La mesa camilla
Arrastrando mis pies mientras rozo el techo del salón,
descubro que no hay rastro en mi respiración.
Me entrecorto esperando diluirme en el polvo de esta comida.
Asumo que he de decir gracias...
Gracias... ¿por tu atención?
Eterna ausencia que ralla la inexistencia,
que a la vez rompe y...





