Despierta
Somos lo que hacemos. Abrazamos, besamos, acariciamos. Somos lo que pensamos. No puedo, avanzo, me bloqueo. Somos lo que sentimos. Amamos, nos enfadamos, entristecemos. Somos nosotros.
Un mundo, un lugar, un sitio. Un espacio, una galaxia, un universo. Un todo, un nada. Vacio. Mucho vacio. Sentimiento que expresa vulnerabilidad pero asimismo una extraña necesidad de soledad. Soledad. Una confusión. Necesidad. Dolor.
Todo ser humano ha sentido algún momento así. Una realidad así. Una certeza así.
Puede acabar o perdurar. No se sabe. No sabemos nada. Creemos saberlo pero en el fondo estamos confundidos y no diferenciamos la ficción de lo real. Confundidos. Vivimos confundidos, engañados y completamente absortos en algo que puede que exista, o no.
Nosotros somos una realidad confusa que posiblemente se convierta en una pesadilla. La peor pesadilla o el mejor sueño que podamos tener. Nosotros tenemos una mente creativa que divaga por una imaginación extensa, aquella que nos dice muchas veces como deberian ser las cosas para nuestra satisfacción personal y, que en otros casos puede que sea la pesadilla que nos asuste cuando dormimos.
Un sueño que, nada más nacer, se trasformó en nuestra realidad. Nada nos impide seguir soñando pero tampoco hay que pensar que eso es lo único que nos mantiene despiertos.
Un dia normal en el que estoy frente a mi ordenador con un refresco y con el sol entrando por la ventana, pensando en una cosa. La mayor parte del tiempo siempre estamos pendientes de la realidad y eso confunde.
Ese mundo en el que crees que vives es mucho peor de lo que imaginas. Un montón de sombras acechan sobre nosotros dispuestas a despertarnos del plácido sueño de la ignorancia solo para hacernos sufrir.
¿Y si solamente es una etapa? ¿y si no es para siempre?
La realidad te acompaña siempre, y un día te despertarás y comprenderás el por qué de cada latido.




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