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¿Y a ti quién te manda, Effie? Capítulo 10

Publicado por corcheita44 el 18/04/2014 · Categorías: Humor, Pensamientos, Creación, Libros, LJDH, Diversión a lo grande, Cosas que me gustan, Cuentos, Historias, Effie Trinket, Novelas, ¿Y a ti quién te manda, Effie?

CAPÍTULO 10: Jabón + Snow = Horribles posibilidades

Unos golpes de cacerolas y más utensilios de metal hacen que me despierte sobresaltada. Consigo aclarar la vista y descubro a Katniss, Peeta y Haymitch dando golpes a sartenes y cazos mientras me gritan buenos días. Los tímpanos me van a explotar.

-¡¡¡Buenos días!!! -gritan los tres a coro.

Frunzo el ceño y les lanzo una mirada asesina, me vuelvo a tumbar y escondo la cabeza bajo la almohada, apretándomela contra mi cabeza. Los tres se suben a mi cama y empiezan saltar mientras siguen dando golpes.

-¡¡¡Sois horribles!!! -les chillo mientras me pongo en pie de un salto.

-Tranquila preciosa -dice Haymitch. -Ya es por la mañana.

Me dan ganas de tirarme de los pelos, pero en vez de eso le tiro el cojín de Katniss a la cara y le tiro al suelo del golpe. Katniss y Peeta reemplazan los golpes del metal por ensordecedoras carcajadas, y no puedo evitar esbozar una pequeña sonrisa de victoria. Me preparo y bajamos a desayunar. Chocolate caliente, tostadas, bizcocho... me parece increíble que haya tanta comida en este hotel y que luego la gente en este distrito llegue a pasar hambre, aunque no tanta como en otros. El Distrito 3 no vive tan mal como el 6, el 8 etcétera, más que nada porque la tecnología es lo que la gente del capitolio quiere y necesita. Puro capricho.

Terminamos de desayunar y salimos junto con nuestra compañía a visitar el distrito e ir a la Aldea de los Vencedores. La gente nos mira con recelo y algunas personas me dan mal rollo. Caminamos por las calles del 3 mientras nos explican lo elemental de este distrito. De pronto, un ruido ensordecedor tapa los sonidos de la calle y una columna de humo negro y burbujas de jabón asciende ante nosotros. La gente corre para ayudar a los trabajadores de la fábrica que ha explotado y sin apenas darme cuenta, mis piernas comienzan a correr hacia allí, al igual que las de Haymitch, Katniss y Peeta; y para mí sorpresa, también las de Juanillo. El edificio está hecho pedazos, es imposible acceder a él y a la gente que ha quedado sepultada en el interior. Cuando el humo se dispersa, nos tranquilizamos al ver que todos los trabajadores están fuera, comentando lo sucedido como si se tratase de una simple película. Una silueta aparece del interior y vemos a Beetee acercarse a nosotros. Está manchado de cenizas, las gafas empañadas y el mono azul marino de manga larga que llevaba ahora es gris y de tirantes y lleva un cacharro pequeñísimo en la mano. Aun así, viene con una sonrisa triunfante.

-¡Funciona! -Exclama y la gente aplaude.

Apenas me doy cuenta pero creo que mi cabeza está ligeramente torcida hacia la derecha, estoy confusa.

-¿Qué? -pregunta Katniss, que está en la misma pose que yo.

-Que funciona -dice Beetee mientras se limpia las gafas con un trozo de tela que cae del cielo tras la explosión.

-¿El qué funciona? ¿Un petardo? -pregunta Haymitch irónico.

-Digamos que sí -explica Beetee. -En realidad esto se llena de confeti, pólvora, espuma o lo que se quiera y explota por los aires. Es como una pequeña bomba que explota con lo que quieras.

-Ah, claro -digo. -Y lo has rellenado con...

-Con espuma -aclara. -Bueno, y me da que me pasé de pólvora. Aun así, ¡el edificio ha explotado por el jabón, no por la póvora! ¡¡Es increíble!! -dice maravillado.

-Creo que se le ha metido demasiado jabón en el cerebro -susurra Peeta.

Unos agentes de la paz vienen corriendo a extinguir el fuego que han producido los ordenadores al explotar y uno de ellos se acerca a nosotros con un holograma en la mano.

-Señor Latier -dice acercándose a Beetee. -El Presidente Snow quiere hablar con usted.

-Oh, bien -dice mientras se coloca las gafas.

Haymitch nos empuja hacia atrás para que el presidente no nos vea y nos quedamos a una distancia prudente del holograma. Este se enciende y aparece una imagen del Presidente Snow sentado en un sillón.

-Beetee Latier -dice.

-Sí, presidente.

-¿Qué ocurre? ¿Cómo es que a explotado la fábrica que le proporcioné para que hiciera sus máquinas?

-Verá, señor presidente. Para poder comprobar que el aparato funcionaba correctamente había que activarlo. Pusimos a los trabajadores a salvo -y recalca esta frase. -y comprobamos que el aparato que me pidió fabricar funciona correctamente. Pero no se preocupe, no ha habido heridos y todo ha salido correctamente -explica al presidente sin dudar en sus palabras.

-El que haya explotado ese almacén que ustedes han convertido en fábrica ha sido un gasto enorme. ¿Se imagina el dinero que ha volado por los aires? -discute el presidente mientras sube el tono de voz. Aun así, Beetee no se inmuta.

-¿Se imagina el dinero que puede ganar con el aparato que usted me mandó construir? Usted mismo dijo, señor presidente, que gracias a esta máquina generaría millones y millones de monedas.

El Presidente Snow recapacita un rato en el argumento de Beetee y al final, contesta de nuevo.

-De acuerdo, señor Latier. Pero no me gustaría poner en peligro más vidas ni que se destruyesen más establecimientos. Que tenga un buen día.

Beetee se despide con un movimiento de cabeza y el agente se va con el holograma. Se acerca a nosotros y pone los ojos en blanco.

-No me gustaría perder más vidas -masculla. -Le da lo mismo las vidas que pierda.

-¿Y para qué quiere el presidente una máquina como esa? -pregunta Katniss.

-Para hacer una fiesta en la piscina -ríe Haymitch recordando las burbujas.

-Creo que Snow trama algo... -añade Beetee. -Se ha liado a mandar hacer máquinas de todo tipo: las cámaras que os enseñé, estos aparatos, y luego a parte nos ha pedido material. No sé que pretende.

Un silencio incómodo y miles de horribles pensamientos revolotean sobre nuestras cabezas. Se nota tensión en el ambiente con solo imaginar lo que Snow pretende. Un hilillo de voz chillona espanta nuestros pensamientos y nos devuelve a la realidad. Juanillo nos llama desde la acera y nos indica que el grupo de turistas se está moviendo. Nos unimos a ellos y, junto con Beetee, llegamos hasta la Aldea de los Vencedores.