Cibercorresponsales

Te odio (leer la letra pequeña)

Publicado por mosta el 22/10/2015 · Categorías: Pensamientos, Sobre mí, Concurso Y tú, ¿qué?

Este verano parece que todo el mundo ha tenido una conmoción interna y realmente yo estoy igual. Me apetece contar mi experiencia, abrirme un poco; hace unos momentos antes de abrir el ordena estaba temblando, no sé si de miedo, odio, orgullo o porque estoy un poco pachucha, pero aun así, me ha sentado muy bien.

Este verano he hecho muchas cosas: he sacado un curso, he ido de viaje y he tenido tiempo para hacer muchas cosas que quería. Pero he tenido el tiempo suficiente para aburrirme un poco, o como lo llamo yo, pensar.

Estar con gente a la que quiero me hacía daño: una promesa rota, un “ya no es lo que era” o un ruego de atención fallido, cualquier excusa puede ser buena para alejarte de otros. Pasaban unos días y el lazo se rompía o incluso se cortaba totalmente. Dejar pasar el tiempo es un arma peligrosa; los males se pueden ir fácilmente, al igual que los recuerdos de los sentimientos, y dejarte con nada. Y así fue, perdí mucho, todo recuerdo perdió su color, siendo una preciosa película sin valor sentimental, con un toque de melancolía y una sonrisa con las cejas inclinadas.

Después de eso quise apechugar un poco con mi orgullo y darle una oportunidad a la vida del pasado, me gustaba la idea, pero por mucho que intente mantener el tipo, todo el orgullo desgastado se acaba convirtiendo en ese toquecillo de rencor acumulativo. Y después de unos meses de ser feliz paralelamente de algún problemilla, vi claramente la ira que tengo. Ya se lo he dicho a una persona a la que quiero mucho: “Te odio”, y no me arrepiento, no lo retiraría.

Y así soy yo, una persona que odia bastante: al mundo, a la sociedad, a las personas… Odio multitud de cosas, y con locura, tengo una mente un pelín perversa y eso me hace una persona bastante curiosa.

Pero por cada parte de mí que odie a todo ello, hay incontables que lo aman; ese precioso amor- odio que cualquiera podría tener con un hermano, yo lo tengo con el mundo. Y es que junto con las sonrisas que me hacen estar realmente contenta, hay un odio que me hace querer cambiar todo; un estado de incomodidad que consigue que actúe. Puedo probármelo a mí misma cuando veo una de las que más me gustan: un cielo azul plagado de nubes que se extienden hacia el horizonte o escuchar ciertas canciones.

No escribo por esperanza, escribo porque estaba temblando por hacerlo, algo se debe hacer cuando se ha tenido tanto tiempo para pensar y el alma está inquieta. Amo este odio, no deja que mis días sean grises y me da razones para seguir amando. Escúchame mundo: todavía no me he rendido contigo, te pido suerte para conseguirlo.