Una hormiga en una casa de campo
Otra mañana más. Un grupo de compis y yo hemos entrado en la gigantesca casa, hogar de inimaginables cantidades de exquisitos manjares. Después de recorrer una larga distancia, nos encontramos a los pies de la mesa, donde siempre hay miguitas que pillar. Trepamos costosamente por las patas, nos ponemos del revés y damos la vuelta al mantel. Subimos un poquito más y... Voilá! Estamos encima de la mesa. Poco a poco se nos unen más compañeras y vamos explorando el mantel.
-¡Que algunas se suban al frutero de porcelana, a ver si ahí hay algo! ¡Vosotras a la izquierda, vosotras al fondo y vosotras, conmigo! -nos ordenan.
Me dirijo hacia la izquierda. Aquí no hay una mísera miga de pan, o de magdalena... Es un trabajo muy costoso porque luego hay que volver al hormiguero. A veces pienso que sería mejor dejarme caer antes que volver a recorrer todo el camino hasta el suelo pero, no puedo arriesgarme a perder el alimento. Los opiliones acechan desde las esquinas por si hay alguna despistada y las moscas se nos llevan sin piedad. Es una vida muy dura. Un terremoto hace que nos mantengamos alerta unos segundos pero, inmediatamente, volvemos al trabajo. Llego al lado izquierdo de la mesa y me encuentro con algo nuevo. Una placa verde y blanca. Voy a subirme a ver qué es. La superdicie marea un poco, algo lo eleva y todo el suelo se vuelve azulito y brillante. La placa da vueltas en la dirección en la que intento huir. Una mano gigante me echa de nuevo a la mesa y, otra vez, la manoque ahora tiene un aliado similar bastante potente, nos barren a todas de la mesa. Muchas de mis compañeras aparecen aplastadas; otras, las del frutero, han conseguido librarse, la mayoría; todas las de mi lado estamos de nuevo a los pies de la mesa. Pues nada, a volver a subir.
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Me levanto por la mañana en la casita que mis abuelos han construido en el campo. Voy a desayunar y veo la mesa llena de hormigas ¡Qué asco, es que nunca se cansan! Alguna que otra vez me las he encontrado en el plato de la comida. Dejo el móvil en la mesa porque no tengo ganas de saber cuántos mensajes de WhatsApp me han llegado por la noche. La gente no se calla. Voy a por un vaso de leche y me encuentro con una hormiga sobre la pantalla del móvil. ¡¡¡Aaaaarg!!! ¡¡¡Qué rápidas!!! La tiro de vuelta a la mesa. Es minúscula y no sé dónde a caído. Mi hermana se sienta a mi lado y las dos pasamos la mano repetidas veces tirándolas al suelo. No me apetece que se coman mi desayuno. De todas formas, sé que volverán, siempre lo hacen.



Comentarios
flashali - hace más de 11 años
#True story
corcheita44 - hace más de 11 años
Seh. Ahora me da pena la hormiga :(
partysummer - hace más de 11 años
Hay algunos inventos para ayudar a que las hormigas u otros insectos no molesten mucho. Aún así me ha gustado mucho como te has puesto en el lugar de la hormiga.
corcheita44 - hace más de 11 años
Lo sé pero mis abuelos lo intentaron y aún así seguían viniendo. No quisieron gastar más dinero en algo que no funcionaba. Guay muchas gracias!!! Me alegra que te guste :D
prisionera de la ωeb - hace más de 11 años
Jajajajajajaja cierto. Me gusta cómo lo has narrado. Primero desde su punto de vista y luego desde el tuyo. Está gracioso x)
corcheita44 - hace más de 11 años
Muchas gracias me alegra que te guste !! X3
_dennaselen - hace más de 11 años
me encanta la redacción el post en si y me encanta como lo redactas es impresionante si señor de verdad que enhorabuena.
corcheita44 - hace más de 11 años
Muchísimas gracias!!!
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