La gran carrera

Suena el pistoletazo de salida.
Empezamos a llorar.
Al principio para nosotros las vallas son invisibles, simplemente saltamos instintivamente, pero a medida que va pasando el tiempo vamos viendo cada vez más, y más.
Hay gente alrededor que nos añade vallas, nos las quita o nos ayuda a ver que donde parece haberla no hay ninguna o que no hace falta saltar tanto.
A veces nos caemos, a veces porque no podemos saltarlas y otras porque creemos que no podemos.
En la mayoría de las ocasiones, si no saltas una valla a tiempo van apareciendo cada vez más y más.
No hay que alarmarse por cada valla, pero tampoco relajarse excesivamente.
En la carrera no hay que llegar el primero, ni rápido, ni lento, hay que simplemente llegar, tratar de pasar cada valla y si hay alguna que no se pueda buscar un atajo. Porque también los hay.
No todas las vallas son iguales. Hay vallas que aparecen de repente, sin que te las esperes, y tienes muy poco margen de reacción. Otras vallas las ves desde kilómetros de distancia, y el hecho de verlas te entorpece en la carrera, con lo cual te cuesta más saltar lo que viene antes de tu temor.
Puede que mires atrás, veas una valla de lado y pienses: "¿Por qué no la habré saltado"? Pero también puedes pensar que a la próxima la saltarás, o que al menos te esforzarás más por hacerlo.
Además, cada una de esas vallas tiene nombre. Algunas te lo dicen a la primera pero a otras tienes que sonsacárselo. Y, como hay algunas en grupos, tienes que ir recogiendo informaciópn de cada una para saber a qué problema te enfrentas en conjunto.
"Tristeza", "enfado"... suelen ser fáciles de reconocer. Pero a veces podemos confundir "cansancio" con "enfado" y así por el estilo.
El confundir las vallas también es peligroso, pues no todas se saltan del mismo modo.
Pero no todo es un saltar continuo. También hay trampolines, llamados "familia", "amigos", "tú mismo", "hobbies"... Tu carrera a veces se hace muy liviana, saltas con auténtico placer, con fuerzas para superar kilómetros y kilómetros de vallas.
Pero a veces, hasta la valla más pequeña te cuesta un riñón.
Y recuerda, como el objetivo no es llegar el primero, sino llegar, no hay que precipitarse a la hora de saltar una valla, ni tampoco esperar demasiado.
Tu vida, mi vida, nuestras vidas, son una auténtica carrera de vallas.
Desde que nacemos, ¿recuerdas?: el pistoletazo de salida
Lloramos, y nos enfrentamos al mundo. "Hambre", "sueño", "caca" y "pis" suelen ser nuestro ciclo de vallas durante nuestros primeros meses de vida. Pero poco a poco se van complicando más.
Después de esta alegoría en la que he repetido mucho la palabra valla, solo os diré que saltéis mucho y lo mejor que podáis, que encontréis y aprovechéis vuestros trampolines y que uno de ellos, y vaya que te impulsa hacia las nubes y hacia delante es este: Cibercorresponsales.
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¿Recordáis este vídeo? Fue el primer trabajo en el que participé para el concurso "Y tu qué" Se trata de un diccionario elaborado por "Mejorada pequeños" en el año 2013, también conocidos como "Localitos", en el que abordábamos algunas de esas vallas, de esos sentimientos negativos que nos ponen trabas en nuestra carrera.
Dentro vídeo:



Comentarios
partysummer - hace más de 9 años
Tengo la sensación de que lo importante de esto de la carrera es continuar siempre en movimiento. No detenerse. Da igual que nos caigamos, que nos tropecemos, que avancemos rápido o más despacio. Siempre que no nos estanquemos. Por cierto, en las primeras vueltas a la pista nos quitaron todas las vallas, estaban ahí nuestros padres para ayudarnos.
spidrmancoy - hace más de 9 años
Estoy completamente de acuerdo.
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