You're gone, old friend.
Supongo que recordarás la primera vez que alguien se marchó. La primera vez que tuviste que abandonar. La última vez que le pudiste besar. Ese último abrazo que casi te deja sin respiración, pero que agradeces. Ese adiós infinito con un fin irremediable. Ese beso, largo con un roze suave y delicado, cuando solo os acompañaban las estrellas.
La primera noche que admiraste la luz de estas y comprendiste que sus millones de kilómetros de distancia nos hacen diminutos. Insignificantes. Ese paseo en la oscuridad, agarrando una mano cálida que impide que te caigas. Las últimas lágrimas que derramaste por aquella persona que te sacaba sonrisas rotas de un corazón tensado por el sufrimiento.
Recordarás también como aquel día supiste que era el último para esa persona que era tu amigo, como dijeron que sufría, como quisiste cambiarte por él y ocupar esa camilla blanca que te sacaba de quicio.
Ese sube y baja de un pecho agotado, esas respiraciones acompasadas con las tuyas, ese pitido infernal que desgarraba tus tímpanos, esas pulsaciones que podían parar de un momento a otro, esas lágrimas derramadas por unos ojos cansados de permanecer despiertos toda la noche, preocupados por acabar cerrados y al abrirlos ver lo que no hubieras querido haber visto.
Como tras estar dormido y levantarse duramente, con un susurro, la primera palabra que pronunció fue tu nombre.
Recordarás eso y más. Te arrepentirás de eso y de más.
Como sus últimas palabras a través de la cercanía de un teléfono fueron un te quiero desgarrador, un te quiero profundo, un te quiero que jamás podras devolver. Como sus lágrimas que nunca habías conocido caen y te hacen sentir lo que nunca antes había demostrado. Como esos perdones que decía con voz quebrada los ignorabas porque aún habiendole dado todas las oportunidades posibles, no lo arregló. Pero si lo hizo.
Cada minuto al que necesitabas hablar, que necesitabas desahogarte, él se sentaba a tu lado. Te dejaba llorar, te hacía reir pero sobre todo te dejaba llorar. Te abrazaba y no te soltaba hasta que dejabas salir el último sollozo y te daba la mano cuando caíste y los demás se reian.
Aquel que te enseño lo que no entendias, el que te mostró como era realmente y el que te engañó, pero siempre se arrepintió. Siempre.
Y ahora aqui estás, mirando por la ventana esperando una llamada de que todo va bien. Esa llamada que siempre recibías cuando necesitabas hablar. Esa voz que te hacía reir con bromas que se transformaban en carcajadas, en vida. Esperas que te empujen y que vuelva esa mano que nunca te dejaba en el suelo. Que te agarraba y no te soltaba hasta que aprendieses el camino.
Esperas despertarte de este mal sueño y aparecer en ese paseo, vivir ese beso bajo las estrellas. Ser esclavo del tiempo sin saberlo.
Pero no habrá llamada, no te hablará esa voz, y no volverá esa mano que te ayudó. Porque te fuiste, viejo amigo.
Te has ido dejando una cicatriz con huella en la profundidad de corazones infinitos gracias a tus momentos. Te has ido llevándote una parte de nosotros contigo. Te fuiste, viejo amigo. Te fuiste y no vas a volver.
Solo espero que lo que digan sea cierto. Que las personas que en realidad te aman, nunca nos abandonan. Solo espero que me abraces con tu ausencia para calmar mis pesadillas. Solo espero que tus inertes latidos acompañen a los mios. Solo espero volver a encontrarnos.
Tal vez, algún día...




Comentarios
rulparty - hace más de 8 años
Bravo! Impresionante. (Falta alguna tilde; te invito de nuevo a revisarlo). Felicidades otra vez!