Cibercorresponsales

Se acerca el 15 cumpleaños de Amina, y con él, su puesta de largo. Todos en la casa están expectantes, en especial ella, y felices de prepararlo. Todos menos uno, Brian, que obviamente se alegra por su hermana, pero lo que el realmente desea es estudiar en el extranjero. Su sueño no es ser pescador, sino ir a la universidad. Pero el coste de su matrícula implicaría reducir la puesta de largo de Amina.

Hijo (Brian): No voy a permitir que mis papas renuncien a mis estudios solo porque sea algo a lo que no podemos llegar, sé lo importante que es la puesta de largo para mi hermana pero podrían gastarse menos en su fiesta y racionarlo un poco entre los dos. Además de que mi papa me insiste en trabajar con él en la pesca, ya que según él no tenemos suficiente plata, pero no entiende que si estudio podría sacar a todos de nuestra situación. A parte de eso, no soporto el olor a pescado. Dios bendito dame fuerzas para llevar esta situación.
Esta noche intentaré platicar con mis papás y mi hermanita, y espero que se lo tomen chévere.

Durante el tiempo que tardó en estar preparada la cena, Brian se encontraba confuso, y a la vez asustado por lo que ocurriría aquella noche. Ningún otro miembro de la familia intuyó nada de lo que podría ocurrir, y en aquella casa de clase media disfrutaba de una tarde sumida en un ambiente de lo más tranquilo.

Después, Rosa llamó a sus hijos y demás familia a disfrutar de la comida. Durante la misma, Brian se mostraba inquieto y alterado, y no pasó mucho tiempo antes de que su madre se lo preguntara, haciendo así que se produjera el gran dilema que acabó por terminar con el buen ambiente que ahí antes reinaba. Gran discusión se produjo durante la media hora en la que duró la comida; padre e hijo enfrentados, ambos bandos defendiendo fieramente sus
ideales.
Una vez acallada la dura tormenta, todos hubieron de regresar a sus respectivos dormitorios, dónde inquietos pensamientos rondaban sus ajetreadas mentes, divagando e intentando resolver el problema que momentos antes se les había planteado.

Madre (Rosa): Me metieron en un apuro en la cena, ¡con lo que yo disgusto de discutir en la mesa! Mi hijita con su fiesta... mi chiquita está tan emocionada que me siento incapaz de quitarle su sonrisa. Pero también esta mi mayorzote, Brian, al que he mimado siempre y ahora que quiere salir al mundo... ¡yo lo apoyo! Es un muchacho con capacidades y puede ser el futuro de nuestra pequeña familia... ¡Y el orgullo de su mamá! Posiblemente me meta en problemas con mi maridito por defender a mi hijito... Pero tiene que conocer el mundo de allá lejos y demostrar que en ecuador también valemos. ¡Los tiempos cambian!

Padre (Wenceslao): Me acaba de contar mi hijito la idea tan disparatada que quiere hacer, no comprendo como quiere seguir estudiando, pero en otro país. No puede dejar de trabajar conmigo en la pesca, sin ese importe económico no podremos llegar con facilidad a fin de mes.
Para colmo, mi hijita Amina hace 15 años, y aquí en Ecuador es tradición celebrar la puesta de largo y si no podemos contar con el dinero de Brian todos los meses, mi hijita se tendrá que quedar sin la fiesta.
Así que yo no estoy de acuerdo con la decisión que ha tomado mi hijito, por lo que le exigiré que renuncie a los estudios, ya que somos una clase media y los estudios solo son para gente adinerada, y que siga trabajando conmigo en el sector de la pesca.

Abuelo (Miguel José): Virgencita de mi corazón, cómo se le pudo ocurrir la espeluznante idea de irse a estudiar fuera, con la cantidad de plata que nos costaría. Además de eso, tendríamos que dejar de celebrar la puesta de largo de mi nietecita, y eso no podemos permitirlo. Es tradición aquí en Ecuador celebrar esa fiesta, así que es indispensable que Amina pueda disfrutar de lo que se merece, por tanto se celebrará por encima de todo. Pienso que Brian debería replantearse si debe ir o no a la universidad, ya que eso les costaría a mi hijo y a su mujer un gasto económico que no se pueden permitir sin algunos sacrificios. Estoy completamente en contra de ello, y de que se suspenda la puesta de largo de mi nietecita querida.
Brian es suficientemente mayor como para saber que lo mejor para su futuro es permanecer con su papá en la industria de la pesca, así como mi hijo hizo cuando tenía su edad, igual que como yo hice cuando me lo pidió mi papá, y él antes que yo.

Por otro lado, el único miembro de aquella indecisa famila que tenía más que claras sus ideas era el pequeño Junior, que se encontraba más ajeno que pendiente de todo aquello, debido tal vez a su corta edad.

Hijo Menor (Junior): Pues no entiendo por qué todos están tan alterados.”No hay plata, no hay plata”, dicen todos por un lado y por otro. Mira que son pesados con eso... ¡Pues se consigue más! La suficiente para que la tata pueda hacer su fiesta y el tate también pueda irse. Y, ¿en qué barco se irá afuera? ¿Le llevará papá cada mañana después de desayunar? ¿Y estará aquí a tiempo para cenar? Pues que se de prisa, porque de lo contrario, ¡yo no pienso esperarle!

Por otro lado, la persona quizás más afectada por todo aquello se encontraba confundida y reacia a aceptar todo lo que en aquel momento se estaba produciendo, rogando a lo más sagrado una posible solución a su gran dilema.

Hija (Amina): No sé cómo ha osado mi hermanito a decir semejante barbaridad. Piensa que después de este todo este tiempo esperando la coronación de mis 15 años, el momento que toda jovencita espera para convertirse en una mujer. Todas mis amigas lo harán este año y es algo con lo que toda mujer de esta cultura sueña y recuerda durante toda su vida. Nuestra familia no es muy agraciada en plata pero mis papás llevan ahorrando unos añitos atrás y ya lo teníamos todo pensado. Espero que Brian entre en razón y deje de crear polémica pues no disponemos del suficiente oro para ambas cosas y como todo hombre, debe seguir los pasos de nuestro papá y continuar otra generación como pescador. Pienso que ir a la universidad es algo a lo que sólo pueden ir los niños ricachones hijos de sus papás y mimados con lujosas casas y coches. Quiero que la Virgen de Guadalupe me ayude a ser feliz haciendo entrar a mi hermanito en razón y devolviendo la paz a nuestro hogar para poder continuar con mi puesta de largo, quiero sentirme una princesita durante todo un día.

Ahora el único factor que determinaba todo aquello era el tiempo, que pasaba lentamente, haciendo que el día de la puesta se acerque cada vez más, presionando a los padres a tomar una decisión.