SUPERGIRO-KOMIKAZE (9)
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9. EL NACIMIENTO DEL MAL
¿Cómo que no había sido él? Me tomé la libertad de echar un vistazo a su reloj para cotillear el poder que tenía. “Que todo lo que digas sea verdad” Para abreviar, lo llamaré PiNOcho. Es como Pinocho pero NO, entonces es lo contrario, en vez de mentir, decir la verdad. Cosas mías.
Entonces, estaba claro que Whanzal no me había puesto. Pero entonces, ¿quién?
- ¿Tienes alguna idea de quién ha podido ser? Si sólo tú creas estos relojes, no me cabe en la cabeza que haya alguien más.
- Pues sí que hay alguien más sabelotodo. Tanto poder y tanto rollo, pero si no hay malos a los que enfrentarse todo es muy aburrido. El otro día te gasté una broma con lo del reloj, pero el mal hace que el bien resalte más.
- ¿Pero qué narices me estás diciendo?
- Lo que oyes. Por fin tenemos villano. Gracias a él tienes el reloj.
- ¿Pero, cómo?
- Supongo que con lo cotilla que eres habrás visto mi superpoder. Pues a continución crearé a nuestro villano, en exclusivo directo para ti.
Todavía no tiene un apodo guay, pero le pondremos uno cuando le veamos tan guay que se quedará con él aunque seamos sus enemigos. Y acaba de nacer.
Había conocido mucha gente estúpida. Pero Whanzal superaba todos los límites. Busqué mi reloj pero el botón SELECT ya no estaba. Ahora en su lugar ponía CHANGE. ¿Serviría para lo mismo? Bueno, sería difícil superar lo que acababa de pasar, así que lo pulsé. El reloj se iluminó, y mi poder cambió. No sé mucho de inglés, pero creo recordar que eso de CHANGE era cambiar. ¿Por qué pone los botones en inglés si él habla español? Bueno, en inglés suena todo mejor. Por ejemplo Tom Hanks se traduciría como 'Tomás Madeja', Bluetooth es 'diente azul', los Rolling Stones son las 'piedras rodantes', o Natalie Portman, es 'Natalie Hombre del Puerto'
“Saber cuando alguien piensa en ti o habla de ti” Interesante. Muy pero que muy interesante. Pulsé otra vez el botón pero ya no tuvo ningún efecto.
Aún estaba cabreado y no podía comprender la inmadurez de Whanzal. ¿Dónde estaría aquel villano? ¿Qué poderes tendría? ¿Amenazaría a mi familia? Sorprendentemente, él estaba bastante tranquilo.
- No te preocupes, será divertido. Como en los cómics que tanto hemos leído o en los cuentos infantiles, los buenos siempre ganan por más imposible que parezca.
- Si algo he aprendido últimamente es que no es oro todo lo que reluce.
- No todo, pero sí algunas cosas. Y sí, esta es una de ellas.
- Si tú lo dices… Pero prométeme que no harás ninguna locura más.
- Depende de lo que entiendas por locura… Te acabo de conocer chaval. Podemos ser amigos pero a mí nadie me dice lo que tengo que hacer, salvo mi madre o mi móvil cuando se le acaba la batería. ¿Te ha quedado claro?
- Pero… ¡Esto es de locos!- dije, dando un portazo en la habitación donde estábamos hablando. Él tuvo que abrir la puerta e indicarme dónde estaba la salida, lo cual le quitó el tono dramático a mi salida, pero era necesario para no perderme en aquella descomunal casa.
Ya no tenía el poder de la teletransportación. Mis reuniones con Whanzal serían muy complicadas ahora. Como tenía el poder de saber cuando hablaban de mí, intenté concentrarme. ¿Cómo se habría tomado mi reacción?
Percibí que hablando decía: “Steven tiene un taxi que le llevará a su país con todo pagado esperando al otro lado de la calle” Como todo lo que decía era verdad, allí estaba, un taxi. Pero, ¿cómo iba a cruzar el océano un taxi? Pensó en casi todo, excepto en el detalle de que era otro continente.
Me habría encantado saber cómo el taxi atravesaba el océano, pero el sueño fue más fuerte que yo, y cuando desperté ya estaba de nuevo en casa. Por una vez me arrepentí de haber trasnochado.
Cuando llegué había una carta en el buzón. A lo mejor me habían traído por fin mi tarjeta de crédito. No,no se trataba de eso. Era Whanzal. Bueno, supongo que sería la disculpa que me merezco.
Hola Steven:
Espero que hayas tenido buen viaje. Bueno, he dicho que lo tendrás, así que seguro que ha sido así. De hecho, gracias a mí te dormiste en el trayecto, necesitabas descansar y relajarte un poco. Sé que te gusta tenerlo todo controlado, y que uno de tus poderes favoritos es el de saberlo todo que tuviste hace unos días. Bueno, nos conoceremos mañana en tu ciudad. Allí será nuestra primera pelea contra él. Ah, y no te preocupes por lo que me ha costado enviarte la carta. Para la próxima mantén tu billetera cerrada.
Un abrazo.
Hasta mañana no habría más acción, algo que me aliviaba. A pesar de haberme relajado un montón en el viaje de vuelta, la adrenalina se empezaba a notar, pero todavía quedaban más de venticuatro horas para mi primer combate contra un rival distinto a mi propia estupidez, y con un aliado, si es que se le podía llamar así a Whanzal. No hay mayor pérdida de tiempo que crear algo para luego tener como único objetivo destruirlo. Aunque no era el más indicado para hablar de perder tiempo...
Decidí, como habitualmente, buscar la utilidad de mi nuevo poder: averiguar cuándo hablan de mí. Salí a la calle a pesar del calor y me tropecé con un bordillo, cayéndome al suelo.
Entonces percibí las voces de un grupo de chavales que me vieron a lo lejos: 'Qué chaval' 'Que no disimule, que se ha notao' y cosas por el estilo. Parecía funcionar. La cosa es que me había tropezado aposta, en serio, para probar el poder. Pero calculé mal y la caída fue más aparatosa de lo que esperaba.
¡Otra vez! Por lo menos me acuerdo justo a tiempo… Las clases empiezan dentro de poco, y vamos a ir a la piscina todos los de mi clase. Yo también estaba en el grupo, y como salí en el periódico cuando la lié con mi supervelocidad, mis compañeros estaban flipados y por una vez no dudaron en invitarme. Antes de ir para allá andando con un calor abrasador, me concentré, y escuché lo que, desde sus casas, estaban pensando de mí:
- Va a venir también ese chaval nuevo… Bueno, que le conozco desde pequeño pero no sé ni cómo se llama
- Pues ahora veré al que le metieron siete goles… ¡en el futbolín!
- Sería una oportunidad para decirle a Steven que me gusta… Pero no, él no habla con nadie nunca, no me va a hacer ni caso…
- Pues la verdad es que…
Un momento. Traté de retroceder y seguir escuchando a la compañera (y espero por lo que sea que fuera compañera) anterior.
-Por más que le pase los apuntes cuando falta, bueno, me da las gracias y es amable conmigo, pero luego se encierra en su burbuja y se aísla de todo. Ojalá me hiciera caso…
Sí, es verdad que soy un poco introvertido, y si no cojo confianza desde el principio luego me cuesta cinco veces más. La verdad, me sabía el nombre de mis compañeros sólo porque el profesor lo repetía diariamente al pasar lista. Por esa misma razón me extrañaba que no se acordaran del mío, aunque supongo que este año no había dejado huella. El caso es que alguien estaba pensando en mí, o al menos lo había hecho, no ese si al utilizar mi poder escuchaba 'en directo' o eran pensamientos de hace un rato. Pero independientemente de eso, mi objetivo era reconocer a quiénes pertenecían esos pensamientos.
Bueno, tenía que ir a la fiesta, ¿no? Y saber por qué pensaban en mí, y quién era esa chica… El caso es que me armé de valor. No, no cogí bombones de esa marca y me puse a disparar chocolate.
Después de todo, con mis poderes, nada malo podía pasar. Dejé el reloj en casa, con lo chulo que era iba a acabar por los suelos.
Bueno, ya preparado, miré la dirección que tenía apuntada en una libreta multitarea, me sirve para agenda en el instituto, para apuntar los resultados de mi equipo, cosas importantes, etc. Lo habría apuntado en el móvil como hago normalmente, pero lo triste es que lo he perdido… en mi propia habitación.
“Calle de los álamos nº34”
Llamé y salió un hombre en ropa interior que se estaba tomando una Coca Cola. La primera impresión no era agradable, pero bueno, como a mí me habían dicho que dijera que venía para la fiesta y pasara directamente que si no me empezarían a hablar y llegaría cuando la fiesta estuviera acabada. Así que, saludé, dije que venía para la fiesta, y entré. ¿Y la piscina? ¿Y mis compañeros?
- ¿Podrías salir de mi casa, por favor? - dijo con cara de pocos amigos.
Estaba claro que me había equivocado, pero, esta era la calle de los álamos y ese era el número 34. No había duda. Pregunté a la gente y averigüé media hora después que había dos 'Calle de los álamos' Y, con mi suerte habitual, a pesar de que había 50% de probabilidades, me había ido a la que no era. Vale que pongan el mismo nombre a las calles de distintos lugares, pero si lo haces en un pueblo y tan pequeñito como el mío, provocas un lío monumental. Llegué, sudando más agua que la que había en la piscina, pero llegué. Un rostro amable me recibió en la puerta, y salí al jardín atravesando la casa cuando podía haberla bordeado. Siempre por el lado más difícil, así soy yo.
En cuanto llegué, todos se pusieron muy contentos y corrieron a saludarme y abrazarme. Muy sospechoso. Claro, el interés mueve el mundo.
- ¡Vi tu vídeo en Internet! ¡Ha dado la vuelta al mundo!
- ¿Cómo hiciste eso, tío? ¡Eres genial!
Así es Internet, pasas de ser desconocido a alabado, pero todo es efímero. Traté de utilizar mi poder pero me dio un fuerte dolor de cabeza, demasiada gente pensando a la vez. La cosa se calmó un poco, y cuando estábamos todos tumbados tomando el sol, vi que era un buen momento.
Silencio. Un completo silencio. Lo que yo decía, todo efímero. Pero bueno, al menos era uno más de ellos, y no uno menos, como antes.
¿Y la chica? Nada. O no había podido venir a la fiesta, cambio de decisión repentino que me extraña, o trataba de pensar en otra cosa.
Por fin escuché una señal, pero venía de muy lejos… A lo mejor llegaría más tarde. Aunque tampoco quedaba mucho tiempo…
- Sabía que estarías perdiendo el tiempo en esta fiesta.
¿Whanzal? Es que me dan ganas de…
- Lo bueno de esto es que no puedo oírte. Seguramente me estarás insultando, pero créeme, yo me lo estoy pasando muy bien. En vez de prepararte para lo de mañana tú te vas a la piscina a relajarte. No te preocupes que no hay ninguna chica a la que le gustes. Ya te quito un peso de encima.
- Pero, si yo.. lo escuché.
- Ese reloj te indica el poder que tienes, pero también lo puede modificar… Todo tiene un precio, ¿no crees?
- Pues tú lo tienes y lo manejas como quieres. Ah, no, que no me oyes.
- Y, por si acaso dices algo relacionado, el reloj que yo tengo me llevó meses construirlo, tú te lo encontraste de casualidad.
No había chica. Era una doble sensación: tranquilidad, menos problemas, pero a la vez decepción.
Un estúpido de mi clase provocó un incendio haciendo el tonto con la barbacoa, así que nos tuvimos que marchar antes de lo previsto.
Nada más llegar a mi casa, cogí el reloj, lo desmonté y fui colocando las piezas en una caja.
- Así mejor- pensé.
Me tumbé en la cama con un agotamiento increíble. Estaban echando Linterna Verde. Apagué la tele, casi como un acto reflejo, no quería saber nada de ese mundillo, y me dormí.
Tuve un sueño muy extraño: dos plátanos eran espachurrados por un melón gigante, pero después se volvían a 'regenerar', y así sucesivamente durante mucho rato. No era la primera vez que tenía “sueños en bucle”, como digo yo, en los que algo, generalmente absurdo o extraño, se repite muchas veces y en eso es lo único en lo que consiste el sueño. Una vez soñé que no paraba de bajar escaleras, o de tropezarme… Quizás tuvo un significado profético.
Me desperté y miré el reloj: había dormido sólo tres horas. Pero no podía volver a conciliar el sueño.
En la carta de Whanzal aparecía su teléfono, así que le llamé.
- ¡Ah, hola! ¡Te iba a llamar ahora mismo! Bueno, de hecho, estoy en la plaza de al lado de tu casa. No me podía aguantar, y como para mí no ha cambiado el día, sigo teniendo el poder de que lo que digo sea verdad. Así que lucharemos ahora mismo.
- Pero, ¿tú sabes qué hora es?
- Allá no, pero la verdad me da igual. Aquí es hora de merendar, y de un poco de acción. Si no sales ahora mismo acabarás estudiando tu casa.
- ¿Cómo?
- Porque será historia jajajajaja… ¿Lo pillas? Historia. Estudiar historia. ¿O allá no…?
- Lo he captado. Cállate, ahora mismo bajo.
Qué remedio… Quisiera o no, un día nuevo había comenzado, un día que, por cierto, tardaría en olvidar…

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