El asesino de la capucha negra (Parte 1)
EL ASESINO DE LA CAPUCHA NEGRA.
CAPITULO 1.
EL MISTERIO DEL PUENTE COLGANTE.
Estaban todos muertos. No podía creerlo. Y pensar que hace tan sólo unas horas había estado hablando con ellos... Y ahora ya no estaban.
Cinco meses antes...
JAKE: Hola Andrew. Quería decirte algo.
ANDREW: ¿Qué pasa?
JAKE: Mi madre me había dicho que en vacaciones abren un campamento nuevo.
ANDREW: No será muy caro, ¿no?
JAKE: Qué va, si lo puedo pagar hasta yo.
ANDREW: Jaja, entonces me apunto.
JAKE: Avisemos a Mason.
Llamamos a Mason. Habíamos quedado a las cinco en el parque y estaba llegando tarde, como de costumbre.
¡Riingggg! (Suena el teléfono de Mason)
MASON: ¿Qué pasa? - su voz sonó como de recién despierto.
JAKE: Habíamos quedado a las cinco.
MASON: Ya estoy llegando!
JAKE: Mason, hemos llamado al fijo de tu casa.
MASON: Es inalámbrico.
JAKE: Anda, déjate de estupideces y ven. Tenemos que contarte algo.
MASON: Voy.
Mason, tras media hora de aburrimiento, llegó por fin. Le comentamos lo del campamento y como era el más adinerado de los tres, se ofreció a pagarnos a nosotros la estancia allí.
Nosotros se lo negamos por buena educación, aunque por dentro lo estábamos deseando. No le costó mucho convencernos.
Estábamos muy ilusionados, sólo quedaban dos días para el ansiado campamento...
Dos días después...
Llegó el autobús. Nos despedimos de nuestras familias, y Mason nos miró con cara de envidia, sus padres estaban trabajando en Alemania y sólo se pudo despedir de su mayordomo.
El autobús era el típico autobús viejo que sale en las películas clásicas, <
Entramos en el autobús y había un montón de caras nuevas. Yo me senté con Mason, y Jake se sentó detrás de nosotros.
Antes de llegar al campamento, el autobús hizo una última parada. Recogió a una chica, que se sentó al lado de Jake, porque era el único sitio que quedaba libre. Lo cierto es que nos quedamos embobados mirándola, era bastante guapa. Ella no se dio cuenta, estaba cabizbaja por algún motivo.
Sus ojos azules me miraron fijamente. Pude ver temor en su mirada, pero a la misma vez sus ojos preciosos me transmitieron una seguridad que no había visto jamás en ninguna otra chica.Jake, que era bastante ligón, estuvo todo el viaje hablando con ella.
Llegamos al campamento, y Mason se puso a vomitar, lo cierto es que el conductor no era el mejor del mundo que digamos.
Nada más llegar nos dieron la última habitación del edificio donde se alojaban los chicos. Las chicas estaban separadas de nosotros, tenían un edificio que sólo se podía atravesar cruzando un puente colgante que estaba encima de un río.
La verdad es que el lugar no era como yo me imaginaba. Era bastante grande, pero también antiguo, parecía que las paredes del edificio se podían desmoronar en cualquier momento. Además, mi buen amigo Jake me quitó la cama de arriba.
Llegó la hora de comer. Lo que faltaba, judías verdes, nuestro “plato favorito” (nótese el sarcasmo)
Después de comer a duras penas, nos llamaron a todos, nos sentaron y nos dieron una charla explicándonos las normas del campamento y las actividades. Eran muchas normas, de las pocas que me acuerdo eran:
-
Los monitores siempre tienen la razón.
-
Nada de novias, ni de novios. Cualquier actividad sospechosa tendrá su sanción correspondiente: desde un aislamiento hasta decapitación con guillotina importada desde la Revolución Francesa.
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En caso de haber una pelea, los dos participantes deben pelear en el campo especializado del campamento para peleas enfrente de los monitores y con la única regla de que no hay reglas (en la pelea)
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Está prohibido llamarse Ana, por si hay confusiones al decir la palabra semana. Cualquiera que se llame Ana debe cambiar su nombre por María
-
ACTUALIZACIÓN: Puesto que María se puede confundir con la droga, cualquiera que se haya cambiado el nombre de Ana a María o se llame María de nacimiento tendrá que cambiarse el nombre a Daniela.
Esa noche salimos de paseo, y caminamos junto al río, que parecía totalmente diferente a cuando lo habíamos visto por la mañana. Oímos a alguien gritar.
- Help me! SOS! He was killing me! Oh my God! It is a big CUCHILLO!
Nos quedamos paralizados.
MASON: El único inglés que hay en el campamento es ese tal August.
JAKE: No le conozco.
MASON: Ese chico, que está un poco gordito?
JAKE: A, ese?
MASON: Sí, sí, ese... aunque más bien estaba, porque no sé si quedará algo de él.
ANDREW: En vez de ponernos a discutir sobre quién es August, ¿podríamos ir a ayudarlo?
Corrimos hasta donde habíamos escuchado los gritos. Tuvimos que cruzar el puente colgante para llegar, y temimos por nuestras vidas al oír cómo chirriaba y tambaleaba mientras lo cruzábamos.
Al llegar, encontramos un charco de sangre mezclado con chocolate. Pobre, ni había podido acabar de cenar.
Al rato, llegó el señor Moseby, nuestro instructor. Todo el mundo se acercó a la escena del crimen. El instructor Moseby se acercó al cuerpo. Con un dedo cogió un poco de chocolate, lo lamió y dijo: -Todavía está caliente. El asesino debe estar cerca.
Nos pareció ver una sombra a lo lejos. Era imposible alcanzarla. Teníamos que actuar. Pero, ¿cómo?
En ese momento, apareció la chica que se sentó al lado de Jake en el autobús. A, por cierto, su nombre era Jasmine. Si, como la de Aladdin.
JASMINE: ¡Noooo! ¡Mi hermano no!
Empezó a llorar descontroladamente, abrazando al cadáver, embadurnándose de sangre.
Yo le pregunté a Jake
ANDREW: ¿Sabías que eran hermanos?
JAKE: Me dijo que tenía un hermano pero no sabía quien era.
MASON: Pues no se parecen en nada.
JAKE: A propósito, creo que deberías ir a consolarla.
ANDREW: ¿Sí? ¿Y yo por qué?
JAKE: El día que hablé con ella me preguntó cómo te llamabas. Creo que le gustas.
La verdad estaba un poco confuso. No sabía que hacer en ese momento: estaba muy nervioso e impactado, y además era bastante tímido hablando con las mujeres. Pero, supongo que había muerto su hermano, y alguien debía apoyarla. Fui a su habitación, a sabiendas de que incumplía una de las normas, y la encontré llorando.
JASMINE: ¿Qué haces aquí? ¡Déjame en paz! ¡Vete!
ANDREW: Eeee, vale, está bien.
JASMINE: ¡No, espera, no te vayas!
ANDREW: Mi nombre es Andrew.
JASMINE: Ya lo sabía, me lo dijo tu amigo Jake.
La abracé para consolarla, y vi en su cuello una cicatriz en forma de corazón. Le pregunté sobre su cicatriz, la verdad es que soy bastante directo.
ANDREW: ¿Y esa cicatriz?
JASMINE: Me la hice cuando era pequeña, jugando con mi herm..
No pudo acabar la frase, siguió llorando. Era un momento difíciil, pero no sabía qué hacer, no podía hablar ni nada, ella estaba muy sensible. De repente se secó las lágrimas y me dijo:
JASMINE: ¿Sabes, Andrew? Hay algo mu7y raro en todo esto.
ANDREW: ¿A sí? ¿Qué cosa?
JASMINE: A August no le gustaba el chocolate.
ANDREW: Cualquiera lo diría- susurré en voz baja.
Jasmine me oyó.
FIN
Parte siguiente:



Comentarios
spidrmancoy - hace más de 9 años
PD: Esta historia no la he hecho sólo yo, la he hecho con un amigo.
meibiparty - hace más de 9 años
...ummmm...¿para cuándo el capítulo 2? ¿qué pasó con el chocolate? Me encanta que sea una novela colectiva :)
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