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¿Y a ti quién te manda, Effie? Capítulo 18

Publicado por corcheita44 el 05/08/2014 · Categorías: Creación, LJDH, Diversión a lo grande, Cosas que me gustan, Historias, Effie Trinket, Novelas, ¿Y a ti quién te manda, Effie?

CAPÍTULO 18: Distrito 7

Llevamos viajando cuatro intensos días y, por fin, estamos en el Distrito 7. En el cinco y en el seis no tuvimos problemas y la estúpida de la guía decidió mantener su boquita de piñón cerrada, lo cual agradezco enormemente. El distrito siete es un lugar rodeado de bosque, lo que hace que este distrito se dedique a la madera. En los juegos del hambre siempre visten con ridículos trajes de árboles, aunque los del distrito doce eran los peores, hasta que llegó Cinna. Creo recordar que antes me encantaba ver los trajes de los tributos, ahora me parecen horribles, al igual que toda la ropa de mi interminable armario. Ya no me gusta nada. ¿Estaré entrando en una depresión? Hace ya mucho tiempo que detesto las pelucas y tanto maquillaje aunque me los tengo que poner para ir con esta extravagante comitiva. Espera, creo que sí que estoy depresiva. De repente mi vida me parece tan... ¿artificial? Los capitolianos parecemos barbies. Creo que estoy empezado a entender a Haymitch -ojalá no me oiga.

Salimos del vagón y me alegra poder estirar las piernas y poder respirar aire de verdad, ahí dentro solo olía a laca y perfumes horribles. El aroma del bosque parece reconfortar, en especial, a Katniss. Claro, es su hogar. Nos llevan dando otra aburrida vuelta por el distrito. ¡No hay nada interesante! Lo único que hay son recuerdos de la guerra, y eso no es bonito. Caminamos por el distrito, paralelos al bosque, porque la gente no quiere mancharse la ropa con restos de hojas secas y demásCada día les odio con un poquito de más fuerza. Camino sin prestar atención a mi alrededor hasta que Haymitch se detiene y me doy de bruces contra su espalda contra su espalda.

-Mira a quién tenemos ahí -dice con una sonrisa señalando hacia el bosque. Lo malo es que la guía también vio al personaje y se acercó rápidamente seguida de todos los capitolianos corriendo cual perros siguiendo a su amo.

-¡Pero si es Johanna Mason! -chilla la guía.

-¡¿Dónde?! -pregunta ella ladeando la cabeza.

-Jijijiji. ¡Pero qué graciosilla! -ríe la estúpida mujer. ¡Que alguien la clave un cuchillo, por el amor de Dios! ¡WOW ESPERA! ... Cada vez pienso en ideas más agresivas. Antes habría dicho algo así como: "Que alguien la quite el maquillaje" o "Tiradla a un charco para que se calle".

-¡Piérdete, payasa! -exclama Johanna mientras, con un suave y femenino toque -no, qué va-, con un fuerte manotazo le tira la peluca al suelo cubierto de hojas.

-La mala leche no se la quita nadie -susurra Peeta con una sonrisa.

-Estoy segura de que antes no era tan insocial -dice Katniss mientras caminamos tras los coloridos y cotorros pompones andantes.

-Yo opino igual -responde Haymitch. -Estoy seguro de que era como tú. Se oye una ZAS que corta el aire y, un instante después, Haymitch aparece con la nuca colorada.

-¡No me pegues!

-No te burles de mis encantos -responde ella indignada.

-Se ha dejado influir mucho por Lady Elizabeth -susurro.

Ella me fulmina y me amenaza con la mirada.-No te atrevas a darme a mí, Katniss -la aviso.

-A tí es a la primera que me atrevo -responde intimidante.

-No me das miedo, maldito piojo.

-¡¿Qué?! -suelta humo por las orejas.

-¡Ya! -interviene Peeta. -Relájense, señoritas.

-Señoraza -corrige Katniss con los brazos cruzados sobre el pecho y lanzándome una mirada despectiva.

-Piojo -corrijo yo imitando su pose.

¡Qué sensible está hoy!

Llegamos a casa de Johanna, que nos abre la puerta con mala gana e "invita" a sentarnos. Solo con ver el orden que hay en su casa se puede ver que la chica de las hachas no lo ha pasado nada bien durante todos estos años. Debido a la escasa hosptalidad con la que nos ha recibido, la guía decide abrir su boquita de piñón y a hacer el tipo de preguntas que le hizo a Finnick.

-¿Y tus padres? -pregunta con una malévola mirada.

Ella se levanta cansada de sus preguntas y sale de la habitación. Se oye un ruido metálico y vuelve con las manos tras la espalda.

-¿Quieres saberlo?

-Pues sí. Queremos saberlo todos.

-En realidad yo no -confiesa Juanillo, que se ha dado cuenta de lo que pasa. Johanna le sonríe a modo de: "chico listo".

-Mejor hago que te reúnas con ellos -saca un hacha de detrás de la espalda y seaerca amenazante y preparada.