Mi cielo, ¿por qué lloras?

Me enamoré de ti y no pude evitarlo. Te miro constantemente y cuando decido abstraerme del mundo me refugio en ti. Hacia ti siento un amor tan puro como el amor hacia un padre. Supe que era puro porque no quise poseerte, no me volví egoísta. Me bastaba con mirarte. Tus pequeños gestos, tu forma de mirar el mundo. No buscabas el cariño de todos, pero si conocerles. Eras un libro abierto, abandonado a los ojos de todos, y guardabas con las puertas abiertas sentimientos de esos que se desbordan con una ojeada.
Y yo, como el resto del mundo, ocultándolos. No se el por qué. No es debilidad ni vergüenza, pero somos así. Tú eras diferente. No brillabas todos los días, pero cuando lo hacías. Aunque nadie te pudiese mirar a los ojos, brillabas.Simplemente con tu cara reflejabas el mundo.
Pero me mentiste. No eras quien decías ser. Dejaste de ser mi vida, mi cielo. Y te materializaste en alguien muy cercano para mi. Y dejé de poder mirarte a los ojos, al igual que cuando te miraba desde el suelo, y tú en lo alto. No podía. No lo admitía. No podía simplemente amarte como a mis seres queridos. Y esta vez tampoco supe por qué el humano no mostraba lo que sentía. Aunque se inclinase a hacer el bien, a dar sin recibir, nada era más difícil que dejar de dar bienes materiales para dar tus sentimientos y corazón a una pregunta sin respuesta: "Quién eres tú".
No supe responder. Tampoco supe quién hablaba. Me habría vuelto a equivocar? Me giré. Observé los rostros de la gente: unos sonreían, otros eran serios, y unos pocos enfadados. Dónde quedaba la tristeza? No podía ser que no les cupiese un sentimiento tan inmenso. Y si simplemente lo habían desechado? Habría quedado perdido?
Miré hacia abajo, hacia el suelo encharcado. Hacia la esquina de la tienda de alimentación. Y te encontré. Hablabas tú? Quién eres? Me respondiste, desconocido. A mi pregunta. A la pregunta que yo no supe responder.
Era yo quien estaba equivocada. No me habías mentido. Me había mentido yo. Seguías siendo tú. Mi sol y mi cielo. Hoy estabas llorando, y en vez de consolarte, me cubrí con mi paraguas y aceleré el paso.



Comentarios
airunosa - hace más de 11 años
Cuanto echaba de menos tus artículos tan bonitos!!!
andreamata - hace más de 11 años
que bonito:)
atenea - hace más de 11 años
Muchas gracias.
lissie - hace más de 11 años
Que bonito! Es precioso, me encanta como escribes.
jorgerivi - hace más de 11 años
Precioso. se autodescribe así mismo. Que belleza y armonía de frases.
violet - hace más de 11 años
Creo que me he enamorado de este post.
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.