¿Nuestra identidad está determinada por la naturaleza, por la sociedad en la que vivimos o es independiente de ambas?
Todas las personas que habitamos este mundo poseemos unos genes hereditarios y unos factores ambientales. La herencia se encarga de transmitir carácteres y el ambiente es todo lo que sucede a nuestro alrededor. Si nos preguntásemos cuál de estos factores influye en cómo somos actualmente, deberíamos tener en cuenta cómo seríamos si fuéramos físicamente distintos o hubiésemos nacido en otro país.
Pienso que lo que más influye en nosotros es la sociedad, las costumbres de nuestra época y nuestro lugar de residencia. Podemos nacer de una forma pero es la moral, que evoluciona según los hechos que hemos vivido, la que nos hace ser unos u otros. Por otro lado, se puede pensar que si nuestra identidad reside en lo moral, todos deberíamos pensar y actuar de igual manera. David Hume pensó que el origen de nuestros sentimientos reside en la naturaleza pero pueden producir emociones distitas aunque similares. Por ejemplo, cuando se observa una acción viciosa, podemos experimentar una sensación buena o de censura al verlo.
Por otro lado, nuestra genética también puede influir en nosotros, sin embargo, sólo en los casos extremos una condición genética garantiza la manifestación de un trastorno determinado. Por ejemplo, no importa el ambiente en el que te hayas criado, todos los que poseen un cromosoma 21 adicional padecerán Síndrome de Down, lo que supone un retraso mental y unas deficiencias que influyen en cómo somos.
Aún así, hay muchas más cualidades en nosotros que podrían hacernos diferentes. Pierre Magistretti, experto en neurobiología, defiende que las personas estamos genéticamente determinados para ser únicos. Por ejemplo, si una persona nace más alta y bella puede provocar que esa persona tenga más confianza en sí misma, que si no hubiese nacido con esas características.
Para acabar, de todo lo citado con anterioridad podemos extraer que tanto como la naturaleza como la sociedad influyen en cómo somos ahora, pero esta última sólo nos afecta en casos extremos o en ciertos matices. Nadie sería igual si hubiera nacido en la otra punta del mundo.
Fuentes:
-Libro de filosofía, página 154.
-Internet.
Daniel Rodríguez Ramos 1ºE



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