Más anécdotas
Seguramente tendré un virus en mi ordenador porque antes de poder darle a 'Escribir un post' he tenido que cerrar cinco ventanas de publicidad.
¿Qué, pensábais que ya os había contado mi vida suficiente? Pues no, allá van más cosas que me han pasado últimamente y que quiero que sepaís.
Así que allá voy.
1. Una compra peculiar
Hace un par de semanas vino mi abuelo de Galicia a visitarnos. Siempre nos cuenta anécdotas apasionantes porque ha hecho de todo, y de hecho me tiré dos horas de una tarde y otra y media del día siguiente escribiendo sus 'memorias' que me dictaba. Y eso era la punta del iceberg... Bueno, el caso es que una vez nos explicó como probar oro, se necesita una piedra y ácido nítrico puro. No recuerdo el proceso ahora mismo, pues no lo pudimos hacer, pero fue a una tienda de colonias conmigo preguntándole si tenía ácido nítrico puro. Pues lo único que tenía el hombre eran colonias... Además, mi abuelo se quería llevar un bote grandísimo donde estaban las colonias para que se probaran, cuando realmente se vendían las pequeñas. En fin, al final nos fuimos de la tienda sin nada.
2. Algo no cuadra
Precisamente con mi abuelo fuimos a un bar de mi pueblo y nos tomamos unas alitas de pollo deliciosas, croquetas y un refresco. En total a mi abuelo le costó unos seis euros, según entendí al camarero, por lo que decidimos ir un día mi hermano pequeño y yo a por esas deliciosas alitas. Por si las moscas, miramos la pizarra donde se ponen los precios, y allí lo vimos: "6 alitas de pollo" 0,80 euros. Estaba todo apagado así que tardaron como media hora en traernos las alitas, pero yo había descubierto la forma de pasar juegos antiguos a un móvil NOKIA que tengo así que estuvimos entretenidos con el de romper los ladrillitos. Bueno, por fin nos sirvieron las alitas y las devoramos. A la hora de preguntar la cuenta: 12,50.
Tragué saliva, e hice cálculos:
- A ver, si nos hemos cogido doce alitas. Seis alitas costaban 0,80... 12 alitas 1,60... Como no cueste el refresco 10 euros, no me lo explico.
- A ver, cariño, mira el cartel. 0,80 la unidad...
A la derecha (pero a medio metro) de lo de 0,80 ponía /ud. que lo debían de poner en ese momento porque antes no lo había visto.
Se me encogió el corazón. Ver como se iba vaciando el monedero e incluso nos tuvieron que perdonar unos centimillos fue muy duro. Después íbamos a comprarnos unas chuches pero se nos quitaron las ganas. Tampoco habríamos podido...
3. Que no pare la música
Bueno, a mi móvil a veces se le sale la tarjeta cuando se me cae y esas cosas y en una de esas se salió estando reproduciendo una canción, los datos se corrompieron y pasé de 2000 que tenía a 700 y pico. Después me tiré dos tristes horas intentado recuperar los datos con programas y sólo recuperé 300, además sólo ponía "Canción 2" y ni el título ni nada. Me enfadé tanto que borré todas, y formateé la tarjeta. Así que ahora empiezo de nuevo. Tenía algunas guardadas en el disco duro y llevo 500. Sí, me gusta tener música a lo grande.
4. Windows 10
Mi sistema operativo es Windows 7, y vi que había una opción de actualizar a Windows 10. Lo hice pero Internet me fallaba cada dos por tres, tardaba la vida en descargar lo que quería si es que se descargaba, y aunque tenía juegos chulos y exclusivos, decidí volver a lo habitual. No viene mal probarlo, pero yo me quedo con lo mío.
5. Nadie nace sabiendo
En Fuenlabrada estuvimos comprando un coche a mi hermana. Justo al lado hay un Alcampo y nos preguntaron el municipio para rellenar los datos del coche. Nuestro municipio es Mejorada del Campo y el señor puso 'Mejorada de Alcampo' No tiene ninguna importancia, pero es algo que nos hizo bastante gracia.
6. Farmacia de guardia
Me mandaron a ir a la farmacia a por unos medicamentos. Justo detrás hay una tienda de chinos a la que voy muy a menudo así que automáticamente me planté enfrente de la puerta de esa tienda. Luego recordé, a ver, iba a la farmacia. Bueno, como las puertas sin cartel son mis mayores enemigos porque nunca acierto, empujando cuando hay que tirar y viceversa, hice de todo, empujé, tiré... Unas chicas que estaban en un banco me señalaron que había un timbre. Yo hice el ridículo, y sí, más vale maña que fuerza.
7. Guiar a la gente por la calle
Estos días me he estado resarciendo indicando bien a la gente por la calle. Una vez un hombre me preguntó dónde quedaba la Catedral de Justo, el punto más famoso de mi pueblo y les indiqué de modo que se fueron dos calles más para abajo. Me di cuenta de que me había liado tarde... Seguramente se acordarían de mí. Pero bueno, las dos veces que me han preguntado veía el destino de lejos así que he señalado en vez de dar tanta indicación liosa jaja
8. Dani y Mario
Hace un mes y pico vinieron mis primos a casa que se llamaban Mario y Dani como mi hermano y yo. El jaleo fue fue monumental: 'Mario, ven a tomarte esto' 'No, el otro' 'Dani, dile a Mario que...' Y pensaba que ser varios Danis en clase era lioso, pues X2.
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