Disertación filosófica

¿Nuestra identidad está determinada por nuestra naturaleza, por la sociedad en la que vivimos o es independiente de ambas?
Mediante esta disertación se trata de resolver el origen de la determinación de nuestra identidad. En ocasiones, se cree que la identidad es fruto de la genética, es decir, que se compone de una serie de elementos químicos que se unen y como resultado han dado lugar a una persona y la identidad que la configura. En otras opiniones, encontramos que nuestra identidad se construye a partir de la conexión con los “otros”, la sociedad, y con las condiciones que conforman nuestra vida. A partir de ello, voy a tratar de explicar cómo ambas dimensiones, tanto naturaleza como sociedad, constituyen nuestra identidad.
La naturaleza determina nuestra identidad, es decir, nuestro origen también forma una parte de la identidad. Así, antes de nacer, tenemos una serie de capacidades que sufren un desarrollo diferente en cada uno de nosotros (en cada feto), lo cual es causa de las propiedades de cada gen que configura nuestro ADN. Con capacidades me refiero, por ejemplo a la flexibilidad, a la capacidad de asimilación de información, a la capacidad lingüística, que se desarrollará a un nivel diferente en cada feto (en mayor o menor grado) como consecuencia de nuestra genética.
Del mismo modo, hay que considerar que nuestra naturaleza puede cambiar mediante la influencia de la sociedad que incide en nosotros. Argumentando esta opinión, hay que tener en cuenta que no éramos igual hace cientos de años que ahora. Esto es, nuestra identidad de persona no era la misma que ahora, sino que se ha dio modelando a través de las generaciones, con lo que me refiero a las diferentes etapas de la historia en las cuales se han ido descubriendo realidades hasta entonces desconocidas: esto es la cultura. Por lo tanto, estos descubrimientos proceden de personas con las cuales no tenemos pro qué tener una relación filogenética pero que, sin embargo, han participado en la conformación de nuestra identidad. Una segunda forma de demostrar que la sociedad determina parte de nuestra identidad, es esa parte de la cultura que se denomina tecnificación, por medio de la cual nuestra identidad ha podido ser determinada antes de tener lugar en el mundo: manipulación genética. Una última argumentación a favor de este hecho es que podemos modificar nuestra identidad. Esta capacidad según la cual las personas tenemos la posibilidad de hacernos a nosotros mismos(dentro de unos límites)se pone en marcha sólo cuando existe una necesidad de hacerlo. Esta necesidad es respuesta a un estímulo por parte de la sociedad. Una persona deberá mostrar valentía en situaciones difíciles en las que se encuentren. De modo que, esta maleabilidad de nuestra identidad favorece nuestra supervivencia.
En definitiva, se puede afirmar que ambas realidades crean lo que somos. Mientras que la naturaleza nos da capacidades o potencias, la sociedad origina el desarrollo posterior de las mismas. Para ejemplificarlo, se puede tener la capacidad lingüística general (más o menos sofisticada en cada persona), es decir la capacidad de hablar. Sin embargo, para poder dar lugar a nuestra “identidad lingüística”, y con ello me refiero a nuestra lengua materna, debe existir una relación con otras personas (la familia).
A su vez, esto tiene como consecuencia que sólo una persona que es íntegramente persona puede tener identidad. Por ello, hay que tener en cuenta que una persona sólo se forma íntegramente si vive en sociedad.
A modo de conclusión , la identidad consta de dos partes: una parte determinada a través de la naturaleza, y otra parte que debe ser constituida por nuestro aprendizaje procedente de la vida en sociedad.
Escrito por : Candela Martín Guzmán ( Xiaomei Chen Chen)



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