Ponderoso sino
Cuando me pongo a pensar en mi futuro siento un nudo en la boca del estómago. Después de tantos cambios, tantas noches de insomnio y lágrimas, encontré una pequeña ciudad en la que volví de nuevo al camino. Y ahora… ahora todo cambiará, de nuevo la incertidumbre del sino me abruma. Parece que éste me la tiene jurada, no quiere que siga mi camino.
Salgo a la calle para recordar, las lágrimas asaltan mis ojos a punta de cuchillo, mi corazón sufre taquicardias y mis sentimientos abruman mi presente con una espesa niebla. Ponderoso sino, ten piedad de mí.
Sé que tuviste piedad en alguna ocasión, pero esto es distinto, es el resto de mi vida. Te escondes en mis más oscuros rincones, en mis peores pesadillas; pero, ahora, dime ¿por qué resulta tan jocosa la desgracia ajena? ¿A caso olvidas que tú mismo, querido sino, también eres desgraciado? Siempre tan rodeado de sombras, de problemas, lágrimas y gritos mudos.
Esta vez pierdes, tú, ponderoso sino, no podrás con esta canija. Aunque mis rodillas besen el suelo, tú no eres el causante. En esta ocasión existe un poder aún mayor que el tuyo. Mi boca comienza a articular palabra, y Él invade mis sombras con su luz cegadora de esperanza. Esta vez, viejo amigo, eres tú el que cae al suelo exhausto, derrotado y cansado.



Comentarios
julialalalasehizoguia - hace más de 9 años
Guau! Escribes genial! Qué intenso!
patete - hace más de 9 años
@julialalalasehizoguia muchas gracias :)
No se pueden incorporar más comentarios a este blog.