Cibercorresponsales

Nubes de Kétchup ~ Zoe Jones.

Publicado por prisionera de la ωeb el 14/07/2014 · Categorías: Creación, Libros, Historias

El mundo cae sobre mí.

Ni qué decir que no hice caso de lo que me dijo Aaron: “espera un día más y se lo decimos”.

Estábamos en la feria y, cómo no, Max tenía que beber. Le dijimos que parara, pero no hacía caso. Seguía besándome y tocándome. Yo intentaba apartarle: le olía el aliento a cebolla y a un par de perritos calientes. Aaron me miraba preocupado, y Max me tiraba del brazo para que me montara con él en una de las atracciones. Pero no me apetecía y le dije que si podía ir a comprar unos perritos calientes.

Nubes rojas, como si de kétchup se tratase, indicaban que estaba atardeciendo.

Max se dirigió a trompicones al puesto de perritos calientes. Aaron y yo, aprovechando que Max no estaba, nos dimos un beso: “todo va a salir bien. Mañana se le habrá pasado la borrachera y le diremos la verdad”. Vimos que Max se adentraba en el bosque a todo correr. Le seguimos corriendo. Estaba dando golpes en el banco, en las papeleras, a la valla que  separaba el río…

Le susurré a Aarón: “Nos ha visto. Nos ha visto darnos el beso”. Max, descontrolado, seguía dando patadas, puñetazos, soltando bufidos y terribles insultos hacia nosotros sin piedad alguna. En uno de los momentos, hasta llegó a darnos, y nosotros, a la vez, le empujamos; lo que fuera para pararle, y que no siguiera más. De repente, vi su pie resbalarse por el barro; después su cuerpo salpicando en el agua. “¡Corre! ¡Agárrale!” le dije a Aaron. Pero era demasiado tarde. Su mano asomaba por la superficie del agua, luchando contra la corriente. Ya nada se podía hacer.

Había hecho algo no un poco malo, ni siquiera muy malo. Lo que había hecho era terrible. ¿Y sabes lo peor? Que nadie se ha enterado. Sólo Aaron, pero claro está, que él no iba a decir nada, como si no hubiese sido la culpable de aquel inocente asesinato.

Y yo aquí, con lágrimas en los ojos, lágrimas rojas, como si de kétchup se tratara, recordando aquella noche llena de amor, traición, angustia y esa pelea entre dos hermanos.

El mundo cae sobre mí.
Pero al menos sé que su alma se encuentra allí, sobre aquellas nubes de kétchup.