Ven a jugar conmigo
¿Dónde está? Búscalo. Búscalo por los armarios, en los cajones, me da igual. Pero encuéntralo... Necesito hablar con él. Dile que no se esconda, que no tenga miedo. Que deje su escondite, que no hay ningún padre cerca.

Una vez intenté hacerme su amiga. Soñé con que miraba debajo de la cama, y ¡ahí estaba! Jugando a las cartas con sus amigos. Cuando me vieron me invitaron a jugar. "¿Tú también eres un monstruo?" Respondí 'Sí', con miedo a que me hiciesen daño por ser humana. Pasé toda la noche con ellos, en silencio. Ellos reían y charlaban y yo miraba y jugaba mis cartas.
Hace mucho que no miró debajo de la cama. Lo necesito. ¿Qué ha sido de él? Ya no escucho sus ronquidos y gruñidos. Ya no veo las bolas de pelo que suelta por la alfombra. ¿Y su olor a papel de calco y acuarelas? El olor a libro nuevo ya no inunda mi habitación. ¿Se habrá mudado? No desaparecen cosas de la nevera ni aparecen notas pidiendo perdón. En mi ropa ya no aparecen pegotes de algodón de azúcar. ¿Por qué no encuentro migas de carbón de azúcar entre las páginas de mis libros? Será... que hace mucho que no abro uno.




Comentarios
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.