Cibercorresponsales

Lo inevitable: Capítulo 14; Por poco

Publicado por _dennaselen el 20/03/2015 · Categorías: Creación, novela, los juegos del hambre, lo que me gusta, Enobaria, ljdh 2º

Respiro entrecortadamente. Casi muero. He mirado al miedo de frente. Siento una punzada en el corazón. Logramos escapar por los pelos. Brutus me mira. Lo sé por que si no lo hiciera me hablaría. Se acerca y me abraza. Gimo.

- ¿Estás bien? - me dice mirandome el brazo. Al parecer Finnick me ha rajado la vena con su tridente.

- S..si... si claro - le digo.

Me hecha agua en el brazo pero no para de salir sangre. Me voy poniendo pálida. De repente escuchamos un pitido. Un paracaidas. Probablemente de Lyme. Lo abrimos y es medicina con vendas. Brutus me ayuda a ponerme la medicina sobre el brazo aun escondidos entre los matorrales. La nota dice " No seáis insensatos, casí os matan. Los del distrito uno estan revolucionados y el Capitolio no está muy contento. Tened cuidado. Un abrazo de  Lyme" Miro a Brutus, si no está contento el Capitolio, Snow tampoco con lo que me lleva a cuestionarme: ¿ Querrá vernos muertos a todos o dejará a uno con vida? No está del todo claro. Me llevo la mano a la cabeza. Estoy sudando. Aquí dentro, en la inmensidad de la selva hace mucho calor y las reservas se nos han quedado en la Cornucopia y no tenemos nada que beber. Entonces Brutus hace de ángel de la guarda y saca una de esas pequeñas botellas que venden en las tiendas del Capitolio. Le abrazo con fuerza y le doy un sorbo. No quiero agotar la única provisión que nos queda. Me levanto y observo. Beete está medio llorando por la muerte de Majara y se escucha un pequeño canto de un pájaro. Un aerodeslizador saca tres veces su gancho y extrae del agua los cuerpos inertes del distrito 1 y del distrito 3. Me da pena que el resto del mundo tenga que morir para que yo viva pero así son los juegos. No dan ni una tregua. Le doy la botella a Brutus y me alejo de los matorrales para ir a un sitio en el que la perspectiva sea mejor. Me agacho. Veo a Johanna abrazando a Finnick y Katniss y Peeta mirándose. La razón por la que estoy temblando es porque tengo miedo. Lo experimento con lentitud, no se pasa poco a poco. Brutus me coge de la mano y recorremos la orilla de la playa intentando encontrar un ángulo en el cual nos ayude a movernos sin que nos vean ni nuestros contrincantes ni las cámaras y, aunque no es muy difícil lo encontramos 10 minutos más tarde. Lo de no es difícil no es porque estemos seguros sino que es porque todas y cada una de las grabaciones están expresamente dedicadas a los amantes del distrito 12 y a sus compañeros. Encontramos un ángulo suficientemente seguro pero no muy aislado del grupo contrario para enterarnos de lo que dices.

- ¿ Aquí no nos ven ni nos oyen? - le pregunto a Brutus

- Si no nos movemos mucho, no gritamos y evitamos los movimientos bruscos  creo que no sabrán que estamos aquí - me dice, susurrando.

Vemos a Johanna al intentar evitar que oigan su plan da a los matorrales con su hacha, y como parece que no hay nada, se sienta con el resto.

- ¿ Cuántos quedamos? - le pregunta Peeta a Finnick.

- Nosotros y los del distrito 2, únicamente. Además de escasez de comida y de agua - le contesta.

- Tenemos la espita - dice Katniss

- Pero dentro de poco eso no será suficiente - afirma Beete.

Todos se miran con inquietud y con miedo. No saben que les esperan y nosotros tampoco. Temblamos, sabemos que no estamos seguros, pero igualmente para ganar, hay que sobrevivir. Beete se acerca al grupo y susurra tan bajito que no le oigo bien:

- Tengo un plan.