Cibercorresponsales

Tic, tac

Publicado por _dennaselen el 01/07/2016

Pasa. Simplemente, pasa. No para para nadie. Avanza aun cuando nosotros callamos y nuestros caminos se separan. Como una bocanada de aire fresco tras un calor agobiante. Se vuelve vacío. Pasa. No es algo que suela ocurrir, únicamente lo hace sin que nos percatemos de ello

Tiempo. Ese tiempo invisible pero presente que avanza por si solo, sin tener en cuenta la vida de los demás. Algo fortuito que ni nosotros podemos alterar. Un tiempo que a veces tenemos y otras se desvanece como el humo que atrapamos con nuestras propias manos.

Pasa demasiado rápido. No nos deja disfrutar del valor intenso de lo que significa existir con él. Simplemente nos deja con una inmensa duda que no responde a la pregunta de ¿qué pasará? porque solo el tiempo lo sabe. Y nunca nos dará la satisfacción de respondernos.

Un ajedrez. Somos peones, marionetas manejadas por hilos que deciden nuestros movimientos o al menos el tiempo que se debe perder al realizarlos. Las piezas se mueven pero el tiempo no para. O juegas o pierdes. No puedes perder sin intentarlo.

Somos peones en un campo de juego inexplorado en el que un "tic-tac" constante nos alerta de lo que nos queda y de lo que nunca va a dejar de existir. Lo que nos queda cuando estamos tristes y vacíos, lo rápido que pasa cuando estamos alegres y contentos. Lo que deseamos que se destruya cuando estamos enfadados. El tiempo.

Una cosa curiosa que no tiene en cuenta nada ni a nadie. Una cosa inteligente que actúa en consecuencia y que solo él conoce las respuestas que todos desconocemos. Un dios idolatrado por la misma muerte y temido por la misma vida. Tiempo. Existe y es real.

Tic- tac, tic-tac...