Enseñando a aprender, aprendiendo a enseñar (Parte 1)
La puerta se abrió, y entró un señor de baja estatura, a medio afeitar, con una larga melena y vestido en chándal. Antes de sentarse en la silla, inspiró, cerró los ojos, dio dos golpes secos en la mesa y una vez relajado, tras acabar su extraño ritual, se sentó y abrió su libro. Pensaba...






