Cibercorresponsales

Agua... ¿o algo más? (Parte 1)

Publicado por spidrmancoy el 09/01/2015 · Categorías: Creación

Vuelvo tras unos largos seis meses de vacaciones en Ciber. Y hubieran sido menos si no fuera porque no encontraba inspiración en sobre qué escribir...

Pero esta mañana en el instituto, me vino a la mente una idea fantástica que no dudé en poner por escrito en la hora que tenía libre. Este es el resultado:

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Me desperté sobresaltado. Eran las tres de la mañana, y había conseguido dormir apenas media hora. Lógico y comprensible, después de lo que había vivido estos últimos días. Mi vida había cambiado de un plumazo, y no precisamente para bien. Todo empezó hace tres meses.

Fue un día aparentemente normal: me desperté, mi madre me dio un abrazo, me mandó a comprar la comida: coliflor (la odio) con jamón, jugué a la play y perdí 3-0 en el fútbol en dificultad principiante y con dos de los tres goles recibidos en propia meta. Me puse a jugar con mi hermano en el parque, y exactamente a las 12:12 (hora curiosa) mi hermano perdió el equilibrio y se golpeó la cabeza con el tobogán. Le tuvieron que dar tres puntos y pasamos un medio terrible. Comí la "deliciosa" coliflor a duras penas, recogí y limpié la mesa, echando las sobras en una bandeja, tropecé conmigo mismo y caí: todo mi esfuerzo para nada, ahora debía barrer. Barrí de mala gana y me fui a mi cuarto. Pasó la tarde apenas sin darme cuenta entre deberes estudio, y diversión y ya por la noche me dirigí a baño a ducharme.

Ahí acabó la normalidad: un humo negro salió del desagüe en cuanto abrí el grifo y me envolvió. Me desmayé, por suerte, me dio tiempo a salir de la ducha antes de ello, con la toalla que, según pienso, amortiguó el impacto.

Al despertar, estaba en mi cama, eran las 8 de la mañana, justo la hora a la que me había levantado el día anterior.

Coincidencia - pensé- Pero cuando mi madre me dio un abrazo y me dirigió las mismas palabras que había pronunciado el día anterior, y me mando a comprar: ¡¡¡coliflor con jamón!!!

Pensé que, como estaba obsesionada con comer sano y mucha legumbre y verdura, quería repetir la comida de ayer.

Volví a jugar al fútbol, y aunque mejoré bastante con respecto al día anterior -iba ganando y con diferencia- el marcador se transformó en un 3-0 en mi contra justo antes de que el monigote del árbitro señalara el final.

Fallo del juego-pensé

Salí al parque con mi hermano, y a las 12:12, mi hermano se volvió a caer, haciéndose otra brecha en el mismo sitio que el día anterior y sin poder hacer nada para impedirlo.

Qué torpe es mi hermano-pensé

A la hora de la comida, tiré la coliflor a escondidas para dársela al perro mientras mi madre no miraba, pero, sorprendentemente, volvió del suelo a mi plato como si hubiera retrocedido en el tiempo. Tenía que comérmela, pero lo que estaba pasando me empezaba a preocupar seriamente, quitándome el apetito.

Estaba tan preocupado que decidí contárselo a mi madre la cual no se creyó que me hubiera envuelto un humo negro que saliera del desagüe y estuviera viviendo exactamente lo mismo que el día anterior.

Era una pesadilla. Tenía que ser una pesadilla. Día tras día reviviendo lo mismo. Una pesadilla, sí, eso. Decidí buscar ayuda médica, estaba empezando a desvariar y a padecer insomnio.

Me dijo que era algo psicológico, que se debía a la rutina, y que tenía que pensar nuevas formas de divertirme.

Pensar... Pensar... Pensar.. Eso hice, ¡¡¡pensé!!! y me di cuenta de que desde el accidente no me había duchado por miedo a empeorar la situación.

Con valentía, abrí el grifo y el humo negro salió de mi boca como si lo estuviera vomitando. ¡Era libre! Cerré los ojos y me tiré un buen rato disfrutando del agua calentita, me había quitado un gran peso de encima.

Noté un picor extraño...

Será un mosquito-pensé

Me acosté, me dormí, y ¡¡¡era diferente!!! El día era diferente, sí, pero igual de raro que los anteriores.

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