Cibercorresponsales

Más allá de mi corazón. Capítulo 8

Publicado por nayeli el 30/07/2014 · Categorías: Creación

Abro los ojos poco a poco, con miedo a lo que pueda encontrarme. Estoy en una habitación amplia e iluminada. Me incorporo y retiro el paño húmedo de mi frente. Miro hacia todos lados y me encuentro con Joz sentada en una silla, junto a una estantería. Ella mira hacia un punto indefinido de la pared, su semblante es serio y su postura demasiado rígida. Ella advierte que estoy despierta y dirige la mirada hacia mí, su expresión es dulce y luce una sonrisa amable...juraría que no es la misma Joz que conozco, todo es demasiado artificial, cada uno de sus gestos no son humanos. Tal vez haya cambiado.

Se levanta y se sienta en la cama.

-¿Qué ha pasado?-pregunto algo confusa-¿Dónde estoy?

-Soy Jocelyne, tu vecina. Estás en mi lujosa casa. Has venido aquí para hacer el trabajo de Historia- responde, monótona-Te desmayaste al llamar al timbre. Debes descansar- dice, arropándome- Llámame si necesitas algo.

Joz desaparece por la puerta dejándome algo perpleja. No parece la misma chica descarada y natural que conocí. Resoplo, si yo estoy aquí supongo que Zach también habrá venido.

Echo un vistazo a la habitación, sus paredes son de color pastel, y de ellas cuelgan hermosos cuadros. Al lado de la cama hay una mesita. El cajón está entreabierto. Lo voy a cerrar cuando algo llama mi atención. Meto la mano y saco una fotografía doblada cuidadosamente. La desdoblo con mano temblorosa; entonces, me tapo la boca con ambas manos para acallar un gemido de sorpresa. Es Zach. ¿Por qué Joz guarda una foto de mi amigo? Temerosa, dejo la foto en su sitio y cierro el cajón.

Quiero salir de esta casa cuanto antes. Me levanto, pero la puerta está cerrada con llave, así que tengo que buscar otra escapatoria. Vuelvo a la cama para pensar, pero me tropiezo con algo. Un cuadro. Me agacho y lo cojo. Tiene un marco precioso. Lo giro para descubrir una fotografía partida.

Arrojo el cuadro al suelo, el cristal se hace añicos y ese sonido se clava en mis oídos. Es Harry... ¿Por qué Joz ha roto la foto de él? ¿Por qué guarda una de Zach? ¿Qué está ocurriendo aquí?

De repente me siento desfallecer. Me arrodillo en el suelo, y pongo las manos sobre mi rostro. Me estoy volviendo loca. Quiere acabar conmigo... ¿acaso no lo ha intentado todo el tiempo? No se lo voy a poner más difícil. Cojo un trozo de cristal, observo en él mi reflejo. ¿Dónde está aquella chica optimista y sonriente de antes? Creo que la maté hace bastante tiempo. Mi rostro está demacrado, mi corto cabello revuelto y mis ojos llorosos. Ya no luzco una sonrisa, sino una mueca de dolor asoma en mis labios al notar el cristal clavándose en mi brazo. No me detengo, comienzo a hacerme cortes, los cuales comienzan a sangrar. El suelo se convierte en un rojo río de dolor. Chillo, lloro. Me estoy matando a mí misma. Lanzo un grito de angustia al ver mis brazos magullados. No puedo creer que haya llegado a este punto.

Oigo cómo abren la puerta. Zach se arrodilla y me sujeta justo a tiempo para que no me clave los cristales del suelo, debido a que me siento mareada por mi propia sangre.

-Está bien-suena una voz algo rígida-Déjala.

-No, Joz. Sabes que no está bien.

La ira se apodera de mí, quiero huir de aquí. Reúno fuerzas y me escapo de entre los brazos de Zach. Corro sin rumbo a lo largo del amplio pasillo. Al fondo hay una puerta de la que provienen unos gritos. Parece que dos personas estén disputando por razones que desconozco. La puerta es de cristal. Joz corre hacia mí, a una velocidad sobrenatural, Zach intenta seguirla.

Miro un segundo hacia atrás, para observar el rostro asustado de mi amigo. No me da tiempo a reaccionar. Cuando me doy cuenta, mi cuerpo choca contra en duro cristal. El dolor se apodera de mí. Éste es el fin.

Siento dolor y percibo imágenes borrosas, aunque puedo observar un mar de sangre en torno a mí.

-¡¿Qué hace ella aquí?!-exclama un hombre.

-Se escapó...-Joz parece arrepentida, aunque su voz es demasiado artificial.

-¡Annie!-exclama Zach, fatigado.

-Aquí está el que faltaba...¿no te dije que la vigilaras?- hay algo en su voz que me llena de inquietud.

-Yo...lo siento. Es mi amiga, no puedo hacerle daño-responde Zach.

-Ya no va a importar nada de eso, porque éste será el fin de la chica.

El hombre le hace un gesto a Joz, la cual me coloca, para mi horror, una pistola sobre la sien. Un escalofrío me recorre la espina dorsal y un nudo se forma en mi garganta.

-Déjala padre...ella no tiene la culpa.

Esa voz... Por un momento creo estar delirando, pero entonces logro vislumbrar entre la neblina de mis ojos a Joz, junto a un hombre canoso. El miedo se apodera de mí. Entonces... ¿quién está apuntándome con la pistola?

-¿Qué ocurre aquí?-musito confundida.

-Te voy a explicar lo que ocurre aquí.

Noto el aliento cálido del hombre en mi rostro

-Tú y Zach sois los culpables de todo esto. Si no existierais mi hija estaría felizmente casada con Harry...pero no. Él está locamente enamorado de ti y eso impide que quiera contraer matrimonio con mi preciosa hija para así, ser inmensamente rico. Ordené a Jocelyne que poco a poco te destruyera, haciéndote creer que Harry te ocultaba cosas, pero veo que se niega a colaborar, por lo que me vi obligado a crear un robot idéntico a ella para que acabaras destruyéndote a ti misma, tuvieras pesadillas y te hiciera creer que estás loca. Todo estaba preparado a la perfección- dirige una mirada furtiva a Zach- Me niego a admitir que Jocelyne, hija de un hombre honrado como yo, quiera a un inútil como Zachary... Así que acabaré con ambos. Que pena tener que manchar mis manos con sangre de una chica tan bonita.

Hace una pausa, que llena el aire de tensión

-¡Mátala!-exclama, lleno de ira.

-Al menos estaré con Harry...- susurro, al borde de las lágrimas.

-Ingenua chiquilla.- dice, mientras ríe sonoramente- Al final has acabado matándote a ti misma.

-Soy fuerte-le reto con la mirada.

-¿De verdad? Entonces por qué tienes todos esos cortes en los brazos, a qué se debe ese corte de pelo y ese rostro demacrado. A mí no me engañas. Harry es demasiado estúpido cómo para no darse cuenta de que debe obedecer mis órdenes y dejar de intentar protegerte, él no puede hacer nada ante mi poder.

-Deja a Harry...él está muerto.

Bajo la vista, sabe demasiado sobre mí. No soy tan fuerte como me gustaría ser.

-Muerta estarás tú en unos momentos, querida- dice sereno, sin mostrar un ápice de remordimiento.

Mi corazón palpita con fuerza, un sudor frío recorre mi rostro y he comenzado a temblar. Noto la presión de la pistola contra mi sien. Un disparo acabará con mi vida, para llevarme a la felicidad eterna.

Oigo como aprieta el gatillo. Un disparo rasga el aire. Mi cuerpo se derrumba en el suelo. No siento dolor, tal vez sea porque al morir la tranquilidad inunda tu cuerpo. Pero la realidad me aplasta y sorprende. Puedo ver al hombre tendido en el suelo, con una mano sobre el pecho, que sangra. Creo que está inconsciente, juraría que está muerto. Zach se encuentra frente a mí, rígido. Su rostro muestra una mueca de desagrado, sorpresa y horror.

-¡Llévala con él!

Esa es la última petición que escucho antes de que Zach reaccione y me ayude a levantarme del suelo, sacándome de aquel terrible lugar que huele a sangre. Antes de desaparecer puedo ver a Joz, reteniendo a su idéntico robot y sujetando el arma. Puedo ver en su rostro humildad y algo de arrepentimiento.

Zach tira de mí. Creo que nunca en mi vida he sentido tanto miedo. Corro junto a él, aferrada con fuerza a su mano. Llegamos a una puerta metálica. Mi amigo teclea una combinación de números sobre una pantalla táctil y la puerta se abre. Aguanto la respiración. La sala está a oscuras y el silencio la inunda. Busco el interruptor en la penumbra. Entonces siento una respiración algo nerviosa cerca mía.

-¿Annie?

Mi cuerpo se congela y siento escalofríos. Solo ha sido una palabra, pero para mí es más que eso.

Hace frío. El vaho emana de mi boca. La llamada se repite en mi cabeza una y otra vez. ¿Es esto real?

Miro a mi alrededor, a pesar de la oscuridad me siento segura. Alguien está aquí, conmigo, que me inspira confianza y protección. No lo pienso más. Esto es real.

-¿¡Harry!?-exclamo, exhausta.

El silencio me produce escalofríos. Palpo las paredes buscando el interruptor. Lo encuentro, pero me detengo. ¿Quiero saber la verdad? ¿Estoy preparada para enfrentarme a ella? Tal vez debería irme de allí, y comenzar una nueva vida, ésta vez sin sufrimiento. Opto por esa opción, pero sé que es imposible, lo he intentado demasiadas veces.

Presiono el interruptor y la sala se ilumina con una potente luz. Me tapo lo ojos, hasta acostumbrarme. Luego los abro poco a poco, con temor, tengo que enfrentarme a la verdad. Estoy aquí, poniendo mi vida en peligro y la de los demás por saberla.

Lo primero que veo es una amplia sala, sin ventanas y pocos muebles. Paseo la vista por la habitación, no hay ninguna rendija de ventilación. Aquí podrían encerrar a alguien a su suerte.

Me detengo. No puedo creer lo que estoy viendo. Las lágrimas inundan mi rostro y las palabras apenas salen de mi boca. Corro hacia el cuerpo inerte que yace a lo lejos, sobre una silla metálica, atado de pies y manos con fuertes correas.

No sé qué hacer, el miedo me paraliza. Observo sus muñecas, con roces sangrantes. Su rostro está pálido. Corto las correas y puedo ver las magulladas muñecas de Harry. Hago lo mismo con las que atan sus pies. Aún no me puedo creer que hayan hecho esto por dinero. Pero...¿quién sabe la verdad y no quiere contármela? Si Harry está aquí es porque aquel día simularon su muerte. Sabían que me volvería loca, que soy demasiado sensible y que acabaría por suicidarme. Supongo que todos los que me rodean también piensan que su muerte es real. El hombre canoso ha fallecido y a pesar de eso siento terror al recordar esa mirada penetrante y maligna. Su único propósito era acabar conmigo, pero no matándome con sus propias manos; sería demasiado llamativo, acabaría conmigo por medio de las palabras y el miedo, así tendría el camino despejado para casar a Joz y ser millonario. Menos mal que Jocelyne no se ha dejado vencer fácilmente...el único problema es que Zachary me ama y mi amiga le ama a él.

No tengo tiempo para pensar más en todo lo que me atormenta. Sujeto entre mis manos su rostro.

-¿¡Harry!?-sollozo, llenando su tez blanca de lágrimas-.Harry...responde por favor.

Siento miedo, mucho, tal vez demasiado.

-No sabes todo lo que te he echado de menos...no he dejado de pensar en ti desde el mismo momento en que te vi caer aquel día ante mis ojos. Todas las pesadillas y el miedo que he pasado, solo por saber si estabas vivo. Quiero ser feliz contigo. Harry, necesito tu sonrisa y la forma en la que me cuidabas todos los días, como si fuera tu hermana pequeña. Sólo quería decirte que...

-Te quiero...-musita.

No me da tiempo a reaccionar, Zach me llama, en señal de alarma. Solo puedo girarme y ver al robot de Joz, apuntándonos con una pistola.

Abrazo a Harry.

Un disparo letal y silencioso rasga el aire.