Aquel día
Fui a la peluquería que se encuentra debajo de mi casa. Mi peluquero se llama Don Juan José, y siempre escucha la misma canción. Es una canción que se escucha en todas las peluquerías, aunque no me acuerdo del nombre. Como muchos adolescentes, iba a raparme la cabeza entera, y a que me hicieran la típica ralla en un lado. Así fue. Cuando le estaba pagando al peluquero, vi pasar a Pedro, al que saludé. Me dijo que si le podía acompañar, y le respondí que no tenía mucho tiempo, aunque acepté.
Llegamos a un parque cercano, donde encontramos a un borracho tumbado en un banco. Pedro me pidió que le quitara una bolsa pequeña. Así hice. Fuimos corriendo a un callejón que estaba a tres manzanas de mi casa.
Al abrir la bolsa, encontré unos polvos blancos que me asustaron mucho, ya que parecían cocaína. Pedro me dijo que probara un poco, que no nos iba a pasar nada, ya que él lo había hecho muchas veces y estaba vivo. Así me convenció. Estuvimos allí una hora completa, después me fui a mi casa.
Al llegar, mis padres me preguntaron que qué me pasaba, o eso creo, ya que no recuerdo mucho de esos momentos. Lo siguiente que sé es que estaba tumbado en la camilla de lo que parecía ser un hospital, y que Pedro estaba a mi lado, con una sábana que le cubría todo el cuerpo, incluyendo la cara.
Aquella cocaína estaba envenenada, y tuvimos la desgracia de dejarnos mover por esos hilos mágicos que te atrapan como una telaraña.



Comentarios
partyflipa - hace más de 11 años
¡¡Vaya!! Me gustan los detalles que das: "iba a raparme, a que me hicieran la raya". Creo que dan mucho realismo al relato.
dcf99 - hace más de 11 años
Jajajaja muchas gracias. Los de nuestro grupo hemos escrito muchas historias, espero que ganemos el concurso
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