- me intenta dar un beso pero yo no le dejo, no hasta que me cuente la verdad.
-Ni lo intentes, Brandon.
Hemos estado unos minutos más y yo me he marchado, él se ha quedado allí jugando con unos niños.
No soporto que me mientan, sé que me mienten y más él, cuando miente empieza a jugar con un mechón de su pelo y aparta la vista, busca nuevas ideas, hace de todo menos mirarme a los ojos, busca mis manos o cuenta mis pecas, hace todo menos mirarme a los ojos, está es la segunda vez que me miente en menos de una semana.
Quiero llegar a casa, tengo que buscarlo, ese nombre me suena de algo y no sé de qué.
Ya he llegado a mi casa y me dirijo al despacho de mi madre, allí es donde esconde todo, tal vez allí este el papel del día de mi nacimiento.
Empiezo a buscar por los cajones, estanterías, armarios, por todos los rincones, pero no lo encuentro… tal vez este en la esté en la caja esa, donde esconde todos los papeles raros.
Cuál era la contraseña, creo que… voy a probar:
“19980120”
Acerté, mamá la próxima vez pon una más complicada. Empiezo a buscar, hay papeles y más papeles, de todas las formas y colores… Bingo, lo encontré, la ficha de mi nacimiento.
“Nombre del padre: Joel Alsina Camps.
Nombre de la madre: Clara Izquierdo Villena.
Nombre de los hijos: Elisabeth Alsina Izquierdo (viva)
Ainoa Alsina Izquierdo (fallecida)
Ainoa falleció por falta de oxígeno.
Elisabeth ha nacido con problemas de respiración”
-Elisabeth ¿Qué haces aquí?- me ha pillado mi madre- ¿Qué tienes en las manos?
-Ma… Mamá qué pronto has llegado ¿no?
-¿Qué estabas haciendo Elisabeth?
-Solo estaba buscando hojas blancas.
-Ten- y me da un montón de folios- no quiero que vuelvas a entrar a esta habitación, ya deberías saber que está prohibido entrar sin mi permiso.
-Lo siento, mamá.
(Ahora la historia la cuenta Cleo)
Hoy hace justo una semana de la muerte del padre de Mark, él quiere que vaya al funeral ya que no quiere estar con su madre y su abuela aún no sabe que ha muerto su hijo, Mark no se lo quiere contar por si acaso, así que la única opción que le quedaba era invitarme a mí, mis padres también quieren ir y mi hermana a lo mejor, por favor no montéis un pollo.
Ya hemos salido de casa y nos dirigimos al cementerio, al final Shalia no ha querido venir, dice que se encontraba mal y no conocía tanto a ese chico, así que le dé su parte las condolencias.
Ya hemos llegado, Mark está junto a Brandon, aún no he visto a Eli, no habrá venido. Me estoy acercando a Mark y él me recibe con un abrazo.
-Gracias por venir, Cleo.
-No hay de qué.
-Hola, Mark… siento mucho lo que te ha pasado- dice mi padre- aquí nos tienes para lo que quiera, ¿verdad, Camila?
-Sí, verdad- dice mi madre abrazando a Mark.
-Muchas gracias- dice Mark con unas lágrimas en los ojos- muchas gracias, Fernando y Camila.
-No hay de qué, chico- dice mi padre- una pregunta.
-¿Qué?
-¿No está tu madre?- papá no habrías tenido que decir eso.
-No creo que venga… tampoco creo que se haya enterado de lo de mi padre y mis hermanos serán iguales que ella.
-Lo siento, no pretendía…
-No pasa nada estoy acostumbrado.
Unos minutos después ha empezado el funeral. Eli ha venido pero se ha sentado en un banco del final junto a sus padres y Brandon y yo estamos al lado de Mark.
“Hoy damos la despedida a un hombre que quiso escapar de la vida, dejando que otros la vivieran un hombre que se rindió demasiado pronto, dejando detrás a su esposa y sus tres hijos, un hombre que se quitó la vida por miedo a vivir, un hombre que… bueno que dejo de disfrutar de la vida, su nombre es Eric Bellido Caballero.
Querido hombre ahora esperamos todos los que estamos aquí que haya donde estés y si nos estás viendo… te queremos decir que disfrutes de tu otra vida, una vida eterna.
Adiós, Eric Bellido Caballero”
Mark ha comenzado a llorar, se sentirá culpable aún, no lo sé pero se acaba de presentar una señora delante de nosotros y no para de mirar a Mark.
-Mark.
-¿Qué haces aquí?
-Soy su esposa, tengo derecho a venir- esa es su madre, no me la imaginaba para nada así, ella no es la madre se Mark es tan diferente a él.
-¿Dónde están mis hermanos?
-Díselo a ellos, no han querido venir.
-Pues que sepan que él que ha muerto es su padre.
-Mark.
-¿Qué quieres?
-Te obligo a que vuelvas a casa.
-Me opongo.
-No lo puedes hacer, te estoy obligando.
-No me puedes obligar nada.
-Mark, haz lo que te diga, soy tu madre.
-Por favor señora, no hables así a Mark, no quiere ir- le digo.
-Cállate, guarra ¿Qué relación tienes con Mark?
-Madre, no hables así a Cleo.
-Cállate, ella no es quien para ponerse en medio de la conversación, es más ella no debería estar aquí, no conoce a mi marido.
-La que no conoce a su marido eres tú, madre- a Mark no le dio tiempo a apartarse y recibió un puñetazo en toda la cara.
-No le hables así a tu madre- mi padre le ha cogido de los brazos cuando se disponía a pegarle otro puñetazo.
-Y usted no pegue a su hijo en el funeral de su esposo- como has venido tan rápido, papá- no tendría ni que llamarla de usted, eso no se le hace a un hijo.
-Déjame, idiota.
-Solo sabes decir eso- que haces papá- Cleo, llévate a Mark.
-V…vale, papá.
Nos alejamos de allí y Mark no paraba de temblar, de la nariz le estaba saliendo sangre.
Hemos entrado en una caseta que había cerca del cementerio y le he curado.
-¡¡¡Ay, Ay!!! Duele, Cleo.
-Lo siento.
-No te preocupes, Cleo. Estoy acostumbrado a que mi madre me trate así, estoy bien.
-Seguro.
-Sí- dice mientras me enseña la espalda- ves esta cicatriz.
-Sí.
-Me la hizo mi madre el día que mi padre se fue de casa.
-¿Cómo?
-No te preocupes, ya no me duele.
-Pero como te dejaste hacer eso.
-Solo tenía doce años y no podía protegerme.
-Pero….
-No pasa nada, desde ese día me he acostumbrado a las continuas palizas de mi madre.
-¿Solo te lo hacía a ti?
-No… había veces que se enfadaba con mis hermanos o cuanto uno de ellos me protegía.
-¿Cómo lo has podido soportar?
-Iba a ver a mi abuela.
-Lo siento de verdad Mark.
-No hace falta que te disculpes, tú no has hecho nada.
Pasamos unos minutos allí dentro sin hablar, solo respirábamos, contábamos los mosquitos que pasaban por delante y a mirar al techo.
-Cleo.
-Di…-me beso.
-Necesitaba hacerlo, me gustas demasiado.
-Pero…
-Eres la única que sabe esto.
-¿La única?
-No se lo he contado ni a Brandon.
-¿Por qué?
-No me gusta hablar de mí.
-Ya somos dos.
-Por eso me gustas.
-La verdad es que…
-¿Qué?
-No, nada.
-Cleo.
-¿Qué?
-Crees que mi padre este enfadado conmigo.
-Si te digo la verdad, tu padre está orgulloso de ti.
-Pero el último día que lo vi, le dije que no era mi padre.
-Pero él no lo creía así.
Pasamos unas horas más contándonos historias, hablando de cosas que no tenían sentido y preguntándonos que pasaría si…
Al final se ha hecho de noche y he tenido que volver a casa. Mark se ha ido a casa de Brandon.
Cuando llegamos a casa mi hermana aún no estaba y yo tenía sueño, ha sido una tarde agotadora, ya tengo ganas de coger la cama y dormir.
Creo que son las dos de la mañana y tengo que ir al baño, que inoportuno, en lo cómoda que estaba.
Mi hermana acaba de llegar y está hablando con no sé quién en el teléfono.
-No, no es solo mi problema- silencio- ambos tenemos la culpa- otra vez silencio- tienes que ayudarme- esta vez el silencio se hizo más largo- mira, si te digo la verdad no se para que hablo contigo.
Me subo corriendo a mi habitación y menos mal que mi hermana no se ha dado cuenta que le estaba escuchando.
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