Cibercorresponsales

Tan cerca y tan desconocido

Publicado por mosta el 01/04/2015 · Categorías: Pensamientos, Libros, Sobre mí

Buenos días, Mosta al aparato, últimamente no tenía muchas ganas de escribir, pero la semana santa es lo que tiene, mucho tiempo libre.

El verano pasado mi abuelo me dio un escrito hecho por él, que tenía pensado dárselo a sus nietos cuando cumplieran 15 años, actualmente sólo lo recibieron los mayores, porque él quería hacer uno para cada uno de sus nietos, pero parece ser que estos han crecido más rápido de lo que esperaba, creo que en eso me parezco mucho a él.

El texto tendría unas cuarenta páginas escritas a máquina donde habla de diferentes temas morales y explica a que se refieren, y cómo podremos abarcarlos aun siendo tan jóvenes. Algunos temas son la libertad, las modas, la felicidad…

Así que, me pidieron que si en mi tiempo libre lo podía ir pasando a formato digital, osease, ir escribiéndolo todo en un Word para manejarlo mejor. Y hoy, después de poco más de medio año (pensad que apenas escribo en Ciber, pues a esto tampoco le dedicaba mucho tiempo) he terminado exitosamente.

Me alegro mucho de ello, y no creo para nada que haya sido un tiempo perdido, a pesar de las veces que el Word no se ha dignado a responder y se ha cerrado sin guardar el texto nuevo, me ha encantado, pasar los pensamientos de mi abuelo dedicados no solo a mí, sino a todos mis primos.

Veo que coincidimos mucho en muchos pensamientos, y me ha hecho ver ideas que no he tenido en cuenta, por otra parte, he comprobado que no coincidimos en todo.

Mi abuelo siempre ha sido un viejecito arrugado al que íbamos a visitar cuando bajábamos a nuestro pueblo, está mayoritariamente callado, pero cuando habla, dice cosas muy inteligentes y bien pensadas, o incluso, cuenta chistes de la posguerra que a todos nos encantan. También, tiene un gusto extraordinario por los dulces, siempre que vamos nos ofrece chocolates o dulces, y en algunas ocasiones que nos vemos, le regalamos bombones a él, es el ciclo inquebrantable del chocolate, se los regala la familia y él los va repartiendo a la gente que los viene a visitar.

De esta forma, os animo a visitar a vuestros abuelos, y también darle un poco de tiempo a la familia, y por último, escuchar las historias y pensamientos escondidos detrás de cada fachada.