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¿Y a ti quién te manda, Effie? Capítulo 2

Publicado por corcheita44 el 03/03/2014 · Categorías: Humor, Pensamientos, Creación, Libros, Sobre mí, LJDH, Diversión a lo grande, Cosas que me gustan, Cuentos, Historias, Effie Trinket, Novelas, ¿Y a ti quién te manda, Effie?

Capítulo 2: Ahora me toca a mí.

A las siete suena el despertador. Lo golpeo para que se apague y hundo la cara en la almohada. Entonces recuerdo lo que pasó anoche. Miro a mi lado y veo a Haymitch profundamente dormido, aprovecho y me levanto despacio para darme una ducha. Me visto, me maquillo un poco y bajo a la cocina a hacer el desayuno. ¿Quién me iba a decir a mí que ahora tendría que encargarme de otras tres personas más y que, además, viven en mi casa? Espero que no sea por mucho tiempo, si les están buscando y los encuentran aquí me acusarán de conspirar con ellos y Dios sabe lo que me pueden hacer. Eso me asusta bastante. Al poco tiempo baja Peeta por las escaleras. Al menos él no se mete conmigo y me entiende.

-Buenos días Effie.

-Buenos días. ¿Quieres desayunar?

-Vale -se lo piensa un poco. No quiere causar molestias.

Me adelanto a Haymitch y a Katniss y les preparo un desayuno bastante completo. Como era de esperar, cuando bajan se lo terminan todo en cuestión de segundos.

-Eff -dice Haymitch. -Cuando entramos ayer aquí, nos dimos cuenta de que...

-¿Sí? -como hayan estado curioseando en mis cosas les mato. Haymitch pilla mi mirada asesina y enseguida se pone en guardia.

-Tranquila Eff -dice. -Solo que nos dimos cuenta de que había un estúpido sonido que no nos paraba de martirizar así que fuimos a ver qué era y descubrimos una jaulita muy mona y todo eso, con una rueda y con hámster rosa.

-¿Y qué? -digo.

-Un hámster rosa... -dice Haymitch con el mismo tono por si no lo he pillado.

-¿Qué? Es de mi vecina. ¡La típica que llama para que le des azúcar y te cuenta su vida en el portal y tú con el pollo en el horno y por más que quieras no deja que cierres la puerta! Sí, esa vecina. Me hizo ese "obsequio" ruidoso como pago a todos los azucarillos que le dejé. Pero hay que reconocer que es muy mono.

Veo que Peeta y Katniss se han acercado a la jaula del hámster y están tonteando con él.

-¿Ves? -le digo a Haymitch. -¡A ellos les gusta!

Al cabo de unas horas de limpieza general decido ir a buscar a Cinna y a Portia para que me ayuden con trajes para que pasen desapercibidos por el Capitolio. Pero justo cuando voy a salir alguien llama a la puerta. Les hago una señal a los tres para que suban inmediatamente al piso de arriba y abro la puerta.

-¡Holaaaaaa! -chilla mi vecina.

-¡Hola! -respondo con una sonrisa bastante disimulada, casi que parece una mueca.

-Mira, ¿tienes un poquito de azúcar?

-Eh... lo siento. Lo de ayer fue lo último -miento. -Justo ahora iba a por más -me precipito a salir pero ella está delante con su gordura colosal y me impide el paso.

-Ay, bueno. ¿Pero sabes lo que me paso ayer? Mira, mira, mira muchacha no te lo vas ni a creer.

-Ya bueno esto... -no sé por qué me da que Haymitch, Katniss y Peeta se están partiendo de risa en el pasillo de arriba.

Antes de que mi vecina pudiese comenzar a hablar aparecieron por detrás tres agentes de la paz que iban registrando todas las casa en busca de Haymitch, Katniss y Peeta.

-Tenemos órdenes de registrar su casa -me dice un agente.

-Eh... claro, pero yo... iba a salir.

-Son órdenes.

Les dejo pasar y descubro que uno de los agentes es Albert. Nos conocemos desde el instituto y me tiene cierto cariño.

-¡Effie! ¿Cómo estás?

Sin dejarme tiempo para responder me lleva hasta una pared y me besa apasionadamente pero yo le aparto con fuerza.

-¡Para! -digo enojada.

-¡Ey! Tranquila, amor. No pasa nada.

-¿Qué hacéis aquí?

-Registrar.

-¿Acaso piensas que pueda estar aquí lo que buscáis?

-No lo sabemos.

-¿Ahora ya no confías en mí? -pongo una carita de pena muy realista y eso le llega al alma.

-Bueno muchachos. Vámonos, aquí no están.

Antes de salir me vuelve a besar y no me da tiempo a frenarle. Cuando se van cierro la puerta y rápidamente bajan Katniss, Haymitch y Peeta.

-¿¡Qué fue eso!? -dicen Katniss y Haymitch al unísono.

-¿No lo visteis? -digo enojada. -Voy a por vuestras cosas y, por favor, no toquéis nada.

-Tranquila Effie -dice Peeta.

-Sí, tranquila Eff. Yo me encargo de maquillarme y ponerme bien guapo por si vuelve ese agente.

Lanzo una mirada asesina y los tres comienzan a reír.

-¡Sois unos críos! -chillo desquiciada.

-Y tú una amarga' -agrega Haymitch.

Salgo dando un portazo y voy hacia la casa de Portia. Cuando se lo explico todo llama a Cinna y rápidamente nos ponemos manos a la obra con la ropa. Llevamos bastantes horas fuera y me preocupa lo que pueda pasar. Al cabo de un rato vuelvo a mi casa cargada de bolsas llenas de trajes enormes. A veces pienso en lo bien que vendría tener ropa más ligera. Entro y dejo las bolsas.

-A ver... -digo. -¡Todos aquí!

Al segundo y medio están los tres frente a mí y yo les doy a cada uno una bolsa con su ropa.

-Probárosla inmediatamente.

Katniss se mete en el baño, Peeta en una habitación y Haymitch en otra y yo me tumbo en el sofá. Entonces oigo a los tres chillar.

-¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Kyaaaaaaaaaa!!!!!!!!!!!! -grita Katniss.

-¡¡Esto es...!! -oigo decir a Peeta.

-¡¡¡¡¡HORRIBLE!!!!! -finaliza Haymitch.

No puedo contener la risa y me muero por ver cómo les queda.