Quietud
Era la hora de comer, todos se pusieron debajo de unos arboles que daban una sombra muy fresca, comí con ellos y me empezó a entrar el sueño de después de comer. Busqué varios sitios para tumbarme en el suelo, pero todos me disgustaban. Me alejé de los árboles, a la explanada desnuda, pinchaba un poco la hierba reseca, pero el calor la volvía muy cómoda.
Me bajé la visera de la gorra, apoyé la cabeza en la mochila y cerré los ojos, esperando que la inspiración arrancase el despliego las alas al sueño. Fuera se oía el ruido y las risas de todos. Empecé a pensar en el cansancio, había andado mucho y mi cuerpo no daba más de si, aunque no era la primera vez. Mi alma tenía ojeras desde hace mucho tiempo.
De repente, un soplo de viento leve, una sutil brisa, sentí el tacto de una suave caricia sobre mi mejilla, que despertó un breve y agradable escalofrío por todo mi cuerpo. Levanté el ala de mi gorra con dos dedos muy poco, como si solo quisiese asegurar mis sospechas y vi dos pares de gruesas botas de montaña alejandose de mi posición. Las reconocí de inmeditato y no me quedó otra opción que sonreir con un gesto tonto y ingenuo.
Volví a bajar la gorra sin poder parar de sonreir, pero antes de que me diese cuenta tuve que volver a levantarla porque alguien me estaba tapando el sol. -¿Me puedo tumbar contigo?-Claro. Le hice un hueco y juntamos las dos mochilas para apoyar la cabeza. Empezamos a hablar, con los ojos cerrados, sobre cosas triviales y a reirnos de tonterías hasta que poco a poco nos entró el sueño. Nuestras voces se apagaron y mi cabeza volvió a retomar sus ensoñaciones, me dormí pensando en esto:
"Sigo aqui, pienso continuar, sólo acaba de empezar"



Comentarios
partysummer - hace más de 10 años
¿Alguien ligó en este campamento? Al menos ha sido la imagen que me ha venido a la mente, también he pensado, que en verano (en tiempos de campamentos yo siempre busco la sombra como un desesperado... JAJAJA)
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