Retrato de un viaje
En medio de una calle, un hombre anciano me miraba.
Sus ojos grisáceos y llorosos por el viento me observaban directamente, como si se tratase de un búho mirando a su presa. Su rostro arrugado por el tiempo se veía agrietado como un árbol viejo. Su cara parecía sorprendida y a la vez desconcertada como si me tratase de un extraterrestre venido del espacio. Llevaba un gorro descolorido que había vivido más tempestades de las que yo podría imaginar,también vestía un poncho de mil colores,que parecía sacado del mismo arcoíris. A pesar de las pocas y muchas cosas que tenía y había vivido, detrás de ese rostro arrugado se veía felicidad.




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