Remitentes:
Que tu radio solo llegue a 10 decibelios, y cuando te intentas apoderar de las vibraciones del aire, surja un movimiento atroz, que hace temblar la armonía de las trazas de tu voz, volviéndola débil e inestable.
Pisar con miedo a hacer daño al camino, mirar el suelo, cada mota, cada baldosa de esta dolorosa vía, sintiéndose no merecedor del sudor de tus huellas.
Taponarse los oídos, sin querer saber demasiado, la ignorancia es la felicidad de los cobardes. Sentir la impotencia de el vacío de conocimiento mientras el olvido carcome los pilares de lo que queda de él.
No ser digno de este mundo, no ser digno del milagro de la vida, ¿en qué se diferencian aquellos a los que llaman humanos de ti?
Y cuando llega el silencio, todos los pensamientos se apoderan de ti, dejándote sin utilidad y roto como un juguete de latón. Ver ese atardecer, esa luna naranja iluminando los pinos del parque, bello, pero sumamente inútil. No importa cuan bonita sea, solo se queda ahi,observando las miserias de los demás con la sobervia de los astros. Inspiradora de poemas y cuentos, gran esfera de éter y de queso, por qué sigues insistiendo en secar mis lágrimas y dibujarme una cara de poker, emborromar mis ojos y hacerme caer en la hierba húmeda.
¿Pero, te das cuenta? No importa cuantas sonrisas te saque, no podré sondear tu corazón, buscando aquellas inseguidades, no puedo dejarte en el suelo tirada, pero tampoco tengo fuerza suficiente para levantarte. Solo puedo ver el dolor desde detrás de una mampara de cristal, sonreír mientras soy testigo del horror e intentar darle al botón de formateo para olvidar rápido. ¿Y que más da? Mañana será un nuevo día, amanecerá teñido en los moratones que dejaste y un día más me levantaré con una sonrisa.



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