Lecciones de cómo cuidar una mirada
El otro día iba caminando por la calle, absorta en mis pensamientos, calle arriba hacia mi casa, cuando alguien me regaló una mirada.
Esa mirada no era ni de enfado, ni de sorpresa, ni de admiración. Simplemente, era una mirada. Y quien me la regaló… Era un chico del que por no conocer, no conocía ni su nombre, pero hacía tanto que no me regalaban una mirada así, que no me importaba dónde se hubiese comprado.
El chico pasó de largo, y ahí me dejo, con la mirada entre mis manos. ¿Qué podría hacer yo con ella? En mi casa no tenía espacio para guardar algo tan grande, y tan bonito, pero no quería abandonarla; era un regalo, no podía dejarlo tirado.
La escondí justo en el lugar en el que ese chico me la había regalado, y allí se quedó un par de días, hasta que el lunes siguiente, bajando al instituto, pasé otra vez por ese lugar tan especial y volví a por ella. Se acurrucó en un rincón de mi cabeza, y no salió de ahí. No me dejaba concentrarme en nada. Durante las horas de clase deseaba que ojalá al subir la calle volviese a encontrar el chico que me la regaló. Quería pedirle explicaciones de por qué me regaló algo tan bonito sin ni siquiera haberse presentado, y, en segundo lugar, ya que esa mirada quedó entre nosotros, pedirle que él también se hiciese cargo de ella, que también la tuviese en su cabeza, pensase en ella y la recordase de vez en cuando, porque, bueno, yo no quería llevarla sola, y una mirada es cosa de dos.
Al subir la calle el chico no apareció, y siendo sincera, me entristecí. Ese momento en el que me regaló la mirada me miraba las 24 horas del día desde mis pensamientos. Y yo no entendía por qué, aunque tal vez estaba empezando a cogerla cariño.
Pasaron los días, y sí, volví a ver al chico que regalaba miradas bonitas, pero él nunca volvía a regalármelas. No puedes regalar una mirada y no hacerte cargo de ella. Si la regalas, tienes que recordar a quien se la regalaste, ya que has dado un pedacito de ti, has puesto tus ojos sobre otros ojos y has dejado un pequeño recuerdo en lo más profundo de un corazón.
Él, en cambio, se limitaba a mirar hacia otro lado, como si no recordase que un día me regaló la mirada más bonita del mundo, y que, al menos yo, sigo recordándola todos los días.



Comentarios
un hipster alocado - hace más de 12 años
Asdfghjkl joe Julia, como escribes taaaaaan bien? ME ENCANTA, ES MUY BONITO *-* Y si es verdad, cada mirada es un mundo, y hay que cuidarlas mucho :)
julialalala - hace más de 12 años
Aish, gracias :3
laura - hace más de 12 años
Se me ha puesto la carne de gallina. Muy bonito!
rocky.el.pollo.jefe - hace más de 12 años
i love
partyflipo - hace más de 12 años
De la misma forma que tú volvías al mismo lugar en busca del chico y su mirada... yo vuelvo por aquí a veces a leerte de nuevo. Mira que lo he leído veces... y me sigue maravillando <3
julialalala - hace más de 12 años
Gracias, Laura! Rockyyyy yo también te pollolove :3 Partyflipo, jo, gracias, que me sonrojo :$
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