Cibercorresponsales

Esperamos, y ya ha llegado

Publicado por flashali el 01/05/2014 · Categorías: Pensamientos, Felicidad

Se pasan los días esperando algo. Algo abstracto que queremos que llegue ya. ¿Es el verano, con sus largas vacaciones? ¿Es la Navidad, para poder reunirnos con la familia? ¿Es un amor?

De pronto algo llega, algo que te da esperanza. Pero ese algo pasa. Puede tardar horas, días, meses... Pero acaba pasando de largo y dejándonos vacíos, a la espera de otro brote que nos haga sentir ligeros. Buscamos algo que se salga de la rutina. Algo que nos llame la atención y nos haga sentir diferente. Dejamos que vuelvan a pasar los días, pendientes de un futuro que probablemente nos haga felices de nuevo. O probablemente no llegue. O no sea como lo esperábamos. Y entonces nos rompemos por dentro, y esperamos, esperamos... hasta la próxima fecha en que pueda suceder algo.

Como un ejemplo, llega la Navidad. Una chispa de alegría y nostalgia te atraviesa. Estás con tu familia, reunido, alegre, pero temes que ese momento se vaya tal y como vino. Y, cuando se va, te desmoronas. Vuelves a la rutina y todo se vuelve gris, monótono, oscuro.

Somos demasiado materialistas, demasiado estrictos con nosotros mismos. Egoístas y exigentes, y no nos damos cuenta de que la vida pasa, pasan los días, los años, y es la vida que hemos elegido, sujeta a nuestras propias reglas, esperando algo que nos cambie, que nos haga volver a ser felices. Somos ignorantes, después de todo. Queremos encontrar la felicidad, pero solo esperamos a que llegue. Cada año tiene 365 días, cada día 24 horas, y nos parece imposible encontrarla. Cada día puede ser distinto, cada hora puede ser alegre. Hay malas etapas, pero no hemos nacido para encerrarnos en un mundo gris y marchito hasta que pasen.

Cuando uno sepa valorar el momento en que abre los ojos hasta que los cierra, aunque no sea fácil, aunque no apetezca, aunque ya esté harto, entonces encontrará la felicidad. Porque la felicidad, después de todo, la creas tú. Con tus amigos, con tu familia... Y todo puede ser igual  pero a la vez distinto. No somos robots, podemos sentir, amar, odiar... No tenemos que programarnos un día en el que procurar alcanzar la felicidad, tenemos que procurar alcanzarla con todo lo que hacemos. Con dedicación, amor, esfuerzo... Así se alcanzará definitivamente.