Reflejos
La lágrima resbala por la comisura de mis labios y cae al suelo, silenciosa. No puede ser verdad, no. Intento controlar mi respiración pero no puedo, aún no. ¿Qué me han hecho? O más bien ¿qué me he hecho? Levanto la vista y vuelvo a observarme en el espejo. ¿Esa soy yo? No, no puede ser real. ¿Por qué no me había dado cuenta antes? Acaricio el cristal con la yema de los dedos. Bajo la cabeza. ¿Qué me estoy haciendo? Siento como si me hubieran desprendido de una parte de mí. Me miro al espejo pero no, no soy yo la que veo reflejada, sino a una chica de rostro demacrado, en los huesos, con ojeras violáceas bajo unos ojos irritados. Intento sonreír, pero el reflejo no muestra una sonrisa, sino hileras de sangre corren entre sus dedos. Esta vez observo mis manos, ¿qué me ocurre? Mis brazos están llenos de cortes. Pensé que los había curado, que habían cicatrizado. No, no pueden seguir sangrando. Cojo agua oxigenada y echo sobre las heridas. Muerdo mi labio del dolor.
Mis manos comienzan a temblar al oír sus voces. Se ríen, acuchillan mis oídos con sus comentarios. Levanto la mirada y la imagen en el espejo ha cambiado. Un grupo de chicos y chicas me observan. Uno de ellos me señala y abre la boca, emitiendo una ligera carcajada. Los demás se le unen. Mi cuerpo tiembla y siente frío. Me abrazo, arropando mis rodillas con mis brazos y cierro los ojos, callando lágrimas que comienzan a emanar de mis dolidos ojos. Intento calmarme, controlar mi dolor, pero no, no puedo, y la tentación vuelve a mí. La cuchilla está a mi lado, manchada de dolor. ¿Cuándo decidí herir mi cuerpo? Fue hace tanto...
Las risas se desvanecen, de forma que sólo puedo oír mis sollozos. Levanto la vista y ellos se han marchado. Ahora veo a una chica feliz, sonriente. Me resulta tan familiar... Acerco la palma de la mano al cristal, acaricio el bonito reflejo de la chica. Sonrío y ella sonríe. Cierro los ojos y puedo sentir algo fluir por mi cuerpo. ¿Felicidad? Traspaso el cristal.
Cuando abro los ojos, sigo sentada en el mismo lugar, observándome al espejo. Sostengo una cuchilla cerca de mis venas. La chica del espejo está triste y poco a poco se desvanece, hasta desaparecer. No, no debo hacerme esto. Arrojo la cuchilla lejos de mí. Levanto la mirada. Ya no hay una chica lánguida de demacrados ojos. Sólo puedo observar a un reflejo arrepentido. Pero no, sé que ya no volverá a ocurrir, debo cambiar esa mirada apenada. Y por primera vez sonrío, y la chica del espejo también.
Nayeli.





Comentarios
partyflipa - hace más de 11 años
¡Qué bueno! Menuda sensibilidad. Oye, hemos hecho todo un fichaje contigo, qué emoción!!
nayeli - hace más de 11 años
Muchas gracias:) La verdad es que este tipo de cosas, cuando las ves en personas cercanas, te afectan mucho y sientes impotencia por no poder ayudarlas... Así que intento escribir para ayudarles, para que vean que no se sienten solos y hay alguien dispuesto a estar a su lado en los peores momentos. Y muchísimas gracias por lo de: "Hemos hecho todo un fichaje contigo, qué emoción!!" Me hace mucha ilusión escribir y que me comenten. Y si soy sincera, esto lo escribí en un rato libre que tuve el otro día, no sé, me resulta fácil. Un besito.
atenea - hace más de 11 años
Genial. Has oido hablar de bely? Ha empezado un proyecto llamado: Camina un rato con mis zapatos. Sería genial que le enviases este texto. :) me ha encantado, gracias.
nayeli - hace más de 11 años
Muchas gracias! Luego me pasaré.
bely. - hace más de 11 años
Nayeli, me ha gustado muchísimo, no creo que haga falta decírtelo, seguro que sabes que es bueno ;) sigue escribiendo y llegarás lejos. " Siento como si me hubieran desprendido de una parte de mí. " " Y por primera vez sonrío, y la chica del espejo también." No dudes que estará incluido en el proyecto : Camina un rato en mis zapatos. Cuando se lance.
nayeli - hace más de 11 años
Muchas gracias bely:) Me hace mucha ilusión!
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.