Supergiro- Komikaze (11)
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11. DEBAJO UN BOTÓN
Me desperté con un dolor de cabeza enorme. Para eso me hubiera compensado no dormir.
Cuánto ruido. Cómo se notaba que mi hermano ya estaba en casa. Creo que nunca os he hablado de él. Se llama Ted, como mi osito de peluche de cuando era pequeño (que sigo teniendo con mucho cariño). Es menor que yo, y bueno, estaba aburrido, cogí los papeles del registro civil e hice de las mías. Creo que soy el único que le ha puesto el nombre a mi hermano. Pero parece que no le has importado mucho a mis padres, si no lo habrían cambiado.
- Ted, deja ya de llamar la atención, ahora jugamos.
No respondió. Otra vez pasando de mí…
Fui a su habitación y estaba profundamente dormido. Al abrir la ventana me di cuenta de que el ruedo provenía del exterior, y que no era un simple murmullo de una sola persona sino mucha gente gritando. Era época de las fiestas de mi pueblo, y lo cierto es que vivo bastante cerca de la zona, pero ningún año había oído nada parecido.
Salí al exterior a ver qué pasaba y la gente empezó a correr hacia mí como loca. Yo huí despavorido, ¿qué habría hecho? Aquel murmullo se reorganizó en palabras que podía entender:
- ¡Steven, pivón, saluda a la afición!
- ¡Vamos sal, no nos dejes así!
- Yo llevo seis horas andando sólo por verle.
Tenía que seguir durmiendo. Seguramente mi superpoder era soñar algo que pareciera real. Y tan real, toda la gente coreando mi nombre… En otros momentos habría sido mi sueño, pero mi sueño en ese momento era dormir.
Así que cogí unos tapones para los oídos que usaba en los exámenes el curso pasado (también es mala suerte estar justo al lado de la clase de música y canto) y cerré mis ojos.
Oí un estruendo, me levanté tan rápido como pude y vi que habían echado la puerta abajo y la gente empezaba a entrar a mi casa. Mi hermano se despertó y me preguntó:
- ¿Qué pasa, Etiven? (mi hermano me llama así)
- No te preocupes, quédate ahí en el cuarto. Son amigos míos.
- Pedo mamá no quiede fieztaz en caza
- Puede, pero tú seguro que quieres chuches esta tarde, ¿verdad?
- Tíii
- Pues pórtate bien entonces, ¿vale?
- Vade.
Para tener dos años, es demasiado listo. Sólo espero que no tenga nada que ocultar como yo. Ya me lo estoy imaginando: de día, un hermano pequeño; de noche, un defensor de la justicia. Ted: nombre de oso de peluche, corazón de héroe. Podría escribir sobre eso… después de tranquilizar a una multitud histérica.
Cogí la caja donde había guardado las piezas del reloj, era algo muy valioso que no podía perder, y traté de hacerme oír entre tanto murmullo:
- A ver, chicos, en orden, por favor. ¿Qué os pasa conmigo?
- ¡Te queremos!
Oí varios golpes, y unos cuantos se habían desmayado. Por suerte, habían caído en el felpudo. Mala suerte si tenían el pelo recién lavado.
- A ver, ¿por qué me conocéis?
- Pues a mí me encanta tu nuevo disco.
- ¿Qué tonterías dices? Sus vídeos en Internet son flipantes.
- Pero su actuación en estos Juegos Olímpicos es indiscutible.
- Pues a mí me gusta la peli que hizo con esta actriz tan famosa…
- ¿Lunna Nes?
- ¡Sí, como el monstruo del lago Ness!
- ¡O en inglés como el día de la semana Lunnes!
- ¡Exacto!. Lunna Nes. Sobre todo el beso final es lo mejor, soy muy fan.¡Ay, no me emocionaba tanto desde el día de mi boda!
- ¡Pues yo desde el día de mi divorcio!
Tenía que parar esta locura. Hubo muchos más comentarios pero eran incomprensibles.
- Vale, ¿dónde está la cámara oculta?
- Jajaja, tan gracioso como en tu programa de la tele.
Empecé a entender que me había vuelto famoso. Así me lo confirmaron las cámaras de televisión que se movían como los cuadros que parecen seguirte con la mirada. Qué agobio. Empezaron a hacerme una pregunta tras otra y yo les di más largas que mi padre conduciendo por la noche de mala leche.
Uno de mis fans me tiró de la camiseta y me arrancó un trozo.
- ¡Me haré rico vendiéndolo por Internet!
Otros comentarios más:
- Se ve más bajito en persona.
- Un selfie por favor.
- Di tu frase
- Cuenta un chiste
…
Fantástico. Por primera vez desde… siempre, hay una amenaza mundial en el planeta. Y yo no me puedo ir porque me tienen rastreado, agobiado, mareado, desesperado… De pequeño pensaba que con poner más puntos suspensivos tenía más significado, pero son tres y punto, habría llenado la página. Pero vamos, muchas más palabras que acababan en -ado y todas negativas.
En vez de andar con tanta cartita como habitualmente cuando quería hablar con él, había pedido a Whanzal su número de teléfono, así que por fin le pude enviar un mensaje:
- Me da igual que estés durmiendo. Necesito tu ayuda. ¿Qué poder tienes hoy?
- Ahora mismo nada… lo siguiente, ayudar a la gente con una sola palabra. Llámame en dos horas, seguramente ya lo tendré, pero recuerda que sólo podré responderte una palabra.
- Mmm… vale. Gracias.
- Te mataría por haberme despertado, pero supongo que te debo una.
- ¿Sólo una?
Mientras tanto, un reportero de televisión estaba comentando mis movimientos:
- Bueno, acaba de colgar el teléfono, la información es confidencial y ha hablado muy bajito. Por lo que hemos podido escuchar de la conversación algo de “durmiendo”, “gente”, y “mataría”. Nueva exclusiva: Steven mata a la gente que no madruga.
Y ahí se ve la capacidad de los medios de descontextualizar lo que dices y sacar conclusiones precipitadas. Bueno, formaba parte de mi nueva vida, por un día… eso sí.
Eso sirvió para que alguna gente se fuera, indignada, pero a otros no parecía importarles, eran seguidores incondicionales, que incluso aunque hagas las cosas mal saben dar una explicación más o menos coherente. Y a veces no, pero se la creen ellos mismos.
Fui cariñoso (qué remedio, no me iban a dejar dormir) Me hice todas las fotos, selfies, mandé todos los mensajes y vídeos saludando a gente, dibujos, caras y mil cosas más hasta que pasaron las dos horas y volví a cogir el móvil.
- Pues sí compañeros, lo confirmamos, la adicción del móvil de Steven parece incontrolable.
Cogí en micrófono, y lo lancé al suelo, y pintarrajeé con un rotulador la cámara, como los tenistas. Puse: “TONTO EL QUE LO LEA” Se me olvidó escribir en modo espejo, así que el mensaje fue ininteligible para todos los que lo estaban viendo. Pero es que ya era demasiado.
Al séptimo tono Whanzal me cogió el móvil:
- Ventaja
Me apunte la palabra para recordarla.
Sali de mi casa por la puerta del garaje, y para mi sorpresa no había nadie. Escuché una risita y un 'Ahí está' y en pocos segundos tenía una multitud corriendo hacia mí… otra vez.
Whanzal me escribió.
- ¿Te ha servido de algo? Sé que este superpoder no es el más guay, pero en algún momento te darás cuenta del significado de “ventaja” para ti.
- Pues ahora mismo sólo me cuadra que tu superpoder es una DESventaja. Pero bueno, ya te avisaré si me viene la insipiración.
Por el camino había un puesto de helados, así que la fidelidad al dulce pudo más que el fenómeno fan. Me alegraba, pero sólo se habían quedado atrás los niños y sus respectivos padres. Mis fans más veteranos seguían allí, y una minoría de personas a las que, como a mí, no me gustan los helados.
Dejar de lado al resto de personas no fue facil. Según ellos, mi peli favorita era Titanic, así que me metí en el cine aprovechando que la echaban y les di esquinazo yéndome a la sala de al lado donde ponían una de terror. Sufrí más con la peli que con la gente, pero no me dio ningún infarto. Sí, se supone que un superhéroe debe ser valiente e implacable, pero yo soy la excepción que confirma la regla.
Y mediante diversas estratagemas que, sinceramente, ni quiero recordar, me libré de aquella enérgica multitud. Aunque bueno, si Usain Bolt, Einstein o Mozart eran hiperactivos, yo aseguraba un futuro mejor a mis seguidores volviéndoles locos. Bueno, seguramente no.
Me senté y me clavé algo en el trasero. No sé si me hice una herida y todo, pero como comprenderéis no daré muchos más detalles. A lo mejor os entusiasma tanto este libro que no podéis dejar de leerlo ni comiendo, y tampoco sería plan de ser demasiado específico.
Era la caja con las piezas del reloj de Whanzal. La abrí y la examiné cuando me di cuenta de que mi tranquilidad había durado demasiado poco tiempo. Aunque bueno, esta vez sólo era una persona que se pedía hacer una foto conmigo. Bueno, sonrisa hipócrita y para fuera. Aunque, quizás me podría ser útil.
- Tú tienes pinta de saber mucho. ¿Sabes dónde puedo conseguir piezas como estas?
- ¡Pero, hombre! Si está es una FORNZA de 30mm y dos juegos de STRUBERS de 40x50!
- Parece que entiendes del tema
- Sí, casualmente hago piezas a medida.
Qué encuentro más fortuito. Aunque me costara admitirlo, Whanzal era un pequeño genio. Su reloj era súper útil, y yo también quería tener uno, pero que no estuviera controlado con él. Tardaría menos en buscarme la vida que en convencerle, y ya tenía a mi ayudante perfecto. Compañía a cambio de asesoramiento. Ojalá todo fuera tan fácil…
- Pues, por favor, hazme una copia de todas estas piezas. No una copia en papel, se entiende, que me las hagas otra vez ,vamos.
- Eso sobraba, jaja, se sobreentiende.
- Muchísimas gracias, con 50 euros te llega ¿no?
- No me cobres. Con lo que yo disfruto viéndote…
Me sentí un poco mal, pero cuando me di cuenta de que eran mis últimos ahorros en efectivo, se me pasó un poco el cargo de conciencia.
- Pues, muchas gracias. Te invito a mi próximo concierto…
- Pero, si tú no haces conciertos… Tienes discos que no se venden porque la gente se los descarga por Internet, y como no ganas suficiente te apañas haciendo vídeos para Internet.
- A, es verdad, es verdad.
Es curioso descubrir algo de ti que no sabías. Pero bueno, la realidad puede cambiar en cualquier momento, y de forma drástica.
- Llámame cuando lo tengas listo, ¿vale?
- Para hoy lo tienes.
Aproveché e invertí parte de mi dinero en una ropa con la cara medio tapada para que no se me reconociera, aunque mientras compraba tuve que aguantar otra vez la pesadez de mis fans. Yo realmente no soy famoso, es una tontería de un día, a saber mañana lo que me toca ser o poder hacer, pero en cualquier caso da rabia que la gente se quede con tu imagen pública y no mire más allá: que tú tienes preocupaciones y que si un día tienes mala cara o no atiendes bien a la gente puede ser por algo más. Me he puesto un poco reflexivo, pero estoy seguro de que no soy el único que lo pienso.
Después de aquel improvisado camuflaje, nadie se me acercó. Había combatido los superpoderes, tal como logré hacer en el entrenamiento. Un superpoder también es una superpesadez. Lo incluiré en mi libro de frases celebres, junto con la que me dijo el chaval ' No me cobres' (y aquí entro yo: porque las monedas son de cobre) ¿Ingenioso o no?
Me fui a tomar algo y me prometí a mi mismo que no me gastaría nada más de dinero y recogí las piezas. No podía ir a casa, estaría rodeada y vigilada, así que me senté en un banco con el increíble sol y calor que hacía a pesar de estar a principios de septiembre (bueno, aún es verano)
Yo siempre he sido muy malo para los puzles y estas cosas, incluso los planos del metro se me hace imposibles volverlos a doblar, no sé si ya lo habré comentado. Pero esto era diferente.: las piezas estaban organizadas por colores y tenían imanes de modo que se atraían entre sí las correspondientes y se repelían las que no. Qué buen trabajo del chaval, apenas dos horas ha tardado y lo ha hecho todo facilísimo. Ahora que me doy cuenta, me había dado las piezas nuevas, pero no las antiguas. Bueno, ¿qué más da? Ese reloj no le afectaría.
Mensaje de Whanzal:
Seguramente tienes que concentrar en la ventaja de tener superpoderes. Aunque a veces puede ser un incordio, te puede abrir oportunidades que de otro modo sería muy difícil o imposible obtener.
Ahora entendía a que se refería.
Otro mensaje:
Por cierto, ya te has cansado de mi reloj, ¿no? Bueno, fue bonito mientras duró..
No le respondí, esperando que no se lo tomara a mal, pero es que si trasteaba con el móvil se me iba a caer todo y la iba a liar.
En cuestión de segundos, ya estaba todo terminado. Puse la carcasa, apreté hasta que hizo un sonido metálico, y vi una inscripción: YO SOY FAN, PERO TU ERES FAN-TÁSTICO
Con lo que me gustan los juegos de palabras, creo que a lo largo de estos capítulos lo habréis notado.
La Fanta también es fantástica, pero no voy a hacer publicidad. Un reloj impresionante e impresionista, con una decoración única. Mi reloj. Por fin. Aquello que parecía irrealizable la noche pasada ahora estaba en mis manos.
Los botones eran iguales, eso sí, pero había un botón por la parte de atrás que nunca había visto. Sí, ese botón cambiante que a veces ponía SELECT y me dejaba escoger superpoderes o cosas por el estilo, o el CHANGE que me permitía cambiarlos por uno nuevo.
Ahora la pantalla reflejaba el poder de ser famoso, del cual ya me había dado cuenta. Y el botón se titulaba… Por ir mirando al reloj me choqué contra una farola. Bueno, me choco porque tomo CHOCO Krispies. Perdón, otra vez con la publicidad.
El nuevo botón, en definitiva, ponía: SHARE. Antes de darle como un loco fui inteligente y miré el traductor. 'Compartir' Mmm… Interesante. Quedaban seis horas para que se acabara el día. ¿A quién podría darle el superpoder de la fama? A aquel chaval, sin duda, el que había hecho tanto por mí aunque viviera cegado por mis poderes. Se merecía algo más.
Dicen que dormir con el reloj es malo para la circulación de la sangre. Yo no sé si era otra de esas leyendas urbanas, pero no me lo quité. No me apretaba ni se me soltaba, hasta el más mínimo detalle estaba cuidado. Y me daba la impresión de que aquel impresionista e impresionante reloj tenía más utilidad de la que aparentaba, así que copié en el ordenador una descripción al más mínimo detalle, y la imprimí, hablando de impresión. Vale, soy muy cansino
¿Y qué fue del chaval? Pronto salimos en los medios, tanto él como yo. Yo fui una estrella efímera, conocida por un día. Pero a él eso le impulsó a trabajar duro. La verdad se me olvidó preguntarle el nombre, pero actualmente, y animado por el regalo que le hice,ha estado trabajando duro, mucho y bien, se ha ganado la fama casi sin buscarla y lo más importante, la gente le quiere por lo que hace, pero y aún mejor, también por lo que es.
Pocas veces me he ido a dormir tan satisfecho.




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