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El blog de lissie

Semana Arco Iris.

Publicado por lissie el 01/05/2014 · Categorías: Pensamientos, Creación, Solidaridad

Día Violeta.

Te despiertas una mañana creyendo que será un día normal, como otro cualquiera. Abres los ojos y ni te preocupas de mirar por la ventana a ver qué tiempo hace, presientes que la rutina te regalará un sol brillante. Desayunas y te pones en camino, abres la puerta y  un torbellino de miradas, que te culpan de tus errores se estampa contra tu cara. Vuelves la mirada intentando imaginar que esos relámpagos no van dirigidos hacia ti, que ese dolor que atraviesa tu cuerpo no escuece. Con sus bocas llenas de grandeza, sintiéndose puros y libres de pecado, confiados, resoplan sobre las nubes engendrando una brisa que acaba en tormenta  sobre mi cabeza.

¿Qué es esto? ¿Qué he hecho? No lo entiendo.

Un día normal y corriente convertido en sollozos, un lunes acabado en Violeta. Notas como la presión del agua cae sobre ti y te cala, ya no valen los paraguas. Es  una lluvia ácida que te clava insultos mientras derrite tu sonrisa. Una lluvia que se acopla dentro de tu casa, no respeta la puerta, no entiende de saludos, simplemente entra llevándose consigo el amor establecido durante seis míseros años de vida.

Mientras tú crees que chispea, un chaparrón cae sobre tu cráneo. Sí, aquel que deja a las gotas de agua bailar sobre su enfermiza fachada. ¿Qué error ha cometido una niña de seis años que solo quería regalarle al mundo una diminuta sonrisa?

Día Añil.

Otro desperdicio del tiempo en el que los rayos se convirtieron en clavos, soldando mi alma contra  esas cuatro paredes, cosiendo mi boca privándome de la palabra. Hasta la tormenta se cansa de esperar a que mi cuerpo pierda esta batalla en la que las flechas vuelan sin motivo alguno, aquella que aún no logro comprender cómo llegó a suceder;  hasta ella me abandona dejando cuerpo y alma sola.

De cuclillas en el suelo agonizo mientras el periodo de abandono y menosprecio sigue creciendo en contra mía. Mis espaldas atraen todo tipo de argumentos que acaban con mi entendimiento y engordan la locura.

Quiero conocer el mundo, salir de la prisión, arrancarme estos clavos oxidados mas, no puedo. El mundo al que sonreía me ha dado de lado, estoy sola, incomprendida, abandonada por una sociedad embustera, aquella que solo rebosa codicia. Risas que se apoyan en mi lamento para salir adelante. ¿Ese es mi destino? ¿Llorar para que los demás sonrían?

Ni siquiera abrazarme las rodillas ayuda a que esa necesidad de cariño desaparezca. Pero… ¿qué pasa ahora?

De repente las luces se han apagado. Oscuridad… Oscuridad que aumenta la desesperación, ahoga mis gritos entre escombros que apenas puedo ver, sentir, observar. Tumbada en el suelo me veo flotando en el cosmos, rodeada de estrellas que insultan con su brillo, que luchan unas contra otras por ver quién es la que más reluce. Mientras, yo, me apago poco a poco.

Dicen que cuando una galaxia se aproxima, se ve de color azul. Todos observan esos colores rojizos que se alejan a una velocidad abrumadora pero yo, me estampo contra una galaxia  color añil que poco a poco se vuelve… más azul.

Día Azul.

Me estampo contra esa galaxia infinita ignorando aquel cosmos vacío que da vueltas por mi cabeza, sorteando todos aquellos cuerpos celestes. Unos se apagan, otros se encienden. Miedo, miedo al infinito que se acentúa con el paso del tiempo; miedo a estamparme contra un océano de cuerpos opacos que deliran en un mundo inventado. Ese escalofrío helado que recorre mi piel desierta, mi mente ahogada, sentimientos asfixiados en un océano de luceros fugaces. Temor hacia el viento que va en mi contra, una corriente de destellos que me empujan hacia la avaricia mientras me dejo arrastrar por aquella efímera fuerza que me apuñala por la espalda y me sonríe a la cara.

¡Oh azul! ¡Dulce azul! ¿Dónde está aquel cielo despejado? Aquel que aleja hasta a las nubes más blancas, aquel espíritu feliz únicamente esclavo de los rayos de sol. Sí, ese que se alimentaba de besos y abrazos que, en un abrir y cerrar de ojos, fueron sustituidos por puñetazos.

¡Espera! Siento algo ¿Qué es esto? ¿Acaso estoy delirando?  Noto como dos manos se chocan contra mi pecho, me giran y arrastran en contra de esta marea de gente. Pegan puñetazos a las humillaciones y los comentarios, les rompen en pedazos. Me arrastran hasta el centro de una Vía Láctea refractada.

¡Mira eso! Es el océano, que con sus olas arrastra lo temido y me lleva lejos de aquel mundo tan temerario. Impulsada, entre los golpetazos del oleaje, hasta una orilla en la que sigo siendo una sirena solitaria y, ahora, varada. Otra vez abandonada.

Día Verde.

Esperanza.

Esa palabra que sale de mi boca instantáneamente cuando un rayo de luz ciega mis ojos. Tirada en esta orilla, salpicada por un agua salada que me devuelve a la vida. Aletas que aprisionan unos pies repudiados, inertes por el paso del tiempo, son rodeadas por un brillo verde y sucio. Resplandecen, desaparecen mientras que las escamas vuelan al compás de las notas que me susurra el viento. Despacio, con paciencia, mi cuerpo vuelve a lucir unos pies apenas utilizados, aquellos que rompen las cadenas y le dan paso a una libertad imprecisa. Andando por la orilla de un mar que no volveré a atravesar, sin rumbo, lentamente con el poniente en mi contra. Todo se ilumina y se apaga continuamente entre un vals de risas y lágrimas que no sé cómo acaba. El cosmos se contrae y se expande simulando aquel fin que nunca llega, una explosión infinita de sabores apenas apreciables.

Camino al filo del respetado abismo buscando el consuelo de aquella fuerza extraña. Esa que confió en mi espalda sus manos y presionó fuerte sabiendo mi destino.

Esperanza a que el terror de mis ojos desaparezca al ritmo en el que mis pasos alcanzan la velocidad de la luz, ligereza a la que mis sentimientos alcanzan aquel cielo impune.

Día Amarillo.

Por fin llego al final del camino. ¿Quieres saber lo que me encuentro?

Una escalera infinita me espera como destino. Una escalera hecha con trocitos de la buena voluntad de aquellos que me sirvieron durante este duro camino. Aquella batalla realizada entre pies y cabeza en la que se creó un margen, un punto intermedio que ayudó a finalizar el recorrido de una vida gris y muerta. Aquellas manos que desaparecieron, a las que arranqué la fuerza para poder andar por mi propio impulso. Colores apagados elevados ahora por la sonrisa de aquellos que confiaron en el ardor de un alma dolorida, saturada de llagas.

Pongo un pie en esa rampa abarrotada de gigantescos peldaños. Ahora toca ser fuerte y subir sola mientras los brazos de todos aquellos que me escolta, conducen mi delicado cuerpo. Subamos todos juntos, abracemos el cálido sol que mantiene en pie nuestros sentimientos, sueños, emociones, sensaciones. Volvamos a reír como antes, al lado de personas que merezcan la pena, que anden a tu lado ni un paso por delante ni un paso por detrás. Todos coordinados, marcando marcha firme, dejando nuestra huella en el suelo en el que un día fuimos pisoteados, enterrados.  Coged mi mano. Bailemos al lado de la orilla mientras el excelso astro se refleja en nuestras sonrisas. Gritemos al viento que nuestra vida se ha vuelto amarilla. Reluzcamos más que nunca, creemos una galaxia perpetua, conjugada y respetada en la que nadie juega un papel mayor a otro.

Día Naranja.

Después de esta fiesta de sensaciones solo queda observar el anaranjado atardecer, cuando todo el mundo se va a dormir y yo sigo andando. Observando las pocas luces que rebosan por las ventanas de una ciudad abandonada por la codicia.

Aquella metrópoli que le dice “adiós” a la naturalidad y “hola” a la rutina. Camino mientras los demás resguardan sus pesadillas entre dulces sueños. No paro, mantengo el rumbo fijo. Me había olvidado de que mis temores no han sido afrontados.

Entonces es cuando me doy cuenta de que estoy desabrigada ante el frío del recuerdo de sus miradas, frente a una ciudad perdida, sin el refugio de unos brazos que protegen mis pánicos. ¿Acaso me estoy enfrentando a ellos? Sí, es eso. Sin darme cuenta he sido capaz de salir a la calle sola, preguntar a cuatro desconocidos cuál es el rumbo hacia la euforia eterna. Ahora me doy cuenta de que, en un instante, se ha esfumado todo aquello a lo que temía y me hago feliz y fuerte.

Mientras llego a mi destino sonriendo verdaderamente, le veo a él y me entran ganas de saltar, gritar, bailar; contarle todo esto, pero me callo. Eso ya no importa; ha llegado la hora de volver a ser persona.

Día rojo.

El día del poder, del coraje. Esa rabia vertida ante las injusticias que un día la sociedad cometió contra una pequeña niña. Vuelve el recuerdo de sus risas y alzo el puño al aire, sin ganas de venganza. Restregándoles por la cara que he sido capaz de pasar página. Adiós a los insultos, adiós al maltrato. Bienvenida seas mi nueva y ansiada vida.

Mis ojos desbordan apetito de querer seguir existiendo al lado de todos aquellos que saben valorar el esfuerzo. Despidámonos de todas aquellas ventanas sin barrotes que creíamos caminos llenos de soluciones, de aquellas cuchillas afiladas que se convirtieron en el abrazo de una mejor amiga, líquidos capaces de facilitarnos el final más fácil, un término embustero.

Rojo, color de la pasión derramada entre dos cuerpos; pasión de miradas amadas, sonrisas, abrazos. Gente con la que compartir alegrías, alzar espadas que desafían a las dificultades.

Despidamos aquellos años grises, ¿por qué no creamos un arco iris? Busquemos el principio y el final de todos esos colores.

Rojo, queridísimo rojo. El final de mi meta, el orgullo de mi vida. Gracias a ti ahora todo cobra sentido y el dolor percibido se vuelve a mi favor, convirtiendo a mi espíritu en un guerrero contra máscaras.

Mi final se vuelve mi comienzo, una nueva oportunidad para que este rojo brille más que el fuego y derrita corazones congelados. Rojo… gracias a ti soy una galaxia que se aleja de las mentiras y lucho porque no vuelva a caer una sola lágrima de este mar al que muchos llaman cuerpo.

Rojo… idolatrado rojo.

Este texto va dedicado a todos aquellos que han sufrido o que sufren bullyIng.

Hace apenas unos días me topé con el siguiente video de you tube en el que una chica explica su experiencia ante esta situación que poco a poco se va poniendo más de moda, como si de un deporte se tratase. Movida por la curiosidad, me puse a investigar sobre la historia de esta chica y descubrí que, tras un segundo intento de suicidio, lo acabó consiguiendo. Falleció gracias a los insultos de una sociedad que no supo perdonar un pequeño error, que fue apagando su vida poco a poco hasta que, al final, consiguió apagarla del todo.


Este texto tiene un fin bueno. Quiero apoyar y animar a todos los que alguna vez han pasado por esto y a los que lo están pasando y que se den cuenta de que de todo se sale. Que no merece la pena que cuatro tontos acaben con tu vida, aprender a no rendirnos y luchar por nuestra felicidad, porque ante esta situación, todo da igual, lo único que importa somos nosotros mismos y salir adelante con ello.

Pensaréis que es fácil decirlo, que todo parece más sencillo cuando sabes colocar las palabras adecuadas en el orden correcto pero no, hablo desde la propia experiencia.

Espero que estas palabras “bien colocadas” como piensan algunos sean capaces de llegar a todo tipo de gente. Acabemos con el bullying porque el deporte es cosa de vida sana y no de encerrarnos entre cuatro paredes por miedo a la gente. Espero que este texto sea capaz de ablandar algunos corazones y fortalecer aquellos que estén llenos de moratones.

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~Lissie~

 

 

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Comentarios

  1. corcheita44

    corcheita44 - hace más de 11 años

    Yo conocía la historia de esa chica. Es horrible lo que puede hacer la gente por fastidiar a otras personas, por creerse superiores, por diversión. A medida que he ido leyendo me iba emocionando más y más. La música que eliges es suave y dulce, pero mezclada con tus palabras hacen que quien lee tus textos se ponga en esa situación, se encierre en una cúpula en la que solo se oye la música de fondo y las palabras resonar en el interior de su cabeza. Es algo realmente increíble y complicado pero tú lo consigues. Es talento, es un don. Si te digo la verdad, al final del texto ya tenía un nudo en la garganta. Lo tuyo es increíble.

  2. atenea

    atenea - hace más de 11 años

    Lissie. Le puedes enviar a bely este artículo? Para el proyecto que te dije de: "Camina un rato con mis zapatos".

  3. jorgerivi

    jorgerivi - hace más de 11 años

    Cuando escuché la historia de esta chica y de lo que la pasó sentí que me moría por dentro, porque para hacerle eso a alguien, y más, a una chica hay que ser una persona muy... no quiero decirlo. Pero en fin, la sociedad de hoy en día es un asco, la gente se mete con las personas de baja autoestima para sentirse superiores. En fin, el texto está bastante currado. Como siempre la música, con un piano y violín geniales. Como dice Corcheita: "Haces que quien lee tus textos se ponga en esa situación, se encierre en una cúpula en la que solo se oye la música de fondo y las palabras resonar en el interior de su cabeza." Un gran post. :)

  4. lissie

    lissie - hace más de 11 años

    Estoy de acuerdo con vosotros, cada vez me indigna más lo que hace la sociedad con aquellos que están debiles o pasando alguna mala racha en su vida porque en vez de apoyar y ayudar solo se centran en insultar y pegar para sentirse bien con ellos mismos. No puedo soportar injusticias asi. Atenea, como se lo envio?¿ Gracias a todos por comentar :)

  5. partyflipa

    partyflipa - hace más de 11 años

    Aquí tienes el blog de Bely, sólo ponle un comentario con el enlace a tu post https://www.cibercorresponsales.org/perfiles/belikw Bely está creando un proyecto para combatir cosas como el acoso escolar. Quizá te interese unirte. Echa un ojo a su blog. Además, también escribe fenomenal.

  6. lissie

    lissie - hace más de 11 años

    Vale! Gracias, en seguida me paso por su blog!! :D

  7. samu

    samu - hace más de 11 años

    https://www.cibercorresponsales.org/perfiles/samu/blogs/el-bullyng Hola, mi historia es parecida te he dejado el enlace de mi blog por si quieres leer mi bullyng muy currado felicidades :)

  8. lissie

    lissie - hace más de 11 años

    En seguida me paso :)

  9. atenea

    atenea - hace más de 11 años

    Por favor no digais que la sociedad da asco por cierto que sea. Es infravalorar el esfuerzo de las personas que luchan por cambiarla.

  10. bely.

    bely. - hace más de 11 años

    Lissie, gracias por pasarme el enlace de este artículo lleno de tantos colores. Lleno de tantas emociones tan bien descritas, tan bien transmitdas. Enhorabuena por este texto tan poético y enternecedor. "De cuclillas en el suelo agonizo mientras el periodo de abandono y menosprecio sigue creciendo en contra mía. Mis espaldas atraen todo tipo de argumentos que acaban con mi entendimiento y engordan la locura. " "¡Mira eso! Es el océano, que con sus olas arrastra lo temido y me lleva lejos de aquel mundo tan temerario. Impulsada, entre los golpetazos del oleaje, hasta una orilla en la que sigo siendo una sirena solitaria y, ahora, varada. Otra vez abandonada." "...de aquellas cuchillas afiladas que se convirtieron en el abrazo de una mejor amiga, líquidos capaces de facilitarnos el final más fácil, un término embuste" No dudes que formará parte del proyecto: Camina un rato en mis zapatos cuando se lance. ¡Gracias!

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