Cibercorresponsales

Un finde con Montando el Local

Publicado por spidrmancoy el 17/06/2016 · Categorías: Excursiones, Jóvenes, Experiencias, MEL

Estoy como volviendo a la realidad. Después de pasar el fin de semana en un albergue con cuarenta y nueve chavales más unos cuantos adultos molones, todavía no me creo que esté de vuelta.

Y es que, por si no lo sabíais, cada año para despedir el curso de MEL nos vamos fuera a un fin de semana. Y yo llevo cuatro años y todavía no había ido: un año estaba de vacaciones, otro no podía, otro no quería...  Y este año no dejé escapar la oportunidad.

Y no me arrepentí. Os hago un resumen a grandes rasgos para daros envidia. Y diréis, pues si esto es el resumen y ocupa un post... Empezamos:

Estuvimos un ratejo esperando a que llegara el autobús, y cuando por fin llegó nos subimos a él. Me esperaba un viaje no muy largo y tranquilito. Iluso de mí... Cincuenta chavales tranquilitos... Un viernes... Imposible

Pronto lo entendí, pero no tardé en unirme a la multitud cantando "Viva nuestro conductor" o contando chistes de -¡Camarero!

Aproximadamente dos horas después, llegamos a nuestro destino. Nos metimos en nuestra habitación, colocamos las cosas, y cenamos lo que habíamos traído para compartir.

Nos dieron un sobre a cada uno para que lo decoráramos como quisiéramos, y la idea era que luego los colgábamos y a lo largo del fin de semana podíamos dejar mensajes a los demás y recibirlos. Yo me vicié y escribí a casi todos. A algunos algo motivador, a otros algo gracioso, a otros un acertijo... Un poco de todo, tenía 50 oportunidades.

Llegó la hora de dormir. Cada habitación era de diez personas, y yo estaba en la número 3. Pero bueno, lo realmente importante es que estaba en una litera. En la parte de arriba. Yo estoy acostumbrado a dormir en mi cama, tan bonita ella... y estaba en una litera que no pegaba a la pared nada más que con la espalda.

Y sí, al principio tenía miedo de caerme. Yo soy de dar muchas vueltas... tanto a las cosas como por las noches. Pero bueno, dormí y desperté sano y salvo. O a lo mejor estoy en coma y todo esto forma parte de un sueño... Bueno, jamás lo sabré.

Sábado por la mañana: mi gran amigo Alex prepara una gymkana para que todos disfrutemos. Muy bien pensada y estructurada, y sobre todo divertida. Lo pasamos genial hasta que un incidente nos obliga a dejarla a medias.  Maldito incidente..

Algo que pensaba era en el tiempo libre que tuviéramos. A veces se acaban las ideas de lo que hacer y estar todo el rato hablando es un poco aburrido, al menos para mí. Pero lo bueno es que había de todo: balón de fútbol, material de bádminton, ping pong...

Tanto la comida como la cena de todos los días estuvo deliciosa. Había un encargado de mesa que se encargaba de ponerla y quitarla, servir... y a mí no me tocó así que me libré.

Estrenamos la piscina, e hicimos nuestra famosísima guerra del agua. Todo el mundo se trajo pistolas de agua, y quien no pudo cubos. Yo tenía pensado ir a comprar in extremis a los chinos pero no me dio tiempo. Así que no me quedó más que usar mi cantimplora de un litro. Aún así me lo pasé genial :D

Se me ocurrió la fantástica idea de jugar al fútbol descalzo. Me puse de portero, y al tercer tiro que me paré no sé como pero me hice un daño en la parte de arriba del pie... Será que mi pie es muy pijo y que sólo juega bien con zapatilla, pero el caso es que, aunque menos, todavía me duele.

También creamos camisetas personalizadas con virutas de ceras CARIOCA y con una plancha. Sacábamos punta a las ceras, las colocábamos en una plantilla (ya sea predeterminada o diseñada por nosotros) y la planchábamos, de modo que las virutas quedaban fijadas.

Vino Jorge (ballenero), un educador al que todo el mundo conoce por ponernos películas donde muere el protagonista. A pesar de todo, es un buen chaval, y se quedó el resto del tiempo, duplicando la diversión.

Por la noche hicimos un juego de rol en grupo en plan de misterio que preparó nuestro maravilloso educador Miguel, muy original y con un desenlace sorprendente. Os lo pasaría, pero si lo véis ya no podréis jugar con emoción así que..

Yo pertenezco al grupo PREMIUM, que somos los más mayores de Mejorada y Velilla, por lo que teníamos que ocuparnos y vigilar un poco a los pequeños. Al final del día, estábamos bastante agotados, por lo que salimos afuera a relajarnos y nos tumbamos contemplando las estrellas. Nos quedamos dormidos allí. Tres horas después, según me cuentan, nos despertaron para gastarnos una broma.

A mí me dijeron:

- Dani (me llamo Dani por si alguien no lo sabe aún), ¿compras el submarino? ¿Lo compras? Responde rápido

Y yo mientras tanto:

- ¿Qué pasa? ¿Qué pasa?

Todo el mundo partiéndose de risa y yo dormido-despierto, porque no me acuerdo de nada, la verdad. Se nos acabó la fiesta y nos marchamos a nuestra cama, y yo otra noche en una litera, aunque esta vez ya acostumbrado.

El domingo fue un día especial. Nos levantamos con una canción preciosa llamada Mariposas imposibles de Luis Ramiro, que no enlazo porque Ciber no me deja. Fíjate que odio que alguien me despierte con música alta, pero es que esta era tan bonita y me traía tan buenos recuerdos...

https://www.youtube.com/watch?v=8xbbJDE4ti4

También jugamos a un juego por equipos llamado El Mariscal, en el que los cincuenta que éramos estábamos divididos en dos equipos de 25. Dentro de esos equipos había, por orden de rango, un espía, soldados, cabos, tenientes, capitanes y un mariscal. El objetivo era matar al mariscal de cada equipo. ¿Cómo? Era una especie de pilla-pilla. Cuando pillabas a alguien, enseñabas el papelito que tenías con tu rango, y si eras de un rango superior le llevabas a tu cárcel (una parte del albergue que nosotros escogíamos) Si era de tu mismo rango, era empate, y si perdías, te ibas tú con él.

El espía no podía ganar a nadie salvo al mariscal, por lo que el resto debíamos protegerlo. Y el mariscal gana a todos menos al espía.

Si el espía pilla al mariscal del equipo contrario, se acaba el juego.

Explicado pierde gracia, pero si sois un grupo más o menos numeroso (tampoco hace falta que seáis cincuenta) es bastante divertido.

Estuvimos preparando nuestra gala oficial de premios: premio al más estresado, premio al mejor proyecto, premio al más dormilón, premio a la mejor frase... La gala fue en nuestra actividad de cierre que hicimos anteayer.

Llegó la hora de volver. La realidad que me esperaba eran los dos últimos exámenes del curso, y estaba bastante agusto. Pensé en esconderme, pero al final tuve que subir al autobús. Casi dos días que se me pasaron como dos horas.

Nos regalaron un detalle precioso: unas bombillas con una estrellita colgando con nuestro nombre, y con la frase: "Necesitamos que brilles para que el mundo sea un lugar mejor"

Probablemente me habré dejado cosas en el tintero. Por eso, espero que alguno de mis compañeros haga también su post para que tengáis a más de uno contando su vida :)

¡Un abrazo!

PD: No pudimos acabar la gymkana porque alguien de nosotros provocó un incendio. Lo he dejado para el final pero la verdad me fastidió bastante. Tampoco pudimos hacer algunas actividades que teníamos preparadas por falta de colaboración y de rapidez, pero bueno, lo importante es lo que hemos hecho y no lo que no. Y si aun así he disfrutado, eso es lo que importa.

¡Gudbai mai friends!